Capítulo 5: Segunda no Cita

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Al día siguiente Clarke estaba en la cafetería trabajando. A medida que se acercaba la hora de su descanso se iba poniendo cada vez más nerviosa.

- Clarke estás nerviosa. - Afirmó de repente Layla.

- ¿Qué?

- Que estás nerviosa. - Repitió divertida.

- ¿Cómo se me ocurre invitarla a comer otra vez? ¿Qué estoy haciendo?

- Conociendo a alguien.

- Pero yo no quiero conocer a nadie.

- Pues bonita, no es por nada, pero eres tú la que la has invitado a comer. Dos veces.

- ¡Ni que fuera una cita! - Soltó Clarke.

- No sé si es una cita, pero se le parece bastante. Y no es por nada, pero Lexa creo que está encantada.

- Lo sé - Suspiró Clarke. - Pero no quiero que se haga ilusiones. No es justo para ella. No puedo darle lo que ella quiere.

- ¿Sabes una cosa?

- ¿Qué? - Dijo Clarke sin tener muy claro si realmente quería oír lo que Layla tenía decirle.

- Si que puedes darle lo que ella quiere, lo que pasa es que tú no quieres.

- Da igual lo que yo quiera. No puedo.

- ¿Sabes qué? De vez en cuando deberías pensar más en ti y dejar de pensar lo que quieren y necesitan los demás.

Clarke frunció el entrecejo.

- El problema es que lo que yo quiero afecta a los demás. Además ni siquiera sé si es lo que yo quiero.

- Si no lo intentas nunca lo sabrás.

- No quiero intentarlo. Estoy bien como estoy.

- No Clarke, no lo estás.

- ¿Perdona? - Dijo Clarke irritada.

- Lo que oyes. No estás bien. Alguien que se cierra al amor no está bien. Si no lo superas nunca estarás bien.

- Estoy bien. - Dijo Clarke zanjando la discusión. O al menos esa era su intención.

- Clarke creciste de golpe. No lo superaste. No estás bien.

- Lo estoy. - Dijo Clarke yéndose a atender una mesa, y esta vez sí, dando por finalizada la discusión.

Clarke continuó su trabajo hasta que llegó la hora del descanso y fue a la cocina a realizar su pedido. Se sentó en la barra a esperar a que estuviera listo. Layla se acercó para hablar pero Clarke la cortó.

- No quiero hablar más del tema. - Dijo Clarke cabreada.

- Vale. - Dijo Layla levantando las manos y dando media vuelta.

Unos minutos después Lexa entraba por la puerta.

- ¡Vaya! ¡Qué guapa estás hoy! - Soltó de sopetón Clarke. "Eso Clarke ahora coquetea con ella". Y lo peor de todo... Layla la había oído y la muy cretina estaba sonriendo.

- Tu también Clarke. - Dijo Lexa toda sonrojada. "¿Le había echado un piropo?" Esto era nuevo.

- Me he tomado la libertad de pedir por ti.

Lexa la miró con una ceja levantada.

- ¿Qué? El primer día me hiciste escogerte el menú.

Lexa soltó una carcajada.

- Es cierto. Me fio de tu criterio.

Se quedaron mirando intensamente durante unos momentos hasta que una voz las sacó del trance.

Razones Para Existir (CLEXA AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora