Inseguridad

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Lentamente caminó hacia Sasuke, tal cual lo haría un cazador al acecho que está a punto de saltar sobre su deliciosa presa, observando como la luz de luna iluminaba sutilmente su bella figura, cubierta por una fina sábana de satén. La tela resbalaba por su espalda de forma sensual, acariciando con sutileza su blanca piel conforme se removía en busca del exquisito calor de su amante. Instintivamente sus dedos se deslizaron, dibujando cada curva de su hombro y costado, deteniéndose justo en la cadera, donde trazó un par de figurillas imaginarias antes de volver a empezar su recorrido.

—Sasu… amor —ronroneó cerca de su oído comenzando a besar la zona, descendiendo la sábana hasta dejar al descubierto las redonditas nalgas del doncel—. Despierta.

—Cinco minutos más…

—Sabes que me encantaría, pero temo que tu papá y hermano me torturen por no regresar a su sexy, apetecible y erótico hijo ttebayo.

—Dobe —balbuceó con las mejillas ligeramente sonrosadas, mientras sus labios eran cazados en un beso pasional; su cuerpo recorrido por unas hábiles y calientes manos, deseando que tocaran de manera urgente ciertas partes de su anatomía—. Mmm~

—Te amo tanto. Y sabes que sería muy feliz si pudiera tenerte aquí toda la noche… solo para mi~ disfrutándote lentamente, llenándote de mimos y caricias que ningun doncel deberia dejar que le hiciera un hombre —suspiró—, pero lo más seguro es que tu familia me demande por secuestro o algo similar —sonrió, colocándose sobre Sasuke, besando su cuello de forma ascendente, hasta apresar el lóbulo de su oreja, dando deliciosos mordiscos.

—Eso mmm n-no pasara, ah… así que puedes ser muy feliz… —gimió colocándose boca abajo, mientras Naruto masajeaba sus nalgas, besando su hombro y descendiendo sus besos en una caricia perezosa—. Ellos creen que… que pasaré la noche en casa de Ino.

—Eres muy travieso —mordió suavemente el hombro de Sasuke, sonriendo al escuchar su grito ahogado—, y eso me encanta.

Sasuke era demasiado sensual y erótico, aunque al parecer ni él mismo se había dado cuenta de lo que su sola presencia le provocaba, por lo que no evitó presionar su duro miembro contra aquel trasero tan perfecto y redondito. Llevando una de sus manos hasta la entrada del menor, acariciándola un poco antes de introducir uno de sus dedos, notando que aun estaba húmeda y ligeramente dilatada gracias a la anterior ronda del sexo más placentero que recordaba.

—N-Naruto… e-espera, no… ¡ah~! No tan rápido —balbuceó con las mejillas calientes, le dolía todo el cuerpo y en especial cierta zona (con un travieso dígito) le ardía un poquito, gracias a las rudas pero deliciosas embestidas.

Pese a eso, deseaba volver a tenerlo dentro, llenándolo y complaciéndolo mientras gemía su nombre en medio de un placer abrumador que le recorría como fuego líquido, por lo que no se opuso cuando Naruto levantó suavemente su cintura, colocando una almohada bajo su vientre mientras se acomodaba entre sus piernas, hundiéndose en él con un solo embate, salvaje y tan excitante como el varón sobre él.

Apretó los labios con fuerza y enterró el rostro en la almohada, cuando aquel enorme miembro tocó un delicioso punto que le hizo ver estrellas, mientras Naruto entrelazaba su mano con la suya, moviendo sus caderas rápida y constantemente, sin dejar de besar su hombro y cuello. Le había fascinado la forma un tanto brusca con la que lo había poseído la primera vez, pero debía admitir que hacerlo suavemente, mientras era llenado de pequeños besitos era fenomenal.

—Sasuke —la voz de Naruto, junto con sus hábiles manos le provocaban sensaciones intensas, embriagantes y adictivas; realmente no resistiría mucho. El aliento caliente y los suaves gruñidos excitados sobre su oído no ayudaban nada—. T-Te amo~

Deseo... amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora