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Jamás había visto un hotel con tanto glamour como aquel, tenía varias plantas y según le había comentado Anwar, su fiesta privada se celebraba en la azotea. No sabía si Zayn estaba al tanto de que acudiría a aquella fiesta con su padre, la había llamado varias veces y todas ellas había decidido colgar o ignorar su llamada; era lo mejor para los dos.

Anwar le posó una mano en la parte baja de la espalda cuando salieron del coche y la guió hasta la entrada del hotel, cruzaron la puerta corredera y llegaron a la recepción, todo decorado en negro y oro, con un toque minimalista y elegante.

Elizabeth era consciente de que un guardaespaldas les seguía desde que habían pisado la acera, pero intentó ignorarlo mientras escuchaba atentamente a Anwar hablando sobre porqué habían elegido ese hotel para la fiesta, la historia del mismo y los cócteles que debería probar.

El padre de Zayn no apartó su mano de su espalda en ningún momento, ni siquiera cuando llegaron a la azotea y se paró a saludar a un montón de empresarios que desviaban la mirada rápidamente hacia sus pechos.

Elizabeth había elegido un vestido blanco para la ocasión, con escote en forma de corazón, ceñido en la cintura y flojo de la cadera a los pies. Nada de pedrerías, nada de ropa interior a la vista, nada de aberturas en el mismo; y aun así se sentía un objeto.

Se había recogido una parte de su melena hacia atrás, la otra parte caía en suaves hondas por su pecho y espalda. También se había maquillado un poco más de lo que solía hacer cuando trabajaba en el club, pues se había delineado los ojos y pintado los labios de rojo. Anwar no había podido apartar la mirada de ellos, lo había notado; y no le gustaba.

-Una copa de champan para la señorita - le dijo Anwar, tendiéndole una bonita copa, muy fina, llena de un líquido dorado burbujeante.

-Gracias - respondió la chica, llevándosela a los labios y bebiendo un pequeño trago de champan. Estaba exquisito.

Anwar le sonrió de medio lado y después volvieron a acercarse a otro grupo de personas, esta vez de ambos sexos. Elizabeth se sentía completamente fuera de lugar, sabía perfectamente lo que aquellas personas estarían pensando de ella, que era demasiado joven para estar con alguien como Anwar Malik; que seguramente fuera una chica de compañía. O una prostituta.

Pero ella no estaba con Anwar Malik y tampoco era una chica de compañía ni una prostituta, solo era una idiota que había aceptado ir a esa fiesta en la que no encajaba por un puñado de dinero para la universidad.

Decidió no preguntar hasta qué hora duraría aquello y beber otra copa de champan para aguantar todo lo que hiciera falta.

Pero no contaba con que él apareciera por allí, vestido con un impoluto traje negro, corbata del mismo color pero esta vez, la camisa era blanca, lo que hacía resaltar su piel aceitunada y sus ojos dorados. Se atragantó con el champan y fue entonces cuando Anwar volvió a prestarle atención y se acercó más a su cuerpo.

-¿Estas bien, querida? - le preguntó, terriblemente cerca de su cara.

-Sí, lo siento - respondió Elizabeth, llevándose una mano al pecho.

Necesitaba recuperarse, necesitaba salir de allí; pero correr con aquellos tacones no era una opción.

Cerró los ojos con fuerza y apretó la mandíbula cuando escuchó la voz de Zayn a su espalda.

-¿Padre? - preguntó.

Padre. ¿Quien llamaba así a su padre? Nadie.

-¡Hijo! - exclamó Anwar, soltándola para abrazar a su hijo, que ya había clavado los ojos en ella - ¡Que alegría que hayas venido! ¡Y con esta preciosidad! Hola Karen, querida.

STRIP CLUB (Zayn Malik)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora