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Julio 22

Jaen

16:02

Tomo toda la seguridad del mundo dispuesto a entablar una conversación racional con aquella chica. No sabia el por qué, pero si de algo estaba seguro era sobre que mi extrema torpeza haría de las suyas en cualquier momento.

Cuando menos me di cuenta, vi al café entre mis pálidas manos; ¿por qué rayos lo llevaba? Mi vista recorre todo el lugar e incluso a la chica y su bebida: ¡era leche, leche chocolatada! ¡El mesero me mintió! ¡Tenía mi chocolate!

Y todo pasó en menos de un segundo.

En resumen: La bebida tibia cayó en la chica.

Simplemente, mi torpeza.

Un Simple Café©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora