Me separe de el, nos miramos a los ojos sin decir nada, tratando de entender lo que acaba de pasar.
-Eso si que no me lo esperaba- por fin soltó Josh.
-Ni yo. Lamento emm, haber reaccionado así- dije mirando a otro lado.
-Sabía que pronto lo harías.
"¡¿Que?!"
-¿A qué te refieres?- esta vez lo miraba directamente.
-Me refiero a que nadie se puede resistir a mí- usó un tono engreído.
"¿En serio se va a poner pesado en un momento como este?.."
-Tranquilo, estoy bromeando- rió- no me mates por favor.
-Pff, te odio.
-No, no lo haces- volteó a sonreirme.
-Una parte de mi lo hace.
-¿Y la otra parte me ama?
-No, te odia más.
-Eso fue grosero- rió.
Estuvimos unos minutos en silencio pero este no era incomodo, si no relajante. Cada quien hundido en sus pensamientos.
-¿Que quieres hacer?- dijo Josh rompiendo el relajante silencio.
-Mmh, no lo se... Tengo algunos videojuegos en casa, ¿te gustaría ir?- asintió
Regresamos a mi casa y entramos a mi habitación buscando algún videojuego.
-¿Tus padres no estan?- preguntó Josh.
-No, mi madre llega tarde hoy. Mmh, ¿Que te parece Mario Kart?- asintió- bien, entonces sera Mario Kart.
-Pido ser Mario y tu la princesa. Porque ya sabes.. es lo que eres- rió.
-Te recuerdo que estas en mi casa y puedo sacarte a patadas en cualquier momento.
-Okay, tranquilo. Pff, no aguantas nada.
Josh término siendo Luigi y yo Mario. La mayoría de las partidas las gané yo y Josh solo se quejaba de que hacia trampa o que no estaba poniendo mucha atención.