2

1K 47 1
                                    

Le temblaban las manos cuando sacó las llaves del bolso para abrir la puerta del apartamento. Era la segunda vez que besaba a Zayn. La primera había sido un accidente, pero esa vez había sido demasiado, él lo había buscado. No podía caer en sus redes, no podía acostarse con él porque iba a volverse más loca de lo que estaba ya.

¿En qué momento había llegado a suceder aquello? Cuando le había visto por primera vez, en el club, había pensado que era atractivo; pero no había podido dejar de mirarle en toda la noche. Al final, había terminado admitiendo para sí misma que era el hombre más guapo que había visto.

Y por alguna razón, él también había debido de pensar algo parecido de ella; porque se había acercado a preguntarle qué tal la noche, si estaba contenta en el club, cómo la trataban las compañeras y demás tonterías, y así había derivado a conseguirle los mejores trabajaros y también los mejor pagados.

Cuando se habían besado por primera vez, ella se había inclinado para abrazarle y agradecerle que la hubiera acercado a casa; él también se movió y cuando se dio cuenta, sus labios estaban unidos y sus lenguas se habían metido de lleno en una lucha.

Estaba tan ilusionada por aquel beso, que cuando la noche siguiente se enteró de que Zayn tenía novia y además, vivían juntos en el centro de Londres, se le cayó el alma a los pies y se metalizó de que aquel beso había sido un error, un accidente a causa del alcohol y la confusión de la noche.

Pero Zayn había seguido con los favores, los coqueteos, los roces y las miradas; y ella no podía apartarse de todo aquello, porque en el fondo le gustaba ese juego. Sabía que estaba jugando con fuego y terminaría por quemarse; pero no podía parar.

Abrió la puerta del apartamento con la cabeza echa un lío. Su compañera de piso, Verónica -mejor conocida como Ronnie-, ya estaba durmiendo desde hacía horas, como era normal. Así que intentó hacer el menor ruido posible mientras se quitaba los zapatos en la entrada y pasaba por el salón, hacia su habitación.

Se dejó caer en la cama, le dolían los pies a causa de los tacones y se sentía sucia. Mientras se quitaba los vaqueros y la camiseta se preguntó como había terminado así. Se había mudado a Londres para estudiar y había terminado trabajando en un club de striptease y sí, con el dinero que había ganado en aquellos pocos meses podría costearse la universidad sin problemas; pero tendría que esperar hasta el año siguiente para ello. Además de rezar para que sus padres no se enterasen de lo que estaba haciendo.

Le dolía la cabeza más que nunca cuando se despertó y se levantó de la cama. Miró el reloj de su mesita y comprobó que había estado durmiendo más de doce horas. Al menos aquella noche no tenía que trabajar, ni ver a Zayn, ni a Miranda, ni a nadie.

Salió de entre las sábanas y se recogió el pelo en un moño. Aún tenía los pies magullados y le dolían los brazos por culpa de la barra de pole dance. Prácticamente se arrastró por el pasillo hasta que llegó a la cocina. Ronnie, que estaba comiendo un plato de macarrones con queso tirada en el sofá, la miró con una ceja alzada.

-¿Y esa cara?

-Estoy cansada - respondió la rubia, haciéndose un hueco en el sofá.

-¿Mala noche ayer o qué?

-Horrible.

-Ese trabajo está acabando contigo, no sé porque no lo dejas.

-Sabes que necesito el dinero. Cuando tenga suficiente para pagarme la universidad y el alquiler sin problemas, lo dejaré.

-Pues entonces date una ducha fresca, cómete un buen plato de macarrones y ponte a ver Juego de Tronos conmigo, así se te pasarán todas las penas - Ronnie la miró por encima de su plato - Prometo esperarte para ver el capítulo, pero no eternamente. Así que mueve el culo.

STRIP CLUB (Zayn Malik)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora