Capítulo 10

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Subió a su barco, y de la manera más rápido que le pudo dar el viento y el mar, se dirigío a Amazon Lily, necesitaba respuestas de aquella mujer, ¿realmente lo había traicionado?

No quería pensar en eso por el momento, de igualmente manera no sería nada nuevo que lo volvieran a traicionar, simplemente que...

Es mejor centrarse en el viaje, demoraría alrededor de 3 días, lo mejor era dormir en lo que llegaba a la isla, no quería matarse más la cabeza con pensamientos ridículos.

Acomodó lo mejor que pudo se cuerpo y de poco a poco fue cerrando sus ojos, y a su vez, aquellos recuerdos en las cuales el estaba seguro de que nunca más soñaria, se hacían presentes lentamente.

3 años atrás

-¡A que no me alcanzas!, ¡a que no me alcanzas!.

Una risa soñadora, salió de aquel chico de sombrero de paja, estirando sus brazos se tiro hacía Usopp, cayendo encima de el y su otro gran amigo, Zoro, dañando unos barriles que se encontraban detrás de ellos.

-Algún día lo mataré.

Exclamaron ambos hombres debajo del chico.

-Lo siento.

Agregó el chico inclinandose un poco, ganándose un golpe de ambos hombres.

El chico río suavemente, y a su vez su estómago empezó a reclamarle por comida.

-¡Sanji!, ¡tengo hambre!, ¡haz algo de comer!

-A mi dame licor.

-Yo quiero Onigiri.

Agregaron los dos, al mismo tiempo.

-¡Malditos bastardos!, tendrán que esperar, primero debo cumplir con lo quehaceres que mi hermosa Nami-swan me pidió, después ella estará feliz y me abrazara y querrá estar conmigo y...

Mientras reía y su imaginación iba al límite, aquel chico de cejas de remolino, se podía notar como un hilo de sangre recorría por toda su nariz y como de aquellos ojos salían dos corazones.

-Cocinero pervertido...

-¿Qué dijiste marimo?

-Pervertido y sordo, que cocinero más inútil.

Sanji, rápidamente dio un golpe con una de sus piernas al espadachín, este reaccionó inmediatamente, cubriéndose con una de sus espadas.

-Maldito cocinero pervertido.

-Bastardo marimo.

Repentinamente, ambos hombres recibieron un golpe certero derrumbandolos.

-Dejen de hacer estupideces ustedes dos, Sanji-kun, ¿ya terminaste la quehaceres que te pedí hacer?

Sonrió aquella chica de pelo naranja, actuando con toda inocencia y sensualidad en ella.

-¡Si Nami-swan~!

Agregó el hombre, mientras hacía un baile bastante raro, girando alrededor de Nami.

-Sanji, ¡comida, comida!, ¡tengo hambre Sanji!, ¡Dame carne!

-Bien, Luffy, dame un minuto, y a mis hermosas damas les tendré su deliciosa comida~.

Traición...ya la conocía (Pausada indefinidamente).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora