No era una mujer

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Charlie Noonan fue un folclorista aficionado que viajó por el sur y el suroeste de los Estados Unidos durante los primeros años del siglo 20, trabajaba en la recolección de cuentos y relatos de lo sobrenatural. Según su esposa, Ellie, Charlie un día le contó una historia de un granjero de Oklahoma, sobre una extraña mujer que vivía sola en una propiedad aislada en la península. El agricultor alegó que la mujer no era una mujer en absoluto, sino algo más, ocultaba su verdadera naturaleza bajo un pañuelo en la cabeza y nunca era vista sin un perro grande a su lado. Noonan aparentemente estaba intrigado lo suficiente como para emprender la búsqueda de la mujer durante uno de sus viajes por carretera. Nunca más fue visto.

Ellie Noonan fue contactada más tarde por un prestamista que recordaba haber leído sobre la desaparición de su marido en los periódicos, después de encontrar su nombre grabado en una cámara. El prestamista devolvió la cámara, y la señora Noonan teniendo la película en sus manos antes de rebelar, con la esperanza de encontrar una pista sobre su paradero. Esta fue la única foto en el rollo. Lamentablemente, ni la ubicación de la propiedad, ni el nombre del agricultor, se guardo bajo llave la historia que se registró en las notas de Noonan.

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