Capitulo 8

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Desperté un poco agotado, al abrir mis ojos me encontré con una pared completamente blanca.
A su vez escuche una voz a mi lado, la cual reconocía perfectamente.

-Luffy, por fin despiertas, me alegro que estés mejor.

Miro para su lado derecho, encontrandose con aquel hombre-pez.

Las lágrimas se empezaban a salir sin razón interminable.

-¿Estas bien?, ¿qué sucede Luffy?

Estiro sus brazos y enrrollo al jefe en un
abrazó, ¿por qué el estaba aquí?, ¿desde cuando estaba él con él?, pensó que había muerto o se avergonzaba de el por todo lo que había pasado, tenía muchas preguntas, pero no tenía ni la menor idea de como comenzar...

-Luffy, tal como te lo prometí, aquí estoy, para comenzar mis aventuras con mi capitán.

La habitación se inundó en un silencio por unos minutos, Luffy realmente no sabía que responder ante aquello.

-Jinbei, para ser sincero no se como explicarte la situación en la que estoy ahora, en este momento estoy completamente solo, no tengo nakamas, no tengo nada...

Nuevamente el silencio reino en la habitación, realmente era difícil explicar las cosas por las que había pasado.

-Se a lo que te refieres Luffy, no tienes porque decirme si te duele de cierta manera, pero aún así yo te soy fiel a ti, y te acompañare en las aventuras que faltan por vivir.

Unas pequeñas lágrimas salían por aquellos ojos, Luffy no tenía palabras, después de lo sucedido con sus ex-nakamas el no pudo volver a confiar en nadie, ahora por fin dejaría de estar solo.

Paso su mano por su cara, limpiando aquel rostro de lágrimas, para dejar una bella sonrisa, aquella sonrisa que se creía pérdida.

-Me alegra escuchar aquellas palabras, y claro que si, ya que estas conmigo terminaré las aventuras que aún nos faltan, después de todo aún no las he completado, nos quedó mucho por descubrir.

Ante esto el jefe simplemente sonrió, se alegraba de nuevamente poder estar junto aquel hombre que admiraba.

-¡Tengo mucha hambre!, vamos a comer Jinbei, comamos como lo merecemos, comamos muchísima carne.

Y así el chico de goma salió corriendo de felicidad, detrás suya iba el jefe, tratando de seguirle el paso, había sido buena idea volver con el.

Duraron todo el día hablando de muchas cosas, de que había sucedido durante aquellos 3 largos años, Luffy claramente decidió explicar la situación por la que estaba pasando desde la traición de sus ex nakamas, hasta el intento de acabar con un país enteró lleno de corrupción.

Las horas pasaban lentamente, el chico de goma no podía estar más feliz que nunca, después de todo, por fin tenía a alguien a su lado, ya no tendría que estar más en esa oscura y terrible soledad.

-Es hora de acostarnos, tomemos esta noche merecida de un buen descanso para partir mañana y buscar al culpable de la traición "falsa".

Aquella noche Luffy no pudo sentirse mejor, después de 3 años lograba dormir tranquilo y con calma, sin miedo a seguir hundiéndose aún más en esa soledad.

Ese sentimiento de calidez, ¿cuándo fue la última vez que realmente lo sentí?

Una pequeña lágrimas se deslizó por su mejilla, por fin se sentía aliviado, ¿qué importaba su enfermedad?, el seguiría adelante y haría lo imposible por su único nakama, el cual protegerá con su poca vida que tenía.

Sus párpados suavemente se fueron cerrando, hasta caer en brazos de morfeo.

¡Oh!...pobre Luffy...¿cuánto más te piensas lastimar a ti mismo?, aún no debes caer en la desesperación, todavía te queda un reto por cumplir.

-Luffy, Luffy, ¡despierta!

El gran hombre movía rudamente al chico para que despertará.

-¿Jinbei?, ¿qué sucede?

-La marina logró localizarnos, debemos escapar.

Una pequeña risa brindó sonido a la habitación, y una sonrisa resplandeciente se plantaba en aquel rostro.

-¡Escapemos Jinbei!

Luffy recogió su sombrero y estiró su brazo enrrollando el cuerpo del hombre pez.

Una gota de sudor calló por la sien del hombre.

-¿Luf-...?

Aquellos salieron volando por el cielo, un grito se hizo escuchar mientras otro simplemente reía.
Callendo al suelo y empezando a correr lo que sus piernas dieran, desde atrás se podía oir como los iban persiguiendo.

-Hace mucho que no hacia ésto.

Porqué si, al parecer la marina había perdido el interés en el ex-capitan de los mugiwaras y por otro lado el no era muy fácil de encontrar.

En eso vieron como una lluvia de puños de fuego caían sobre ellos.

-Mierda, quien diría que Akainu me siguió hasta aquí, vamos Jinbei. Aún no es hora de pelear con él.

Ambos hombres corrieron lo más rápido, sinceramente Luffy no veía necesidad de pelear con Akainu, no aún, todo debía llegar a su tiempo.

Ambos subieron rápidamente en aquel bote. La marina estaba prácticamente a sus espaldas.

-¡Jinbei, rápido!, nos quedamos sin tiempo y están a punto de alcanzarnos.

Luffy estiró su brazo para pegar como látigo contra los marines en lo que Jinbei tomaba fuerza del mar para impulsarlo lo más lejos posible.

Al lograr su cometido el barco salió volando prácticamente por los aires, Luffy estiró sus brazos para brindarle la ayuda a su nakama.

Después de un rato en silencio y sabiendo que ya no corrian peligro, estallaron en risa, eso había sido muy emocionante.

Luffy se sentía tan feliz ¿cuándo fue la última vez que sentía felicidad al estar con alguien?.

-Gracias Jinbei.

-¿Por qué lo dices Luffy?

Hubo un pequeño silencio cómodo, pensaba ¿cuales deberían ser las palabras correctas que el debía decirle aquel hombre que estaba para él?

-Con toda la sinceridad posible, te agradezco por haber cumplido tu promesa y estar como nakama en la tripulación del rey pirata.

Porque si, esa era otra, dada su agonía y sufrimiento, el mar lo llevaba a vagar por todo lado y para su sopresa llegó a la tierra de aquel magnífico rey de los mares. "Cumplió su sueño", sólo, abandonado, y como un hombre completamente miserable.

Al estar tan metido en sus pensamientos no sintió como un puño de fuego era dirigido para el.

Su cara voltio horrorizada al ver a Jinbei en la misma posición que su hermano le protegió.

-J-Jinbei...t-tu...no, esto no, Jinbei.

Las lágrimas recorrían nuevamente su rostro, ¿por qué?, ¡¿por qué?!, ¡¿POR QUÉ?!

¡¿POR QUÉ NO PUEDO PROTEGER A NADIE?!

Agitado y asustado miro por aquella habitación.

-Jinbei...

Era una pesadilla. Nuevamente, su conciencia jugaba con el.

Fin capítulo 8.

Traición...ya la conocía (Pausada indefinidamente).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora