Capitulo 1

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No...no más, ¡maldita sea! ¿Por qué lo están haciendo? No comprendo.
Mina, ¿por qué?
¡Quiero despertar!

Un golpe sonoro resonó por toda la habitación, un sombrero cayó suavemente en el suelo.

¿Cuántas veces se repetirá ese sueño? ¿No he sufrido lo suficiente...?

Agachandose recogió su sombrero, y en vez de ponérselo, lo dejó colgado en su cuello.

Ya ni siquiera puedo ponerme este sombrero, Shanks, ni siquiera siente respetos por mi.
Aún no comprendo porque no se quedó con el sombrero.

El sonido de un gruñido hizo eco en la habitación.
Eran sus tripas reclamando comida.

Supongo que es hora de comer, por lo menos guarde el suficiente dinero para comer algo.

Un enorme suspiro se escucho por la habitación, dirigió sus pasos directamente a la salida, para luego, dirigirse al restaurante más cercano.

A pasado tiempo desde que salí de esta isla. Debo largarme antes de que la marina me encuentre, antes de que algún idiota me encuentre.

Se adentró en el restaurante más cercano. Importandole poco las miradas de miedo y sorpresa que le lanzaban.
Se sentó frente a la barra y se dirigió al hombre quien atendía.

-Señor mugiwara...

-Lo de siempre, traelo ya.

El hombre se fue rápidamente hacia la cocina, realmente le tenía miedo a aquel hombre.

¿Cuándo todo se volvió tan oscuro? La comida ya no me sabe igual. ¿Por qué todo es tan solitario?
¿Desde cuándo estoy tan solo?

Sus ojos se fueron cerrando de poco a poco, para caer nuevamente dormido.

¡¿Por qué lo hiciste Luffy?!
¿Sabo?
¡Luffy!
¡Luffy!

¡SEÑOR MUGIWARA!

Se despertó abruptamente, miro a su alrededor y vio al hombre un poco preocupado por el.

-Lo lamentó, su comida ya está lista, no quise interrumpir su sueño.

-No se preocupe, gracias.

Nuevamente había tenido aquella pesadilla, ¿por qué todo lo malo era para el? ¿Por qué el era el único que sufría?

Continuó comiendo con una amargura de sabor en su boca.

Sintió un pequeño cosquilleo en el bolsillo de su pantalón.

-Maldito ladrón ¿Tanto valor tienes como para robarme?

Soltó bruscamente a los aires, observando todo su alrededor.

-Tomé, esto es suficiente para pagar la comida.

Salió del restaurante y buscó a aquel hombre que le había intentado robar, por alguna razón presentía quiera aquella persona.

-Mugiwara-ya...

-Trafalgar Law, ¿qué te trae por aquí?

-Lo mismo te preguntó a ti, Mugiwara-ya.

De forma apresurada cerro sus ojos con fuerza, rogando que todo fuera un sueño y que aquel hombre quien algún vez fue su aliado lo dejara en paz.

-No es de tu interés, si no te importa, debo marcharme.

Siguió su camino deseando con todas fuerzas que este no lo molestara, no estaba de humor para soportar un perro del gobierno.

-Mugiwara-ya, necesito hablar contigo.

Maldición, ¿ahora que iba a preguntar? ¿Con que otra estúpida pregunta saldría?

-Rápido Law, no tengo todo el tiempo.

-Mugiwara-ya, ¿qué sucedió contigo?Aún no comprendo el hecho de que hayas dejado morir tu único sueño y todo por una traición.

La ansiedad lo empezaba a consumir ¿en que momento el dejó morir su sueño? ¿Quizás fue cuando sus amigos lo abandonaron?

-¿De qué hablas Law? ¿Cuándo he dejado morir mi sueño? Estaré solo, pero nunca dejaré ir por lo que he soñado.

Continuó su caminó, ignorando el llamado de su ex aliado.

Se detuvo y con voz firme habló.

-Dejame decirte una cosa más antes de que te vayas. No intentes intervenir en mis asuntos personales Law, te mataré si te metes donde nadie te ha llamado.

Y así, prosiguió su camino con un semblante sombrío y ansioso.

¿En qué momento se había alejado tanto de la ciudad? ¿Realmente estaba tan ansioso para no darse cuenta por donde caminaba?

Se detuvo y miro a su alrededor. En un instante un terrible dolor lo hizo caer al suelo. Su pecho se contraía de manera brusca.

Nuevamente su cuerpo se lastimada así mismo. No importa lo que hiciera, siempre se repite el mismo patrón de dolor. ¿No existe una cura para mi? ¿Ni siquiera eso puedo tener?

Su rostro solo se contraía del dolor, a su vez, su estómago expulso toda la comida anterior. Habían tonos rojos de sangre con negro, algo repugnante de ver.

Al acabar, éste se levantó, limpió la comisura de sus labios y se dirigió rápidamente al muelle.
Tenía que conseguir un barco y marcharse inmediatamente, no quería encontrarse con nadie más en esa isla.

Realmente no recordaba cuando empezó éste dolor o quizás... ¿El mismo se negaba a recordar aquel momento?

Aún así, no lograba comprender porque el dolor cada día crecía más y más, transformándose en un treuma para él.

Igualmente, no deseo pensar ahora mismo sobre mi enfermedad. Lo más importante es conseguir un barco y largarme antes de encontrarme con algún conocido o con la marina.

Se apresuró debido a que estaba muy lejos del muelld y necesitaba llegar lo más rápido rápido posible al muelle, pero siendo sigiloso porque podría ser atrapado por la Marina.

Maldición, ni debí dejarme llevar por mis pensamientos, no creí adentrarme tanto a lo que sería el bosque.

A lo lejos, logré divisar un gran muelle con muchas personas y varios barcos.

No traía el dinero suficiente, tengo que robarme algún bote como sea posible, se que no me lo darán de buena gana después de todo.

Llegando al muelle, pudo ver como quellas personas lo miraban con miedo y repulsión en sus ojos.
Las personas, rápidamente se fueron corriendo dejando el muelle completame solo, dejando al chico y a los barcos.

-¿Cuál escogere? Tiene que ser lo suficientemente fuerte para soportar el viaje de 1 mes.

Es lo que me basta para llegar a la otra isla.
Miré cada bote con gran detalle, mirando cual era el indicado para aquel viaje.

En eso noté un buen barco de buena contextura, seguro era lo suficientemente fuerte para tornar su viaje por un mes.

-Este debe ser un buen marco, puedo notar lo bien cuidado que esta y el gran amor que le han puesto.

Prometo no dañar este barco tan bien cuidado.

-¿Luffy...?

Un escalofrío recorrió por todo su cuerpo, puede que hayan pasado tres años, pero aquella voz... Nunca la olvidaría.

Su cuerpo se congeló por un instante, obligandose a mirar la persona detrás suyo.

Al posar su ojos en aquella persona, unas simples cosas resaltaron a su vista.
Tres espadas en su cintura, una haramaki en su estómago, sabía perfectamente quien era.

-Roronoa Zoro, ha pasado tiempo.

Fin 1 capítulo.

Traición...ya la conocía (Pausada indefinidamente).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora