Aquella noche, el Club Edom estaba lleno hasta los topes. El alcohol corría como agua y el dinero como si se tratase de papel mojado. Elizabeth subió las aparatosas escaleras de metal, cargada con varias bolsas, intentando no llamar demasiado la atención.
Esa noche se encargaría de la zona VIP del club, pero todavía no sabía a quién le habían asignado, ni cuantas horas tendría que pasar allí entreteniendo a los clientes.
Cuando llegó al backstage, o al menos así les gustaba llamarlo a las chicas del club, posó las bolsas encima de su tocador y se deshizo el moño despeinado que se había puesto al salir de casa, por culpa de las prisas. Su larga melena rubia le cayó por la espalda en forma ondulada, se puso de perfil ante el espejo y se miró en él; necesitaba un buen corte.
-Deja de tanto mirarte y prepárate Cole, sales en media hora - le dijo su jefa inmediatamente superior, pasando por su lado. Alisha Brown no solía ser demasiado amigable con ninguna de las chicas, pero con ella era especialmente dura.
Quizá porque solo llevaba trabajando en el Club Edom un par de meses y algunas de las chicas pensaban que gozaba de algún que otro favoritismo.
Elizabeth Cole se apartó el pelo de la cara y se deshizo de la ropa que llevaba puesta, para enfundarse en un vestido de gasa negra que le llegaba hasta los tobillos, en el lado izquierdo tenía una abertura que le subía hasta pelvis y dejaba al descubierto su pierna; aunque la gasa no es que tapara demasiado.
El corsé del vestido estaba repleto de pequeñas piedras brillantes y alguna que otra lentejuela. Bajo el vestido, llevaba un conjunto de ropa interior de color negro, también con pedrería.
Cuando terminó de vestirse, se sentó de nuevo frente al tocador y comenzó a maquillarse. Por lo general, los hombres que visitaban el club no querían a chicas excesivamente maquilladas; les gustaba lo natural y cuanto más cara de niña buena pusieras, mejor.
Por eso no se echó demasiados potingues. Un poco de base, polvos compactos, algo de colorete color coral y rímel en las pestañas para resaltar sus ojos color verde. Terminó por ondularse el pelo y dejárselo suelto, se calzó los tacones de aguja también negros y volvió a bajar por la misma escalera que había subido, intentando no romperse la crisma contra uno de los escalones.
Pasó por delante de la zona común, donde se congregaban la mayor parte de los clientes. La mayoría bebía whisky solo mientras miraban a las chicas bailar desde la barra. Otros, los que ya habían bebido de más, se acercaban al escenario para tirar algún que otro billete al suelo y mirar con ojos de cordero degollado hasta que la bailarina de turno los recogiera; pues tenían prohibido tocar a cualquiera de las chicas.
No era el primero que lo había intentado y había terminado con un par de dedos rotos; por suerte, los porteros estaban siempre alerta. Había uno en cada esquina, vigilando todos y cada uno de los movimientos que ocurrían en la sala y en los reservados o salas VIP, había un portero en cada puerta; solo hacía falta levantar la mano y el cliente desaparecería de allí en un parpadeo.
Aquella noche, su amiga Kat se encargaba del escenario principal, sus miradas se cruzaron unas décimas de segundo, mientras Elizabeth se dirigía a la zona VIP y no hizo falta que dijera nada mas. El escenario principal era lo peor, al menos para ella.
Jordan también la saludo al entrar a la zona VIP, siempre era el encargado de vigilar esa zona y por suerte o por desgracia, ella solía pasarse la mayoría de las noches asignada allí. Al entrar, el olor dulzón del alcohol y de las colonias amaderadas le dio en la cara, haciéndola arrugar la nariz hasta que se acostumbró a él.
Notaba las miradas posadas en ella a través de las cortinas que separaban cada reservado, subiendo lentamente por sus largas piernas hasta llegar a sus pechos y después, dando un vistazo a su cara.
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STRIP CLUB (Zayn Malik)
FanfictionSi él le hubiera pedido en aquel momento que se desnudara por completo, lo habría hecho. Y no porque aquel fuera su trabajo, sino porque quería hacerlo.