Capítulo 17

49 5 0
                                    

No había dejado de llorar hasta llegar a la mansión. Eran aproximadamente las doce del día o eso suponía por la posición del sol.

Traté de secar mis lagrimas, respiré profundamente antes de calmarme y poder adentrarme en la casa.

Fuí directamente a la habitación de Joshua, pero él no estaba allí. Iba a salir a buscarlo cuando alguien me tomó de la cintura y me volteó.

Joshua me miraba tiernamente.

-¿ Dónde andabas?-Pregunté suavemente.

-salí a dar un paseo.-Respondí sonriendo.

-Avisame cuando lo hagas, por favor.-Me abrazó.

No era posible que Joshua, MI Joshua, estuviera muerto. Dijo si fuera un espiritu o algo yo no lo podría tocar. Y mucho menos él a mí.

Aunque ahi se explicaría el por que él no tiene necesidad de comer.

Esto iba en contra de la lógica. Él estaba muerto y yo viva. ¿Entonces? ¿Cuál era la razón?

Quizas era mi oportunidad de ser feliz. Pero eso era imposible. El nunca podría salir de allí. No podriamos tener hijos y en cuanto terminara el colegio se supone que iria a la Universidad en otra ciudad.

Descubrí que Joshua tenía diesisiete años cuando murió y calculando bien, en este año el debería tener, ¿setenta y nueve años?

O sea, era demasiado shockeante y ni sabía que posición tomaría el chico en cuanto le dijiera.

Lo bueno es que tenía una semana para hablar con él.

Solo esperaba poder hacerlo.

Lo unico que quería era que Joshua no sufriera, pero al paso que ibamos era inevitable.

Estuvimos todo el día jugando en el lago. Y luego nos secabamos bajo el sol. Estaba adquiriendo un bronceado espectacular.

A veces soprendía a Joshua mirándome de reojo y en cuanto yo lo miraba, él rapidamente desviaba sus ojos mirando al frente muy sonrosado.

-El otro día que me mostraste las canciones de tu aparato...-Por aparato se refería a mi mp4-...había una canción que me gustaría dedicarte. -Sonreí y partí a buscar mi mp4. De paso tomé mi celular, quería intentar algo.

Cuando llegué le cedi mi mp4 y le enseñe como cambiar la canción. Allí se entretuvo un rato buscando hasta que al final se detuvo.

-¡Esta es!-Dijo muy feliz pasándome un auricular.

Comencé a escuchar la melodía, era muy bella y muy pegajosa y yo la conocía de memoria.

-Ya sé que no hay reglas ni en el amor ni en la amistad...-Lo miré mientras cantaba, ambos con una sonrisa.-...Lo que hace lo importante es hablarse con honestidad. Por eso hoy te traigo unas palabras que regalarte. No soy ningun poeta ni busco impresionarte...-Iba a cantar el coro pero Joshua se me adelantó. Era la primera vez que lo escuchaba cantar.

-Es que me gustas tú uuuh uuuh, me haces feliz en un segundo.-Su voz no era tan afinada pero me encantaba escucharlo.-No se sí sea tu luuuuz. Pero te veo y me quedo mudo. Oh, baby I love youuuuuu! Yo quiero que te quedes en mi mundo. Y quiero confesarte que aunque te conosco poco, ya te quiero mucho. Mucho, mucho, mucho

Ambos cantamos la canción hasta el final, entre risas y mimos.

Me sentía la chica más dichosa del mundo. ¿Joshua se me acababa de declarar?

-Y la canción, ¿Por qué?-Pregunté aun sonriendo. Ambos estabamos sentados al lado del lago.

-Es que...-Rascó su nuca avergonzado-...Soy muy malo con las palabras, Ali.

ParaleloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora