Encantada: Historia Principal De Soutarou-Capítulo 1

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Le hablé a la oscuridad.

Mientras esperaba una respuesta, pude escuchar una respiración.

De repente, todo se volvió brillante.

–¡Uh!–chille.

El salón se iluminó en vez de escuchar una respuesta. Entrecerré los ojos debido al brillo.

–Oh, eres tú.

–¿Eh?–levanté la mirada después de escuchar la voz. Y entonces, Yunoki-sensei apareció.–¿Qué?–pregunté susurrando.–¿Yunoki....Yunoki-sensei?

–¿Quién más creías que era?–preguntó Yunoki-sensei.

–¡No, no! No lo decía por eso. Me sorprendió...–parpadee varias veces–¿Por qué está aquí? ¿Está...perdido.? ¿Entró aquí por accidente?

–¿Cuántos años crees que he estado aquí?–dijo enfadado.

–S-sí, tiene razón.–me limite a responder.

–Estoy mirando los alrededores por seguridad.

–¿Mirando los alrededores?

–Reviso que no haya mocosos husmeando de noche.

–Ya veo...

(Supongo que es duro ser profesor.)

De algún modo lo respeto por su trabajo.

–Entonces, ¿revisa siempre este salón cerrado?–me aventure a preguntar.

–Sí. En raras ocasiones, los estudiantes han intentado entrar y hacer de las suyas.

–¿Ah sí? Pero me alegra que se encuentre aquí...–Exhalé aliviada, Yunoki-sensei no dijo nada. Lo mire un poco incomoda.–¿Qué sucede?

Por la expresión de Yunoki-sensei, sentí que alguien nos observaba, por eso pregunté. Entonces, Yunoki-sensei se volteó.

–...No es nada.–me dijo.

Me quedé sin saber qué decir.

(¿Por qué todo se volvió tan incómodo?)

(¿Qué habrá querido decir...?)

(¿O fue mi imaginación?)

Mientras pensaba en eso, me pregunté por la puerta.

–Por cierto, la puerta ya no abre...–le informe.

–¿La puerta? Oh...–la actitud de Yunoki-sensei no cambió a pesar de haber escuchado que la puerta no se abría. Él se acercó a mí–La estás abriendo incorrectamente.

–¿Eh?

–Muévete.–dijo con el ceño fruncido.

Me hice a un lado como me dijo. Y entonces, Yunoki-sensei miro la puerta con cuidado y trató de abrirla. La puerta hizo un largo chillido y se abrió.

–Se...se abrió...

(Vaya, él es muy fuerte.)

–Hicieron mal la puerta de este salón de clases.–explicó.

–Oh ¿En serio?

–Sí.

–¿Entonces no es un salón cerrado o algo así?–pregunté.

No podía dejar de decir cosas estúpidas o preguntarlas, me siento sorprendida, todo hace un momento parecía ser...otra cosa.

–No.

(Esa es la razón.)

Después de saberlo, me sentí estúpida por haber tenido miedo.

Al estar aliviada, sentí un gran cansancio.

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