Enamorada de gemelos// Martinez Twins

Nuevo Comienzo

Miraba fijamente la pared de mi habitación como si está fuera a darme todas las respuestas del universo o al menos las soluciones a mis problemas, por supuesto no lo hizo y la pregunta permanecía en mi cabeza; ¿Debería irme a Los Angeles y dejar todo lo que alguna vez conocí aquí? Aunque en realidad no era mucho, vivía con mis tíos ya que mis padres fueron víctimas de un accidente de avión cuando yo tenía 12 años, mi tía, (hermana de mi madre) siempre me trató como a otra hija y yo la consideraba como una segunda madre pero mi tío nunca quiso que yo fuera a vivir con ellos, siempre he sido una carga para él, mi primo Aitor de 18 años también se portaba siempre muy bien conmigo y yo le quiero  mucho, a diferencia de su hermana Abby que siempre que podía me hacía quedar en rídiculo, se que suena estúpido pero yo la entiendo de alguna forma porque básicamente llegue y le robé una parte de su vida; de su familia,  de su casa, incluso de su comida, siempre me he sentido como una intrusa por ello pero no tenía otro lugar a donde ir cuando mis padres murieron.

Cuando me llamaron de Disney para trabajar como maquillista profesional  lo primero que pensé fue : Sí! Sería genial, pero luego me dí cuenta de que solo tengo 16 años y aunque también hablo inglés porque viví en Reino Unido hasta los 12 sería muy complicado vivir sola.

Así que como la mayoría de mis problemas, se los conté a mis suscriptores de YouTube, de alguna forma me hacía sentir mejor que había personas allá afuera que me apoyaban, rápidamente todos empezaron a comentar que sí, que debería hacerlo, pero hubo un comentario que me gustó mucho y decía: " La vida se mide en oportunidades, incluso las que rechazamos" .

Eso fue lo que hizo que me decidiera, salí de mi pequeña habitación que solía ser el lugar donde guardaban los juguetes y patinetas de mis primos cuando eran pequeños y le conté a mi tía, le dije que ya había aceptado el trabajo, sus ojos se llenaron de lágrimas y me dijo:
— Sabía que llegarías lejos cariño, estoy muy orgullosa— esto hizo que mis ojos también se llenarán de lágrimas y la abraze fuerte, era sábado  por la noche y mi prima seguramente estaba en alguna fiesta y mi primo con su novia así que al día siguiente les di  a todos mientras desayunábamos la noticia, cuando lo hize Aitor me felicitó y me abrazo, mi tío ni si quiera me miró y mi prima soltó una sonora carcajada.
Todos la volteamos a ver excepto mi tío:
—Debes estar jugando, a menos que quieran que los pintes como payasos— dijo mi prima Abby mientras tomaba la mantequilla de maní.
—Abby, no te pongas celosa— dijo Aitor  mientras le quitaba la mantequilla de maní, ella soltó otra carcajada.
—¿Celosa? En realidad estoy contenta porque podré usar el cuarto de los tiliches para poner mis zapatos— se refería a mi habitación.

—Definitivamente no lo harás— le dijo mi tía y yo le agradecí internamente aunque sabía que Abby no tardaría en convencer a mi tío de hacerlo.

Cuando acabé de desayunar fui a mi cuarto y comenzé a empacar mis cosas.

Mientras lo hacía sentí un ligero golpe en la nuca, era Aitor que me había lanzado un calcetín:
—Te extrañare pulguita, siempre creí que sería el primero en irme de la casa... pero ahora tendré que soportar a Abby yo solo ¿quieres darme algunos tips sobre como lo haces? — esto me hizo reír y darme cuenta de que yo también lo extrañaría mucho, extrañaría molestarlo en las mañanas sobre como su cabello castaño se alborotaba tanto que parecía tener un nido de pájaros en la cabeza, extrañaría incluso sus ojos verdes mirandome enojados cuando se me salía alguna  una grosería en inglés, pero sobretodo extrañaría tener alguien en quien confiar y refugiarme cuando las cosas no iban bien.
—Puedes solo ignorarla de por vida — le digo mientras cierro mi maleta.

—¿Me llamarás por FaceTime siempre que puedas? — me dijo y su voz sonaba algo triste.

—Por supuesto que lo haré, tonto, te llamaré tanto que te cansarás de mí incluso más que cuando estaba aquí— dije tratando de hacerlo sentir mejor, el se rió y me dijo:
—Yo también lo haré y pobre de tí si no contestas alguna de mis llamadas— me dijo más alegre.