Capítulo 1

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POV Christopher

Las vacaciones de Navidad habían llegado. Ana y yo habíamos decidido irnos de vacaciones para desconectar un poco del trabajo, de la locura de la ciudad así que viajamos a Tulum con unos amigos. Eran las primeras vacaciones un poco más improvisadas que tuve desde hace algunos años.

Para ese viaje decidimos no llevar muchas cosas, unos cuantos bañadores, unos lentes para el sol y algo de ropa, nuestro plan era pasarla bien y disfrutar de la compañía y el hermoso lugar.

Llegamos al hotel e hicimos el checking de las habitaciones para irnos directamente a la playa, o ese era mi plan, ya que Ana prefirió quedarse con sus amigas encerradas en el cuarto hablando de "cosas de mujeres". Yo había preferido salir a caminar, respirar un poco de aire fresco y relajar la mente de todo el trabajo y compromisos que tendría nada más regresase al DF.

Llegué a la playa y suspiré pasándome las manos por la cabeza. ¿Por qué estaba tan lleno de trabajo? Me di un suave golpecito en la frente. No, ese no era el punto. Yo adoraba mi trabajo, adoraba actuar, adoraba la música... ¡Música, claro! Busqué mi iPhone y conecté mis audífonos para poder escuchar un poco de música mientras iba paseando por el paseo marítimo hacía la playa.

Me iba fijando en las tiendecitas de artesanía local que había, pero algo llamó mi atención en una tienda donde vendían artículos para la playa. Me acerqué para fijarme mejor en todo lo que en esa pequeña tiendecita había y encontré un salvavidas en forma de rosquilla. Una sonrisita de medio lado se formó en mi rostro y lo compré.

Regresé al hotel para cambiarme y agarrar una toalla y, al entrar a mi habitación, encontré las maletas de Ana ahí. Fruncí el ceño porque no habíamos quedado en que dormiríamos juntos, ella tenía otro cuarto asignado. Respiré hondo sin darle mucha importancia, así que fui a agarrar una toalla, revisé la pila de mi celular y lo puse a cargar.

De nuevo regresé a la playa, dejé el salvavidas a un lado para extender la toalla en la arena y poder irme al agua a bañarme.

POV Dulce

Paco, mi novio, ya tenía mucho tiempo insistiendo en que debía tomar unas vacaciones, pero un día llegó a mi departamento con unos papeles en la mano para proponerme ir a Tulum de vacaciones. Yo acepté de mala gana, pero acepté ya que les vendría bien a mis hijos tomar unas vacaciones juntos.

Llegamos al hotel, nos registramos y pedí que Paco durmiese en una habitación diferente a la mía y de los dos niños. Luna y Luca insistían en ir a la playa, así que yo le pedí a Paco que los bajase un momento en lo que yo terminaba de acomodar las cosas en el cuarto. Paco suspiró y de mala gana se llevó a los gemelos a la playa, y es que el solo parecía quererlos cuando yo estaba presente.

Paco se bajó a la playa con los niños y los miró.

-Listo -dijo mirando a ambos niños- pueden ir a divertirse.

- ¿No venes? Pato -dijo Luna mirándolo un poco sorprendida-

-No me molesten escuincles -dijo el tomando asiento en una de las terrazas del hotel-

Ambos niños salieron corriendo hacía la playa. Iban buscando un lugar donde ponerse a jugar cuando un salvavidas gigante en forma de rosquilla llamó la atención de los gemelos.

-Mila Luna -dijo Luca señalando el salvavidas- ¡Vamos!

- ¡Si! -dijo la pequeña Luna feliz-

Los dos niños se acercaron al salvavidas despacio, sin hacer mucho ruido, lo tomaron y salieron corriendo para que nadie los regañase.

El dueño del salvavidas estaba por entrar al agua cuando vio a los dos niños que se iban corriendo. Se quedó un momento mirándolos como sorprendido, pero salió corriendo tras ellos para recuperar su salvavidas.

- ¡Hey! -gritó el hombre persiguiendo a los dos niños- ¡Devuélvanme eso! ¡Pequeños diablillos!

Los gemelos empezaron a reírse y siguieron corriendo mientras se pasaban el salvavidas hasta llegar frente donde Paco y yo estábamos tomando un refresco yo y él una chela.

- ¡Cole Luna! -dijo el pequeño Luca riendo-

-Espelame -dijo la pequeña niña intentando alcanzar a su hermano-

Paco y yo estábamos parados frente a ellos, Paco indiferente a la situación y yo los miraba seria y cruzada de brazos.

- ¿Se puede saber que están haciendo? -dije mirándolos un poco enojada-

-Nada mami -dijeron a la vez sonriendo, mostrando sus dientes-

Yo los miré no muy convencida y señalé el salvavidas que traían.

- ¿De quién es ese salvavidas? -dije mirándolos a ambos-

-De un señol mami -dijo Luca-

- ¿Y por qué lo tienen ustedes dos? -dije mirándolos igual-

- Polque lo había dejalo solito -dijo Luna mirando el salvavidas- y estaba tliste, mami.

- ¿Estaba triste? -dije mirando a mi pequeña hija-

- Si mami -dijo Luna mirándome haciendo puchero-

El dueño del salvavidas llegó rápidamente detrás de los niños.

- ¡Ese salvavidas es mío! -dijo el hombre casi llegando-

Al escuchar esa voz sentí un cosquilleo correr por todo mi cuerpo, yo conocía muy bien esa voz.

-Chris... Christopher... -dije en un susurro-

El Secreto De Los GemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora