26. No...

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No está de acuerdo con esta idea disparatada que ha inventado su hermano pelirrojo. Le desespera totalmente ser la carnada, la distracción, pero no se ha podido negar y ni si quiera ella sabe cómo ha terminado así. Mira un segundo más la puerta y resopla hastiada. Mientras ella decide entrar de una vez por todas o no, los demás signos, divididos en dos grupos, entran por las puertas laterales del edificio; lo que encuentran es perturbador, a lo que no pueden evitar mirar todo con ira y dolor, rabia es el sentimiento en su interior.

Su hermano azabache se encuentra aprisionado en una enorme caja de vidrio transparente, llena de agua hasta el tope, casi desbordándose; su cuerpo está de cabeza, sujeto por una larga cadena de bronce que se enrolla a él y le impide usar los brazos. Se retuerce en un vano intento de liberarse, sacando burbujas de su boca y nariz. En una parte de su abdomen que está ligeramente descubierto que se aprecia a ver ligeramente, se encuentra una marca rojiza formando una serpiente de la cual brota sangre. Aun no comprende cómo es que no se ha ahogado o al menos desmayado por la falta de oxígeno.

Mientras Sagitario busca salir de su prisión acuática de gran tamaño, Capricornio está sujeto a una pared. Unas placas metálicas en torno a sus muñecas y tobillos le mantienen pegado al muro de mármol, poseen un color rojizo con trazos de naranja que brillan, la razón de esto son las altas temperaturas que producen mágicamente, como tiene un patrón de escamas de reptil, fácilmente marca su piel, que se quema con rapidez. Con la fuerza que le brinda su cuerpo, batalla para zafarse, lo único que logra es lastimarse aún más. Sus quejas de dolor y bufidos irritados son tan claros y fuertes que retumban en los oídos de los demás, acompañados del sonido de metal chocando.

Frente a Leo, a solo unos pasos cortos, se encuentra el cuerpo de Escorpio (que claramente está poseído por Ofiuco), sobre el cuerpo de Cáncer. A diferencia de los otros dos, es el turno de ella de ser torturada por la serpiente, pues ellos ya tuvieron su tiempo de "diversión". Con una mano le sujeta de ambas muñecas poniéndolas sobre su cabeza, no es tan difícil que se queden ahí, incluso cuando la chica trata de sacárselo de encima, pero no puede, pues con su peso y sus piernas la acorrala contra el suelo. Patalea con desesperación, llorando con histeria y soltando gritillos de agonía pura, mezclados con la risa del otro signo mientras este, usando nada más que una pequeña arma similar a una navaja, escribe lentamente, como si tuviese todo el tiempo del mundo, en su piel, un poco más debajo de las clavículas, causando que el líquido carmesí brote y manche todo. Que desgracia que el arma no tenga filo alguno.

— ¡BASTA! ¡BASTA!—Suplica la cangreja.

Simplemente es una orquesta de sonidos agónicos, de dolor y sufrimiento sadista que les proporciona Ofiuco para su deleite. Piscis no puede evitar taparse los oídos y las lágrimas se acumulan velozmente en sus ojos. Admiran el espectáculo con asombro y repulsión.

Aunque todos quieren ayudar, ninguno se mueve, al menos no por el momento para no hacer algo irracional de lo que después se puedan arrepentir. Los demás signos miran escondidos, detrás de unas estatuas de cemento blanco que forman enormes serpientes de ojos obsidiana, colocadas frontalmente a Leo y la signo dentro de Escorpio.

— ¡Oye!—Reclama por fin la leona, captando la atención de Ofiuco, clavando sus ojos negros sobre ella. Indudablemente la chica está alerta, con sus orejas aguzándose a los ruidos detrás de las quejas y su cola crispada ligeramente. — ¿Así tratas a tus visitas?

Escorpio hace una sonrisa petulante y dejando en paz a la cangrejo, se levanta del suelo, acercándose de una manera casi elegante hasta quedar frente a la otra chica. La peli-naranja se queda recostada, sin aliento y agotada.

—Vaya, vaya. —Dice arrogante, examinando a Leo de arriba abajo, deteniéndose en sus ojos amarillos. —Mira lo que trajo el gato.

Leo le mira con tanta ira que parece que le saltara encima en cualquier momento, tanto que se notan claras arrugas en el entrecejo, su frente y nariz.

Problemas en el Olimpo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora