Capítulo 30

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Narrador Omnisciente

La chica se levantó de su cama, tomó su tan preciada mochila, la causa por la que había iniciado todo. Bajó hacia la cocina en donde su abuela Freya, jugaba tiernamente con León, su loro.

Alison, cabe decir Erin, abrazó a su abuela profundamente. Sintió su aroma, ese tan reconocido por ella. 

-¿Dónde vas, mi niña?- Preguntó su abuela. Alison suspiró y luego sonrió. 

-Ire a ver a Claire.-Respondió sonriendo.

Posteriormente salió por la puerta, a penas la abrió sintió en enorme frío que cubría el pueblo ese día.

En otro lado de la ciudad, Claire, la mejor amiga de Alison se encontraba en su habitación, arreglandose para una nueva salida que tendría con su grupo de amigos. 

Se encontraba frente al espejo aplicandose mascara de pestañas. Por alguna extraña razón se sentía algo inquieta. Sus nervios lo demostraban cada vez que aplicaba la brocha por sus pestañas. Despues de largos minutos aplicando y aplicando,  encontró que estaba perfecto, sonrió amargamente. ¿Qué era lo que pasaba con ella? Su pecho le dolía, sentía una angustia incontrolable sin razón. Decidió dejar todo aquello de lado, pues ya sería la hora y no quería llegar tarde. Dejó las cosas desordenadas en su mueble y partió.

Bajó al primer piso, dispuesta a salir hacia el punto de encuentro. Pero algo la detuvo. Allí en los pies de su puerta principal yacía un sobre blanco.

"Para: Claire Collins" Decía el mismo.

Claire tomó el sobre y lo abrió, allí dentro había una carta. Desdobló el papel, el cual era una hoja de cuaderno y comenzó a leer...


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Alison se encontraba totalmente segura de lo que pasaría a continuación, se dedicó a ir tranquilamente por el camino hacía la mansión Holland, en donde su amado se encontraba.

El bosque estaba muy frío, Alison temblaba pero trataba de pensar en otra cosa para distraerse. Tenía unas ganas incontrolables de ver a Joshua, pero igual quería tomarse su tiempo. No quería parecer desesperada.

Caminó y caminó hasta llegar a la trampilla, por la cual bajó lentamente sintiendo ese horrible hedor a humedad. Ya no necesitaba la linterna, pues conocía el camino de memoria y no sentía miedo. 

Caminó escuchando como solo el sonido de sus pies. 

¿Cómo se encontrara Joshua hoy? Se preguntaba. ¿Me extrañara?

Cuando hubo llegado movió lentamente el mueble, el cual daba paso al gran pasillo cubierto de puertas. Avanzó a esa puerta que le traía muchos recuerdos, sonrió de lado.

La abrió lentamente y observó la habitación de Joshua. Su mente trajó a si esos momentos que pasó junto con él. Las tantas palabras romanticas que se dijieron, suspiró. Habían sido unos grandes momentos. Observó el espejo, el cual al principio se notaba tan grande y esplendoroso, inclusive terrorifico. Vió su reflejo sonriendo como lunatica.

-Nos volvemos a encontrar...-Susurró como si el espejo pudiera responderle. Se sentó en el suelo no dejando de verse a si misma. Apoyó su espalda en la cama y suspiró profundamente.


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Claire se encontraba leyendo la carta que hacia minutos había recogido del suelo. Sentía el shock en su cuerpo. Las manos le temblaban sin poder controlarlas. La carta cayó al suelo mientras la lagrimas caían sin parar.

Aún no creía las palabras que expresaban aquella hoja de papel:


"Hola, Claire...

                           Si estas leyendo esto es para darte las razones de porque no podre juntarme con ustedes hoy. He tomado una decisión. Se que esta misma probablemente hará que me odies el resto de tu vida, quizas sientas que te traicioné de alguna manera, pero no es así.

                           Desde que te conocí, supe que tendriamos una gran amistad que dificilmente alguien podría romper. Siempre te admiré, Claire. En el buen sentido de la palabra. Siempre te encontré una persona grandiosa, y por como me apoyaste a lo largo de estos años, puedo decir que no solamente fuiste mi amiga. Yo siempre te consideré mi hermana.

                          Esta carta es el ultimo recuerdo que tendras de mí. Esta será la prueba irrefutable de lo que haré a continuación. Sabes que en este ultimo tiempo pasaron tantas cosas, tú sabías algunas, pero lamentablemente no te las pude decir todas. No era por que no confiara en tí. Simplemente no sabía como expresarme. Y ahora, nuevamente, no sé como.

                         Lo unico que quiero decirte es que me perdones, por que no llegaré a nuestra junta. Diles a Davis y Vladimir que me perdonen. Que en este ultimo tiempo los consideré grandes amigos, los llegué a querer en poco tiempo. Dile a Alana que le deseo la mejor de las suertes. Ojala que pronto cumpla su deseo de tener un bebé junto a su esposo, Matteo. Ustedes alegraron enormemente mis días aquí en Cloudtown, y por eso, les estaré eternamente agradecida. 

                         Me disculpo nuevamente, pues no ire a la cita de hoy y a ninguna otra que se presente en un futuro, pues lamentablemente no estaré. No quiero que te martirices, pues la que tomó esta drástica decisión fuí yo. Te amo, amiga. Siempre lo haré y espero que nunca me olvides. Se muy feliz junto con Davis, pues se nota que él te ama demasiado. Se que te dejaré en buenas manos. Solo, nunca olvides que tuviste una amiga que siempre te llevará en el corazón, y que siempre estará ahi para protegerte, aunque sea de forma espiritual.

                        El ultimo favor que te pediré es que apoyes a mi abuela, pues despues de esto necesitará mucha compañia. Dile lo mucho que la amaba por siempre estar ahí para mí. Por salir adelante, sin importar lo dificil que fuera.

                       ¡Mucha suerte, amiga! Nunca te olvidaré y perdóname.

Atte. Alison Black."

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Alison sentía como lentamente cerraba sus ojos. Miró sus muñecas las cuales sangraban sin parar. A su costado izquierdo se encontraba una brillante navaja, la cual era la prueba del acto cometido.

El pulso de Alison se fué deteniendo lentamente, su cuerpo se sentía pesado, asi que apoyó su cabeza en la cama hasta que finalmente, no sintió más...

Se encontraba de pie, al lado de su cuerpo. No sintió pena de verse allí tendida en una situación tan desfavorable. Observó el espejo y apareció el rostro del chico del cual estuvo perdidamente enamorada toda su vida. Joshua salió del espejo y se acercó a ella  abrazandola con fuerza. 

-¿De verdad estas aquí? ¿Por qué?-Preguntó el chico de ojos esmeralda.

-Al fin podremos estar juntos por siempre, Joshua.-Dijo la chica. Joshua Holland suspiró. 

Despues de unos segundos, una luz hermosa y radiante apareció. Ambos se miraron complices, sonrieron y entrelazando sus manos caminaron lentamente hacía la luz, en donde se mantendrían juntos por siempre.

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