El sacrificio.

20 2 0
                                    

Aunque la entrada a la morada de Serafina era pequeña, a medida que se avanzaba hacia el interior, las paredes se separaban más y más, las unas de las otras, hasta que depronto se hallaron en un hermoso bosque. Los árboles eran tan altos que no se divisaban sus copas, el sol caía con premura y calidez, y las aves sobrevolaban al compás de sus pasos. Caroline estaba anonadada con tan idílica belleza, y aunque lo intentase, le era imposible salir de su asombro. Todos se detuvieron en frente de una enorme roca.
Yo solo espero no tener que usar el sexto escudo; la voz del gemelo regordete, estaba cargado de una profunda tristeza. De momento tenemos el quinto sin usar; esta vez fue la Reina obscura la que intervino para dar confort. La tristeza del gemelo yace en el hecho de que siempre ha amado a Serafina, y en que el sexto escudo la afecta directamente. Desde la primera vez que la vio, hace poco más de 180 años atrás, su belleza caótica, y forma de ser inusual, se robaron su loco corazón; Serafina lo sabe de sobra, la Reina lo sabe, y su hermano lo sabe. Lastimosamente para él, es un amor que jamás podrá ser correspondido.
! Tienes razón! Esta vez la voz tuvo ese matiz seguro y un tanto alegre característico de siempre.

Lejos de allí, Crettar y su fiel acompañante Condra, avanzaban en campo abierto; donde aquellos demonios pisaban, la tierra se tornaba árida, los árboles morían, y los animales huían. Crettar estaba absolutamente irasible, y Condra tuvo la sensatez de no justificar su fracaso en la captura. Si fallas de nuevo... !no fallaré! Condra, no dejó que terminase la frase. Seré implacable, la niña estará en tus brazos muy pronto. Tardaron poco más de tres horas en llegar a la casa de Serafina. Es acá, dijo Crettar mientras llenaba sus pulmones de aire. Parece algo pequeña la entrada para mi señor; Crettar miró fijamente aquel árbol, y la diminuta entrada que poseía el hogar de Serafina. Si, es algo angosta, repuso Crettar mientras tocaba el tronco del árbol. Con una delicadeza casi enternecedora, pasó sus garras de arriba hacia abajo, y el árbol se dividió con un fuerte crujido. Al caer, el panorama cambió radicalmente; todo era nuevamente de mil colores, y la presencia de los demonios no extinguían la vida a su alrededor. Es acá dijo Crettar con una sonrisa, se adentró lentamente, y Condra lo siguió en silencio.
Mucho más adentro de aquel bosque milenario, brujas y hechiceros, sintieron el impacto del viejo árbol caer abruptamente. Serafina cerró sus ojos, y no pudo evitar que se le escapasen algunas lágrimas. Aquel árbol fue su protector durante tanto tiempo, y había estado en la tierra desde el incio de los tiempos. Serafina apretaba sus puños con fuerza, y los demás se limitaban a dejarla desahogarse. Está bien, usaremos el quinto sello de una vez; la Reina obscura fue la que se adelantó a caminar.
Los gemelos se hicieron justo detrás de la Reina, y Serafina prosiguió adentrándose junto con Caroline.
Los dejaremos allí? La pregunta de la bella adolescente estaba cargada de inseguridad, pero Serafina no liberó aquello con su respuesta.
Sí, alguién debe hacer el sacrificio. La voz de la bruja sonó como miles de cuchillas que laceraron lo más profundo de su alma.
!Quedémonos!
Caroline se detuvo de golpe, y la joven bruja hizo lo mismo. No es momento para bromas niña. No es broma, respondió de mala gana Caroline quién había adoptado una postura rígida y segura. Serafina sonrió débilmente, y le acarició el rostro suavemente. Caroline empezó a sentir que sus fuerzas le fallaban, y lentamente sus párpados pesaban más y más. Qué está pasando Serafina? Preguntó antes de perder el conocimiento por completo. La joven bruja la llevó en sus hombros sin mayor problema. Pronto desaparecieron de la vista de sus tres compañeros. Inició el quinto sello, y con él, todo el entorno se modificó abruptamente. Los árboles se tornaron más gruesos, sus raíces se ensancharon y salieron de entre la tierra; en un santiamén, todo alrededor se había transformado en un muro de más de cien metros de alto, y con 10 metros de espesor. Dentro de aquella cúpula el gemelo regordete, aumentaba de tamaño y de masa muscular. Creció más de 80 centímetros, y de aquella masa de grasa, no quedaba sino el recuerdo. La reina y el ahora más pequeño de los gemelos, salieron de allí sin mediar palabra. Corrieron varios minutos, y pese a estar alejados, el muro se divisaba enorme e imponente. No hay tiempo que perder, dijo la reina mientras se arrodillaba en la tierra fangosa donde se encontraban. Cerró sus ojos, y la tierra a su alrededor se convirtió en una auténtica duna. El aire se espesó tanto, que formó una densa niebla, que alcanzó el muro de raíces donde se hallaba el gemelo. ! Vete ya! La voz de la reina sonaba algo agitada, pero el hechicero avanzó como estaba previsto. Metros más allá, el hechicero comenzó a llenar de trampas todo el lugar; quizá el quinto escudo pueda deterlos por completo, se decía mientras colgaba de los árboles, un par de trampas para oso, seis veces más grandes que las habituales. Mientras todos hacían lo propio, Serafina alejada de todos y de todo, miraba con alegría a la pobre Caroline. La recostó sobre una larga lápida hecha en mármol y granate marrón. La despojó de absolutamente todas sus vestimentas, y acto seguido, hizo lo mismo ella. Se recostó a su lado; ambas tenían estaturas similares, pero la piel color cobre de Serafina, le daba cierto atractivo, que opacaba a la bella joven. La bella y esbelta bruja estiró su mano derecha, sus uñas crecieron algunos centímetros, y se tornaron de un color crema opaco. Rasgó la piel del cuello de Caroline con tanta precisión, que la sangre que emanaba era muy poca. El líquido carmesí, se desplazó lentamente por los dedos de la bruja, hasta que Serafina la bebió. Fueron algunas gotas nada más, y luego la herida cerró instantáneamente. Aguanten chicos, necesito tres preciadas horas para activar el sexto escudo. Serafina cerró los ojos, y se sumergió en un profundo sueño.

Mi señor, en qué está pensando? Crettar miraba furioso el muro que se encontraba frente a ellos. Estos malditos, lo único que hacen es retrasar el inevitable final. No se preocupe, lo derribaré de inmediato. Condra se adelantó unos pasos, dispuesta a hacerlo. No te preocupes hija mía; no es necesario que malgastes tu energía, yo lo haré.
Un estrepitoso ruido se escuchó por todo el lugar; cretar se balanceó hacia su derecha y con toda su fuerza, arremetió contra el muro. Fue tan fuerte el golpe, que incluso Condra que se hallaba fuera del rango de ataque, salió volando por los aires a causa de la onda generada por el impacto. El muro no solo se framentó, sino que entre las fisuras hechas, se empezaron a formar pequeñas llamaradas. Unos segundos después, el muro ardía como una gran pila de madera seca. Como era de esperarse, el muro tenía la capacidad de regenerarse rápido, Crettar lo sabía, recordó cuando intentó entrar a la casa de los gemelos, por eso avanzó no solo con fuerza bruta, sino con algo más. Las llamas tomaron tanta fuerza, que el muro se hizo cenizas incapaz de regenerarse al ritmo del fuego. En el suelo ceniza caliente, en el aire humo espeso, y en medio de todo, un tipo alto y fornido les daba la bienvenida al par de demonios.
Parece que tu patético intento de deternos una vez más no dio resultado. Esta vez prometo que te llevaré al infierno, ya me cansé de jugar al gato y al ratón. El gemelo permaneció impertérrito, lo escuchó hablar sin cesar, y en ningún momento lo detuvo. Entre más tiempo perdiera, mucho mejor para ellos.
Y bien? Espero que ese no haya sido el único intento por determe, de lo contrario estaría muy decepcionado.
El quinto escudo no puede destruirse, comenzó explicando el hechicero. Solo se transforma, y en algunos casos se adapta y evoluciona. No podrás ganar, aunque encuentres la forma de matarnos a todos, te aseguro que no vencerás. Crettar y Condra arrancaron a correr de inmediato hacia él, el demonio sacó sus poderosas garras, y se dispuso a atacarlo directamente, lo mismo se pensó de Condra, pero en el último momento cambió de dirección y evadió al gemelo rápidamente.
Avanzó tan veloz, que no tuvo tiempo de impedir su huída. Crettar arremetió con garras y dientes literalmente; el gemelo tenía la misma estatura, y pese a ello sus reflejos y tiempos de reacción, eran mejor que los de su opoenente. Ni un solo ataque logró tocarlo, y Crettar retrocedió un poco ofuscado. El gemelo sin perder tiempo contratatacó con fuerza bruta; a cada golpe le imprimió fuerza y velocidad, y aunque su rival no pudo esquivar o detener todos los golpes, logró acestar en más de una ocasión. Crettar se tambaleó pero no cayó, es más ni siquiera tenía muestras de dolor o de daño, mientras que el gemelo comenzaba a sentir la tensión en los músculos a causa del enorme esfuerzo que hacía. Debo acabar esto lo más pronto posible... pensó en voz alta. Sacó una lanza de más de tres metros de longitud, cuya punta terminaba en una masa de acero puro en forma de corazòn. Aquella arma era bastante pesada, pero a la hora de ser utilizada, el gemelo demostró tener la capacidad de manejarla a la perfección. Uno de los golpes impactó directamente en el pecho del demonio; el crujir de los huesos fue el sonido más satisfactorio que haya oído en mucho tiempo. Pero Crettar no mostró un atisbo de dolor, ni gemido que evidenciara daño alguno. Impresionante arma, dijo Crettar mientras sus huesos soldaban y se reacomodaban. Avanzó lentamente hacia su oponente, y el gemelo por puro instinto retrocedió con el arma a la defensiva. No te esfuerces, tu destino está sellado, ataca una vez más, pues será la ultima vez que lo harás, no puedo perder más tiempo con alguién como tu. El gemelo obedeció, y Crettar tomó la punta de la lanza con las dos manos. El forcejeo terminó rápido, pues el arma comenzó a oxidarse y a caer al suelo hecho metal inservible. El gemelo vio con asombro lo sucedido, pués se supone que dicha lanza era indestructible, Crettar estiró su tétrica mano, y con ella cubrió el rostro del hechicero; se escuchò un grito desesperado por todo el lugar, y del gemelo no quedó más que huesos en medio de cenizas.

Condra avanzaba tranquilamente en medio de la espesa niebla; miraba hacia todos los rincones, pero a su alrededor no habia nada ni nadie. Interesante escenario, repuso Condra con una sonrisa cínica. Y.. qué función cumple esta niebla? El silencio era absoluto, y al notar que no había respuesta, decidió seguir avanzando. Caminó por más de 20 minutos, y empezó a notar que aquello no tenía final. Si lo que intentan es hacerme caer en la desesperación, están perdiendo el tiempo. Continuó su caminata por un largo tiempo más, siempre con el mismo resultado. Entonces decidió salir de allí en vista de que nadie salía o respondía. Condra sacó un pequeño cuchillo color negro, y pasó la hoja por su palma derecha. En cuanto las primeras gotas tocaron el suelo, un enorme agujero se hizo allí; era tan profundo que la niebla entraba sin cesar, pero pese a ello, el entorno seguía tan nublado como al principio. Creo que es hora de tomar medidas extremas. Condra se cortó el cuello de lado a lado, y la sangre emanó a borbotones; el cielo se despejó de inmediato, y una tormenta se formó en el lugar. Condra cayó de bruces, y la lluvia disipó la neblina por completo. Crettar avanzó a pasos de gigante, y con una sola mano, alzó el cuerpo moribundo de Condra.

EL INVOCADO II.  ( Confrontación y Realidad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora