18.

961 122 38
                                    


—Vas a quedarte aquí, bebé— Chanyeol esposó la mano derecha de SeHun a la cabecera de su cama— Voy a traerte algo de comer de seguro tienes mucha hambre.

Vio a Chanyeol darse la vuelta y sus ojos picaron al ver el arco y las flechas colgando en su espalda, se culpaba de todo, todos seguirían vivos de no ser porque él decidió convivir con Chanyeol. Al poco rato Chanyeol regresó con una charola de comida caliente y un vaso de refresco.

—Vas a ser muy feliz aquí— dijo mientras se sentaba en la cama y acomodaba la charola.

Chanyeol le miró con tanto amor que SeHun creyó que tal vez estaba seguro y no le haría daño.

—Abre la boquita, muñequito— dijo acercando la cuchara a la boca de SeHun.

— ¿Por qué muñequito? — preguntó, tratando de tantear el terreno.

—Porque eres hermoso, tu piel es blanca como la nieve, tu cabello negro como la noche, tus preciosos pómulos sonrosados y brillantes como melocotones, tus labios delgados y rojos, tu figura etérea y elegante, eres tan perfecto y hermoso que incluso describirte como un muñeco es poco.

Si SeHun no tuviera miedo de morir, se habría derretido ante las palabras de Chanyeol.

(...)

YiXing moriría desangrado si alguien no le ayudaba, había escuchado los gritos de SeHun en la lejanía, pero estaba aturdido y el dolor punzante de la herida de había paralizado el cuerpo, cuando logró regresar en sí, se levantó sin sacar la flecha del costado, y sosteniéndose de los arboles caminó hasta la carretera, comenzaba a marearse, su vista comenzó a ponerse borrosa, pero tenía que pedir ayuda, tenía que salvar a SeHun como él había hecho antes, pero estaba herido y la sangre seguía brotando. Sus piernas perdieron la fuerza que le quedaba y cayó en medio de la carretera.

—SeHun— susurró.

Cerró los ojos.

(...)

DongHwa estaba en casa de su padre comiendo y calmando el dolor del mismo, cuando salió para regresar a su casa vio los mensajes de SeHun, eran de hace horas, y el último provocó que arrancara a toda velocidad hacía la casa del vecino de SeHun.

—¿Cómo se te ocurre SeHun? — golpeó el volante con furia.

El motor rugía con fuerza cada que aceleraba, pero tenía miedo de que fuese demasiado tarde. Mientras se acercaba a lo lejos vio un bulto en el medio de la calle, por un momento creyó que era algún animal muerto, pero frenó de golpe al notar que era YiXing. Se bajó con prisa, se acercó a su cuerpo y revisó el pulso, estaba vivo.

—YiXing—palmeó con fuerza la cara del menor—¡YiXing, despierta! —Vio los ojos moverse bajo los parpados— YiXing— sus ojos se abrieron con lentitud, y miraron a DongHwa con confusión— espera voy a ayudarte.

Tomó la cola de la flecha y con fuerza la sacó, YiXing gritó con dolor.

—Tenemos suerte, la punta es de metal fino— buscó en su chaqueta un encendedor y calentó la punta de la flecha— Solo haré que deje de sangrar, por más que quiera llevarte a un hospital no puedo, tengo que salvar a SeHun— Presionó el metal caliente en la herida abierta de YiXing, repitiendo el proceso un par de veces más, hasta que la sangre dejó de brotar, el menor fue valiente al quedarse callado.

DongHwa le ayudó a levantarse y lo llevó a su patrulla, arrancó de nuevo hasta estar en la entrada que llevaba a la casa de Chanyeol. DongHwa bajó de la patrulla, sosteniendo el arma firme y sin seguro, YiXing bajó también, quería ayudar a SeHun también.

Al otro lado del bosque.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora