Y Si Tengo Eso...

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Era uno de esos días donde otra vez nada tenía sentido, me sentía como león enjaulado, me faltaba, aire caminaba en mi habitación de un lado a otro no voy a mentir terminar con todo me pasaba por la cabeza pero a pesar de todo algo muy en el fondo de mi alma me detenía era como un susurro al viento que me decía que no era la solución, amis diecisiete años ya había pasado por varias cosas, unas dolorosas otras no tanto seguía caminando tocando cada parte de mi cuerpo para ver que estaba roro en mi, pero a simple vista no se veía, algo estaba mal eso era un hecho, recuerdo que adelgace muchos kilos pero no era a causa de la anorexia, simplemente el alimento ya no lo necesitaba, mi rutina consistía en levantarme temprano asistir al colegio, llegar y dormir tan profundamente como pudiera, recuerdo que mis padres preocupados buscaban mil formas de ayudarme, hasta que lo único que hizo que yo volviera a comer fue el ese hombre grande y robusto pero ala vez tan tierno y cálido protector y fuerte, me abrazo y me sujeto de los hombros y me dijo hija no ve duermas ya, no vez cuanto esfuerzo costo el sacarte adelante para que tu lo eches todo por la borda, mis ojos se abrieron y lo traspasaron hasta lo más recóndito de su ser, me quede muda y después de unos segundos lo único que dije fue, estoy cansada, y subí a mi habitación lo admito se que para ellos y para mi familia fue una etapa muy difícil, pero era inevitable, tenía una amiga eso creo y ella siempre siento que en vez de ayudarme me destruía o al revés no lo se, me gustaba estar con ella por que aparentemente no me juzgaba aun que a mis espaldas me desacia, mi profesor consentido, recuerdo sus palabras Astrid ella es una mala influencia pequeña ve como estas pero yo se que ella no tenía la culpa las decisiones las tomaba yo, en el fondo era una forma de destrucción y para a completar la situación su madre me odiaba jaja recuerdo ir a su casa y decirme que estaba demasiado gorda, ami me dolió pero por que era así si ami no me importaba estar gorda era un saco de boca cualquiera podía pasar y desquitar su ira conmigo.

Astrid mira hija estos pantalones ya no me quedan, prueba te los tal vez a ti si te calzón mejor echando tiempo atrás la señora era talla cuarenteydos mientras yo era talla tres increíblemente me los probé y me quedaron enormes mi amiga reía y yo con ella ahora entiendo que todo era una burla para sobajarme o otra la señora estaba o obsesionada conmigo, mis pantalones que yo llevaba desaparecieron, gracias a dios Danny la hermana de mi amiga que tenía once años. Me presto unos suyos en ese momento mi ojos se abrieron y vieron que realmente estaba muy delgada como todos decían, salí con esos pantalones puestos los recuerdo colo azul plástico, se veían tan simpáticos me quedaban como tipo capri debido a la estatura camine, mis padres ya habían temido por mi ausencia así que salieron a buscar me y me encontraron toda mojada por la lluvia en una calle solitaria, no era consciente de nada, del peligro o del miedo nada ninguna emoción aparentemente se manifestaba en mi subí al auto como en un estado de catarsis mis padres me regalaban no recuerdo bien lo que decían eran palabras pero los ojos de mis padres expulsaron lava, yo los veía pero no entendía, yo solo lo buscaba a él.

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