El libro de tu mama en tanga

Ningen

Las enormes profundidades de los océanos se encuentran llenas de misterios y rarezas que probablemente nunca han visto la luz del día. Pocos se atreven a negar que el mar está repleto de acertijos y formas desconocidas de vida, a la espera de ser descubiertas. Al final de cuentas, no hace mucho que la ciencia comprobó la existencia del legendario calamar gigante y los extraños celacantos que pueden vivir más de cien años sin mostrar signos de envejecimiento.

La mayoría de las personas, sin embargo, se mantienen reacias a admitir la posible existencia de animales gigantescos en las profundidades insondables. Criaturas como el Ningen existen sólo en relatos inconexos y confusos. ¿Será verdad?

El "Ningen" – que se traduce en japonés como "humano" – fue apodado así por los pescadores nipones del Pacífico. Existen numerosos relatos de avistamientos de criaturas marinas en el folclore oriental que datan de los tiempos en que los primeros navegantes se aventuraban al mar. El folklore japonés se encuentra lleno de criaturas fantásticas que encuadran en la denominación de un Yokai. Desde la primitiva tortuga sin caparazón, conocida como Kappa, hasta el enorme elefante marino conocido como Baku, los Yokai son una especie de criaturas míticas, muchas de las cuales son absurdas en varios sentidos.

A diferencia de las antiguas leyendas que involucran Yokai, las historias sobre el Ningen surgieron recientemente, a partir de la década de 1990 cuando un grupo de marineros afirmaron haber visto criaturas similares nadar en aguas profundas. Estos pescadores profesionales quedaron asombrados con la magnitud del monstruo y aún más sorprendidos por que esta bestia albina se asemejaba sorprendentemente a un humanoide en apariencia.

Los testigos dicen que mide entre 60 y 90 pies de largo (18 y 27 metros, respectivamente) y que pesa decenas de toneladas. El Ningen es descrito como una inmensa criatura marina semejante a una ballena, con la piel casi blanca y de una suave textura con una morfología que recuerda vagamente la cabeza, el tronco y los apéndices del ser humano. Quien lo avistó, afirma que el Ningen tiene una cola de sirena en lugar de piernas, mientras que otros insisten en que tiene extremidades semejantes a miembros que le permiten, inclusive, andar en la tierra como un bípedo. La criatura tendría "manos", dotadas con cinco dedos en extremidades de brazos largos y delgados.

Estos animales supuestamente han sido avistados en el Pacífico y la Antártida, y siempre han sido descritos como inusualmente grandes y con una apariencia blanquecina que se destaca en el agua. Muchos observadores han dicho que estos animales no tienen características faciales distintas, nada más que dos ojos enormes y una ranura que hace las veces de boca. Según la mayoría de los relatos, las criaturas tienen hábitos nocturnos y prefieren las corrientes frías del océano.

Al igual que las ballenas, necesitan salir a la superficie para respirar, y cuando lo hacen liberan grandes cantidades de agua y espuma. En algunas ocasiones se les puede ver en parejas o incluso en grandes grupos, aunque con más frecuencia se encuentran solos. Hembras y machos son casi idénticos e imposible de distinguir el sexo, si es que existe esta separación.

Las veces en que fue avistado, el Ningen simplemente nadaba alrededor de los barcos manteniendo una distancia de al menos 10 metros. Los barcos que intentaron seguir el animal, encontraron que podía moverse rápidamente y desaparecer en cuestión de segundos hundiéndose en las profundidades. Algunos teóricos especulan que el Ningen habita aguas profundas y rara vez tiene que subir a la superficie, también se especula que vivirían bajo los casquetes polares donde encuentran nidos y depósitos de aire. El deshielo acelerado de estas capas de hielo podría obligar al Ningen a trasladarse lejos de su hábitat natural, lo que ha permitido avistamientos cada vez más frecuentes.

A los testigos también les llamó la atención el extraño canto del Ningen, que no se parece a ningún sonido animal marino conocido y que se parece más a un largo lamento.