El día de Chanyeol había comenzado más apresurado de lo que usualmente empieza, pero desafortunadamente se había quedado dormido y se despertó más tarde de lo usual, y vivir en medio de la nada no le ayudaba de mucho, no desayunó y simplemente corrió por todo el camino de tierra hasta tocar la acera de la carretera que lo conduciría a la civilización, para más desgracia los camiones y en general cualquier transporte colectivo no pasaba por ahí, corrió lo más rápido que pudo, a lo lejos logró ver un camión, bajo la velocidad y miró curioso a los sudorosos hombres que bajaban muebles del camión, al parecer tendría nuevos vecinos, sentía la emoción recorrer su cada fibra de su cuerpo, sonrió de lado y continuó su largo viaje.
Llegó a la universidad y subió la capucha de su sudadera negra, no le gustaba que le hablaran y no le gustaba hablar, se sentó hasta el frente pegado a la ventana y se recostó sobre la paleta de la butaca, miró el cielo azul y sonrió al pensar en sus nuevos vecinos, los antiguos residentes había desaparecido sin razón alguna, una pareja de mediana edad vivía en esa cabaña, un día -en el que Chanyeol se encontraba dándose una ducha- por primera vez se escuchó el ruido de una patrulla que a pesar de oírse lejana alertó al chico.
Al parecer la hija de la pareja había reportado que sus padres no estaban y que parecía que habían sido secuestrados puesto que la puerta del vitral de atrás estaba rota, nunca fueron a casa de Chanyeol, pues esta ni se veía en lo largo del camino, además de que los oficiales sólo habían recorrido un radio de diez metros de la casa, la pareja jamás fue hallada y la casa fue puesta en venta.
Sus clases comenzaron y Chanyeol enfocó su atención al profesor de Lectura y Redacción, de vez en cuando jugaba con las cintas de aislar que cubrían sus cuatro dedos de la mano derecha.
Cuando las clases acabaron fue directo al supermercado, y luego a una refaccionaría por algo de carbuclean.
Caminaba a la parada de autobuses que llegaba lo más cerca posible del camino de su casa, balanceaba la bolsa entre sus dedos mientras tarareaba sweet dreams de Marilyn Manson, también llevaba impresa en su cara una sonrisa traviesa, se divertiría mucho, sin duda alguna.
Subió al autobús y mientras esta hacía su viaje decidió meter su bolsa de plástico a su mochila de piel negra, la cerró y sacó su celular, conectó los audífonos y reprodujo la canción que venía tarareando.
Caminaba por la acera, cuando bajó del camión decidió hacerle una visita a sus o su nuevo vecino, con una alegría enorme caminó a pasos apresurados por la acera hasta que llegó a la cabaña, tocó la puerta pero nada pasó, frunció el entrecejo y decidió fijarse por una de las ventanas, la casa estaba vacía excepto por la basura que se encontraba en la mesa de centro de la sala, desanimado tomó el camino que estaba al costado de la cabaña, ya que por este también podía llegar a su casa, claro, atravesando el bosque.
A medida que caminaba escuchaba el crujido de algún árbol, apresuró su paso y se detuvo al ver a una persona colgando de un árbol sujetado por una cuerda.
Vio una gota de sangre caer a las hojas secas, se acercó para ver si esa persona seguía viva, tomó el pulso del cuello y comprobó que estaba vivo, miró atentamente al chico, piel blanca, cabello negro y labios rosados, era como una muñeca de porcelana y una muy bonita. Torció la boca y subió la vista, dejó su mochila en el suelo y buscó entre sus cosas su precioso cúter negro, trepó al árbol y tomó la cuerda, no era un gran plan pero de esa forma bajaría al chico, tomó la cuerda y la cruzó en su brazo, para su suerte el chico no pesaba tanto, comenzó a cortar la cuerda y una vez cortada usó toda su fuerza para no dejar caer de golpe al chico inconsciente, se fue acostando en la rama del árbol que cada vez crujía con más fuerza, el chico de a poco llegaba al suelo, cuando lo había bajado a una mínima altura Chanyeol lo dejo caer, la mitad del cuerpo cayó de golpe ya que la mitad del torso fue puesta con cuidado en el suelo al Chanyeol bajarlo con lentitud.
Bajó del árbol y cargó al chico a lo princesa, lo llevó hasta su cabaña donde limpió su frente cubierta de sangre y astillas, sacando estas últimas con un corta uñas, no tenía alcohol ni nada por el estilo, tomó el carbuclean y lo roseó en la frente ajena, tampoco tenía vendas o pero sus banditas y cinta de aislar, puso banditas en las rajadas más grandes y luego puso un parche de cinta de aislar, miró atentamente al chico y suspiró, ese chico era tan hermoso que le gustaría tenerlo sólo para él y así poder admirar sus belleza siempre.
—Pa...— el chico balbuceo y Chanyeol salió de su trance, miró atento al chico que comenzaba a removerse.
Chanyeol se alejó un poco y observó a su muñequito de porcelana abrir los ojos.
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