2 de julio de 2056, París.
Jesse se encontraba con el corazón en la garganta. Cuando llegaron al cementerio la vio bajar del auto y caminar. Él no lo dudó y apresurando a su sobrino para que lo llevara, llegaron hasta donde ella estaba, viéndola frente a la tumba de Rachel Berry. Esta dejaba una rosa con un lazo negro.
Jesse se acercó y esta no dijo nada cuando lo vio dejar la caja de música junto a la rosa.
La observó, su rostro estaba reconstruido. Las nuevas cirugías faciales debieron arreglarle el rostro. Eran sus ojos avellana los que la delataban. Caminaron de regreso a la salida del cementerio sin decir una sola palabra. No le interesaba saber cómo había sobrevivido. Ya no le importaba nada a su edad.
Esta lo miró y le extendió una mano. La miró y luego de pensarlo le devolvió el apretón. Esta le sonrió y se acercó al auto de dónde había venido. Este se quedó viendo cómo se iba con el corazón a mil por hora. La vio abrir la puerta mientras tragaba saliva y extender su mano a alguien dentro del auto. La mano de una mujer anciana apareció y se unió a ella en un abrazo. Cuando Jesse notó quién era se quedó sin aire. ¡Rachel Berry!
Esta lo miró con ternura y le sonrió. Todos esos años llorando por no haber sido honesto con Rachel, pensando que le había privado ser feliz junto a ella. Culpándose a sí mismo por su muerta y llorando por haber arruinado la vida de dos personas. Ahora Jesse comprendía todo lo que había sucedido y sentía paz en su interior. Con una lágrima en su rostro, les sonrió y subió a su auto. Ambas lo vieron partir y se miraron, recordando cómo había sido ese momento.
28 de febrero de 2017, París.
Las lágrimas de Rachel no dejaban de caer mientras dejaba el anillo sobre la mano de su amada. Esta la miró con ternura a pesar del dolor que su ida le iba a causar. Pero Rachel se armó de valor y expresó lo que realmente sentía.
Rachel: Mi ángel, te amo.
Ella rompió en llanto y se acercó para besarla por última vez. Rachel envolvió sus manos con fuerza en ella para sostenerla. No quería dejarla ir, la idea la mataba. Sin soportarlo, rompió el beso y la miró.
Rachel: Huyamos de aquí. No importa cómo ni a dónde, llévame contigo. A donde tú vayas, te seguiré.
La alegría y felicidad inundó el corazón de la muchacha por primera vez en su vida. Le asintió y tomó un bolso de un baúl. Luego se acercó a unas cortinas y destapó unos espejos para luego romperlos en pedazos. Finalmente, el último, mostraba un pasillo largo que llevaba a un lugar lejano. Notó que en la puerta de la cueva había un hombre apuntando hacia ella. Empujó a Rachel por el pasillo secreto y luego de tapar la entrada con una pared falsa, presionó un interruptor en la pared que causó una explosión al mismo tiempo que un disparo se ejecutaba. Luego de asegurarse de que Rachel estuviera bien e iluminar el camino, la tomó de la mano para sacarla de ahí. El pasillo llevaba a una puerta de madera muy antigua que terminaba en una alcantarilla de la calle.
Rachel la veía sacar una peluca rubia y una máscara para ocultar su rostro cuando se dio cuenta de lo principal.
Rachel: No sé tu nombre.
La vio levantar la cabeza, cerrar el bolso y colgarlo en su hombro. Luego se acercó y la abrazó mientras la miraba con ternura.
Fantasma: Mi nombre es Quinn.
Rachel sonrió pero esta la tomó de la mano para sacarla de ahí. Gracias a que era tarde en la noche, pudieron escabullirse sin ser detectadas hasta llegar al aeropuerto y Quinn le entregó documentos de identidad falsos a Rachel, donde decía que eran esposas y provenientes de Estados Unidos.
Una vez subidas al avión, Rachel la hizo mirarla.
Rachel: Quinn... mi ángel de la música.
Quinn: Rachel... mi ángel.
Rachel: Te amo, Quinn. Y siempre te amaré, sin importar como luzcas.
Quinn: Gracias por querer compartir tu vida conmigo. Por primera vez en mi vida conozco la felicidad y tú eres la causa.
Rachel: No sería nada sin tu amor y protección. El fantasma de la Opera murió en ese teatro. Mi ángel de la música, la mujer que me enamoró y cuidó todos estos años está aquí a mi lado. Lista para vivir una vida conmigo.
Quinn: No tengas dudas que lo haremos. Y te haré feliz. Lo prometo.
Se besaron una vez más y Rachel se durmió en sus brazos, feliz a pesar del dolor que sabía, infligió en muchos al pretender su muerte. Pero sabía que era la única manera de que pudieran estar juntas.
Años después de que llegaron a Estados Unidos y lograron instalarse. Quinn logró realizar una cirugía plástica que arregló su rostro y se sintió una persona normal por primera vez en su vida. Ambas fundaron una academia en Los Ángeles, dónde instruían a niños prodigio en las artes de forma gratuita. Eso no evitó que tuvieran el capital necesario para mantenerse el resto de su vida y criar a su hijo Gustave. Llegada su vejez, al enterarse de la subasta en el teatro de parís, supieron que era hora de regresar. Rachel sabía que Jesse se merecía saber que estaba viva, por mucho que el joven juró amarla, con el tiempo se dio cuenta que ella fue una oportunidad financiera para él. Lo confirmó cuando se enteró que se había casado con Britt luego de que esta se hiciera una bailarina famosa. Aunque después el alcohol y el cigarro deterioraron su cuerpo.
Si esta historia enseña algo, es que no hay que juzgar el amor. El amor surge desde el alma y debemos apreciar a las personas por como son por dentro y no por fuera. Muchas veces, la cara más horrorosa puede estar necesitando el amor más puro y sincero. Mientras que otros, como el joven Jesse St. James que jugaba con el amor, necesitan encontrar a una chica que les llegue al corazón para aprender que por muy apuesto que te veas, si tu alma no es bonita y sincera, jamás podrás ser feliz.
FIN
GRACIAS POR LEER! Espero que les haya gustado. Dejen comentarios. Hasta pronto
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Phantom Of The Opera (Faberry Edition)
RomanceEl Teatro de la Opera de París, un edificio lujoso y monumental construido sobre un lago subterráneo entre 1857 y 1874. Los empleados afirman que la ópera está encantada por un fantasma misterioso que provoca muchos accidentes. El fantasma de la ópe...