Closet |NamJin BTS|

Epílogo.

  — Sigo sin creer que vayan a venir. — NamJoon se acomodo el moño color negro, al tiempo que se miraba al espejo. — Lo que les hice no tiene nombre ¿Tú que crees Chris? 

  —  Creo que exageras. — El rubio se acercó a NamJoon y miró a su amigo a través del espejo. — Sí en verdad son tan buena onda como dices, te aseguró que vendrán.

NamJoon le sonrió a su amigo, quien le palmeo el hombro con estima. Desde el día en que llegó a los Ángeles, Chris Peters le había brindado su amistad incondicional a la pareja. Sin duda un chico bien parecido, con los ojos azul celeste y las facciones tan finas como las de un modelo. Alto y casi tan delgado como NamJoon, demasiado carismático para ser real.

Eran compañeros de trabajo y ex compañeros en la universidad, NamJoon especialmente apreciaba como Chris  solía escucharlo, cuando de vez en cuando, se ponía a hablarle sobre su antigua vida y por supuesto sobre sus amigos.

Tal vez, si ese chico no hubiera llegado a su vida para ser su soporte, NamJoon no podría haber aguantado demasiado.

Chris miró a su amigo una vez más, para enseguida dirigirse a la  salida.

  — Creo que iré  a ver el vestido de Jin. — Rió burlón, mientras se despedía de NamJoon con la mano.

Joon comenzó a reír, enérgico con  el comentario que había hecho su amigo y volvió la vista al espejo para mirarse en él una vez más. Ese día tenía que verse perfecto, pues finalmente uniría su vida con la persona que más amaba en el mundo.

Una vez que se sintió listo, se sentó en el sofá de cuero que había en su recámara, para tomar su móvil y mirar si tenía alguna clase de mensaje.

Hace un par de días, le había enviado su número a Taehyung para saber el día en que su vuelo partiría. Se suponía que sus amigos tenían que haber llegado el día anterior, por lo que la preocupación se hizo latente cuando estos no se presentaron.

Jin le había contado que Jimin y Yoongi se habían casado, que Hoseok y Taehyung planeaban hacerlo y que  JungKook por fin había comenzado a salir con Sunji. Todas esas noticias lo hicieron sentir tan feliz, pero también tan ajeno, pues de haberse quedado en casa, tal vez hubiera sido parte de todos esos momentos.

Pensó en TeoSun, quien había cumplido 13 años recientemente y que había comenzado la escuela media esa primavera. Desde ese día, no  había tenido la oportunidad de volver a verla, ni a ella ni a su madre y francamente no sabía si era por falta de tiempo o por el miedo a su padre, aunque era demasiado posible que fuera lo segundo.

Suspiró y se pasó el cabello para atrás con una mano. Era obvio que no llegarian.

La madre de Jin entró en la habitación de su futuro Yerno, provocando que Namjoon se pusiera de pie para recibir a la señora.

  — Es hora, querido. — La mujer miró al joven con una sonrisa nostálgica.  Anticipando lo que estaba a punto de suceder. Su hijo menor estaba a punto de casarse con un hombre que lo amaba y valoraba, alguien que había dejado todo atrás para poder vivir en paz con su pareja.

Namjoon asintió y se acomodó el saco, para enseguida limpiar la palma de sus manos con sus pantalones. No podía evitar sudar a causa de los nervios.

Su futura suegra salió primero, con Nam pisándole los talones y una vez que llegaron al recinto, el chico pudo ver a su madre y a su hermana paradas en la primera fila.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, sin que pudiera evitarlo, tragó saliva y esbozó una sonrisa enorme, para acercarse a su madre y abrazarla con fuerza.