The new little boy. [JENOxRENJUN] (NCT)

Capitulo 13.

POV's JENO.

Pasar las tardes enteras con Renjun se había vuelto algo de día a día. El me había pedido que en la mañana lo dejara para poder estar con sus amigos y yo con los míos, aunque claro, los míos también eran suyos, en especial Wendy; ella le había tomado demasiado cariño.

Estábamos en mi cuarto, el estaba viendo videos de un cantante que le gustaba, lo hacía todos los días, tanto, que aprendí a amar su música tanto como lo hacía el.

Hace un par de días habíamos ido juntos, solo los dos a caminar por el parque central de la ciudad, allí las calles estaban rodeadas de cerezos, por alguna razón el supo que mis favoritos eran esos y por eso pidió específicamente que fuéramos allí.

"¿Sabes? Me encanta este lugar, pero lo que más me encanta es poder estar acá contigo". Me había dicho Renjun aquella tarde. "Quiero que cuando pases o vengas a caminar por acá, quiero que siempre me recuerdes" dijo el pequeño con una gran sonrisa en sus labios mientras caminaba más rápido que yo.

"Nada haría especial este lugar si no estás tú". Le dije al oído mientras lo abrazaba por la cintura.

De repente su sonrisa desapareció y se volteó.

"Gracias por todo, Jeno". Y me besó.

Desde ese día el había estado súper cariñoso y apegado a mi, no quise preguntar el por qué de la última frase antes del beso. No le di mayor importancia.

Mientras estaba inmerso en mis pensamientos mirando el techo de mi habitación sentí que la cama se hundía a mi lado.

- Jeno... -el me sacudió un poco.

- Dime, Ren.

- Ya va a anochecer.

- Aun está temprano, puedes quedarte a cenar, sabes que mi madre te adora y no le verá el problema. -dije volteándome para quedar cara a cara con el.

- No es eso, quiero hacer algo. -puso su mano en mi mejilla mientras su miraba penetraba la mía.

- Lo que digas -susurre.

- Quiero ir a un lugar.

- ¿donde? -pregunté desconcertado.

- Solo prende tu moto, yo te diré después.

Y sin más este se paró de la cama de un golpe, agarro su abrigo y salió de la habitación. Desde hace un tiempo acá, el le había perdido el miedo a subirse en la moto, ahora lo encontraba emocionante.

"Muévete anciano, se nos hace tarde". Renjun gritó.

Agarre las llaves, mi abrigo y salí.

En las calles ya casi no se podían ver flores, lo único que llamaba la atención eran las hojas que caían más y más rápido indicando así la aproximación del invierno.

Después de manejar un gran rato, y cuando me refiero a gran, es muy grande, al fin habíamos llegado.

- Acá, acá es. -dijo el pequeño dándome golpes en la espalda.

Estábamos en una gran colina, allí se podía ver toda la ciudad.

- Ven, siéntate.

Hice caso a sus palabras y me senté al lado de el. El sol ya se estaba ocultando y las estrellas empezaban a hacerse notar lentamente.

El pequeño puso su cabeza en mi hombro y suspiro. "Hace mucho quería hacer esto".

Lo miré y sonreí.

- Al menos pudiste haber dicho que veníamos a hacer esto, pudimos haber empacado algo de comida. -hice un puchero.

- Tu si te quejas, ahora ya sé quién es la niña de la relación. -el soltó una carcajada.

- sere lo que quieras por ti, mi amor.

El se sonrojó casi de inmediato y volteo su mirada a otra parte.

La tarde se pasó así, entre risas, juegos, besos, tratando de encontrar formas uniendo las estrellas. El se veía tan inocente y tan emocionado por el hecho de estar allí, mirando los pequeños puntos en el cielo. ¿Y yo? Yo estaba feliz con el hecho de tenerlo a mi lado.

Era tan afortunado.

- Jeno -el susurró.

- ¿Mm? -dirigí la mirada hacia el, pero el aún tenía la vista en el cielo.

- Me iré unos días de la ciudad, mi madre quiere que la visite.

- Puedo ir conti...

- No. -dijo de golpe y después susurró mientras cerraba los ojos- es decir... no es necesario, ¿sabes?

- Te echare mucho de menos.

- No sabes cuánto yo a ti más. -me miró con esos hermosos ojos y de repente se abalanzó encima mío para besarme.

Los días sin Renjun pasaban más lentos, más aburridos, ya no miraba las cosas igual. Me hacía falta tirarle papelitos en la cabeza mientras estaba concentrado haciendo algún ejercicio, o cogerle el cuaderno cuando se paraba al baño y escribirle "Hola extraño", de alguna manera no dejaba de gustarme decirle así, me recordaba cuando fui capaz de hablarle directamente por primera vez. Pero ahora solo estaba un puesto vacío al lado mío.

No había hablando, texteado... algo, ni siquiera señales de humo desde que Renjun se había marchado, su celular estaba apagado siempre. Hace dos semanas y media se había marchado y me había dejado acá.

Terminaste siendo mi perdición, pequeño. Generé tanto apego hacia a ti que ahora que te has marchado siento que se han robado algo de mi interior.

Mark y Donghyuck intentaban hacerme olvidar ese hecho, a veces reía con ellos, salíamos a comer y jugábamos videojuegos en la casa del primero. Como era costumbre antes de que llegara Renjun a mi vida.

Los días pasaban y pasaban cada vez más lento, la única distracción que tenía era dormir todo el día, parecía un oso invernando.

Una tarde de esas, en las que faltaban un par de días para completar el mes desde la partida de Renjun, me encontraba allí, en mi cama, sumergido en un profundo sueño. Poco a poco me fui despertando al sentir una mano en mi mejilla y una mirada penetrante.

Abrí los ojos lentamente.

- Estoy devuelta, Jeno. -dijo Renjun sonriéndome con los ojos llorosos- No tienes idea de cuánto te he extrañado -dijo mientras se abalanzaba hacia mi y me daba un fuerte abrazo.

De esos abrazos que recogen todos tus pedazos y los vuelve a poner en su sitio.

El se separó de mi y nos sentamos en la cama mirándonos frente a frente mientras el sujetaba mi cara con sus suaves manos.

El pegaba pequeños hipos gracias a su llanto.

Sus lágrimas caían y caían cada vez más.

Sos ojos estaban muy rojos y su pequeña nariz igual.

Mis ojos de repente empezaron a ponerse vidriosos, mi pecho dolía al verlo así. Podía sentir su dolor.

- Dios... te extrañe demasiado. -el me abrazó muy fuertemente.

Sin explicación alguna mis lágrimas no dejaban de caer, ¿por qué estaba llorando?