¿Qué es un avión?

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Cuando Lois abrió los ojos, lo primero que sintió fue el calor de los últimos rayos del atardecer en su pálido rostro.

¿cómo se habia quedado dormida si lo último que recordaba era que le demonio la había introducido en una tina caliente de agua y ella estaba tiritando de frío? Habré perdido la conciencia, se dijo, restando importancia al tema.

No sabía por qué, pero con ese famoso demonio sacado de una historia para no dormir siempre se sentía cansada. Y dormía más tiempo del que permanecía en vigilia.

Se percató de que la estaban observando.

Imaginaba quién podía ser, pero después de lo que le había ocurrido decidió verificar que, en definitiva, fuera él con la intención de evitar sorpresas aterradoras.

La muchacha parpadeó unas cuantas veces, acostumbrándose a la repentina claridad de la luz artificial que recientemente había sido prendida.

Se incorporó sentándose apoyada en la almohada, y vio que, su raptor sobrenatural no apartaba la mirada de ella.

Él estaba recostado en el sillón repasándola con su antinatural mirada gélida, Lois se sintió intimidada, los ojos del demonio expresaban de todo menos simpatía.

la joven no sabía que decir, realmente no necesitaba hablar, solo estaba preocupada por si otro de esos bichos se colaba por la ventana, lo único que podía hacer era temblar.
Además sabía que todo lo que le dijera a ese ser le entraría por un oído y le saldría por el otro.

Belial la veía como un molesto cachorro al que debía cuidar porque no tenía otro remedio. No era tonta, las escasas veces que se preocupaba por ella para mantenerla viva no era porque le importara, sino porque la necesitaba respirando para volver a su condenado infierno.
Lois tenía muchas preguntas rondando por su cabeza, pero temía formularlas.

¿que era lo que la había atacado? ¿por qué? ¿regresaría a por ella ese monstruo u otros? Lois desconocía casi por completo el lío en el que se había metido. Y empezaba a reconocerlo de la peor manera: intentaban hacerle daño. Daño de verdad. Aquello había sido mucho más que las sólidas amenazas de Belial, esa criatura que cobraba la imagen de sus peores pesadillas había atentado contra su vida.

- ¿Por qué eres tan tonta? - inquirió Belial, haciendo énfasis en "tonta", su mirada era tan fría y rígida que había helado el contraataque que iba a pronunciar la adolescente. - No respondas, tú sabes la respuesta. intentaste suicidarte, ¿eres consciente de ello, no? los demonios cambiaformas no llegan a matarte si no eres débil de corazón, tu lo eres, y casi mueres por frágil y estúpida. - Belial usaba un tono lúgubre capaz de paralizar a cualquier ser humano. Lois nunca había sido una excepción.

Viéndolo por el lado positivo, acababa de responderle uno de sus interrogantes. La cosa que había intentado matar a la muchacha era un demonio cambiaformas.

La dureza de la voz de Belial no admitía réplica.

La muchacha había corrido un grave peligro y podría haber muerto por culpa del demonio, que había desaparecido largándose a Dios sabe dónde, y además tenía el descaro de inculparla a ella que no había tenido más responsabilidad que la de ser una pobre débil de corazón.

El demonio se levantó y en un segundo ya estaba en la cama, a centímetros de ella. La muchacha aguantó la respiración. Y sus músculos se tensionaron instantáneamente.

- déjame ver tu pierna- la chica lo miró confundida, sin comprender a que se refería- te la curaré - le explicó el demonio.

Lois entendió su propósito y le obedeció, trató de apartarlo de golpe de él cuando se dio cuenta de que solo vestía con una camiseta de hombre y ropa interior. No pudo soltarse ya que el demonio le había cogido la pierna con firmeza.

La Guarida del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora