C u a t r o

335 50 25
                                    

He

---

17:58 pm.

Llevávamos aproximadamente dos semanas viéndonos en el mismo sitio, en el río Han, Sohee y yo. No esperaba que fuese una persona tan interesante e inteligente, realmente había captado mi atención de una manera increíble. Verdaderamente deseaba que por fin llegase la hora de salir hacia el río solo para verla y pasar el rato mientras yo dibujaba, Lila correteaba y los dos hablábamos y cantábamos.

Y esa hora había llegado, así que como siempre, cogí mis cosas y salí en dirección al río. Cinco minutos después recibí una llamada.

―¿Sí? ―dije tras descolgar la llamada.

―Hey Minhyuk, ¿te vienes esta tarde a salir un rato por ahí? ―era Kihyun.

―La verdad es que ya he quedado.

―¿Con quién? Espera, déjame adivinar, ¿Sohee?

―¡Bingo! ―el pelinegro rió por el otro lado de la línea.

―Otro día, ¿sí?

―Está bien, pero, el próximo día invítala. Estaría bien que nos la presentases, además con lo que nos dijiste el otro día, que solo te tenía a ti. Deja que la conozcamos y así no se sentirá tan sola. Seremos la mejor pandilla existente. ―conociendo a mi amigo pude deducir cómo en ese momento se le formaba una sonrisa amable en su rostro.

―Tienes razón, hoy se lo comentaré todo. Ya te informo, nos vemos.

―Genial, pásalo bien, adiós. —dijo con un tono alegre.

Finalizamos la llamada.

Durante estas ultimas dos semanas nos había dado tiempo de contarnos todo, ella me contó toda su vida prácticamente, lo de su padre y todo con sus "amigos". Yo hice lo mismo, haciéndole saber sobre mi ansiedad. Cuando me confesó que le había transmitido toda esa confianza, me sentí realmente especial, me hacía sentir especial y eso era algo que realmente me gustaba.

18:14 pm.

Finalmente llegué a nuestro punto de encuentro, el que fue bautizado como nuestro banco. Allí estaba ella, soltando a Lila, la cual corrió hacia mí en cuanto me vio. Yo me agaché para tenerla a mi altura y ella se apoyó con sus dos patas delanteras en mi rodilla, alcanzándome la cara y lamiéndome esta misma, provocándome cosquillas e inevitablemente haciéndome reír. Tras dos minutos de caricias me levanté y Lila salió corriendo cual guepardo a comer flores como de costumbre. Vi a Sohee sentada en el banco observando el panorama, con una bonita sonrisa dibujada en su rostro.

Me acerqué al banco y me senté junto a ella. Comenzamos a conversar de todo como de costumbre, hasta que veinte minutos después decidí comenzar un dibujo, mejor dicho, un retrato. Necesitaba plasmar aquel bello perfil en un folio.

―Necesito que no te muevas. ―le informé, haciendo que quedase estática, mirándome.

―Así no ―reí―, de perfil. ―levemente giré su cabeza con mi mano haciendo entonces que quedase de perfil desde mi perspectiva.

En cuanto toqué su rostro pude notar lo caliente que estaba este a causa de su notoria timidez, provocándome aquel rubor que tanto odiaba que viese en mí, pura vergüenza. Agaché mi cabeza hacia el folio para luego volverla a elevar lentamente y comencé a observar centímetro por centímetro su delicado rostro, he de confesar que cada día me parecía más hermosa. Dicen que cuando conoces a alguien y realmente acaba gustándote como es, te acaba pareciendo la persona más bella. Lo puedo corroborar.

Mientras yo trazaba lineas que simulaban su mandíbula y su cuello, ella alcanzó mi móvil.

―¿Puedo? ―preguntó.

―Por supuesto. ―dije concentrado en el retrato.

Sabía perfectamente lo que iba a hacer. Tres minutos después comenzó a sonar una canción que instantáneamente hizo que formase una sonrisa en mí, pues era nuestra canción favorita del momento y me encantaba cuando la cantábamos juntos. 

19:07 pm.

Media hora después de absoluta concentración y de admirar aquel perfil, acabé la que había sido mi mejor obra.

―Puedes girarte ahora.

Entonces ella dirigió su mirada hacia el folio posado en el banco y con una cara de asombro e ilusión, cogió entre sus delicadas manos el papel, admirando cada línea en él. Si no fueron cien fueron mil veces las que me dijo lo mucho que le gustaba aquel retrato y lo mucho que estaba alucinando, yo simplemente sonreía ante su reacción.

―Me alegra que te haya gustado, no sé, necesitaba hacerlo, necesitaba tener un retrato tuyo entre mis cientos de dibujos. ―tras darme cuenta de lo que acababa de decir, tapé mi boca avergonzado y con la cabeza gacha para después apoyar la mano que cubría mi boca en mi rodilla, rascar mi nuca nervioso y sonreír como un estúpido.

Entonces me dí cuenta de como ella seguía alucinada con el retrato y no alcanzó a escucharme, aliviándome así al instante.

―¡Lila! Ven a ver esto. ―dijo emocionada llamando a la pequeña beagle.

---

Gracias por leer♡

•「The Hanging Bridge ; LMH」•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora