POV Christopher
Manejé hacia la casa preocupado por Dulce. Cuando llegamos, metí el auto directamente en el garaje, me bajé del auto y encendí todas las alarmas del exterior de la casa, después revisé y cerré todas las puertas de salida a la calle con seguro, me regresé al auto y con cuidado tomé al bebé en brazos, lo llevé a la sala y lo acomodé en su balancín. Después me regresé al auto y tomé a Dulce en brazos con cuidado ya que estaba dormida. En cuanto sintió que la tomé en brazos abrió rápido los ojos asustada.
-Shhhhh tranquila -dije tratando de calmarla- soy yo -la dejé con cuidado en el sillón cerca de Diego-
-No me dejes sola -dijo aferrándose a mi- por favor.
-No me pienso ir de aquí -la abracé- relájate ¿si?
Dulce solo asintió con la cabeza y se volvió a acomodar para descansar. Le di un tierno beso en la cabeza, preocupado, pero la dejé que durmiese tranquila. Yo me senté en el otro sillón para atender a Diego o por si ella despertaba y necesitaba algo. Dos horas después despertó, tenía dos meses sin poder dormir tranquila por miedo a que Paco le hiciese algo a ella o al pequeño Diego.
Mientras yo estaba recostado en el piso sobre la alfombra y Diego estaba a mi lado, recostado en su alfombra para bebés, sujetado por su pequeño cojín mientras jugábamos con algunos de los juguetes que sus hermanos habían escogido para él antes de nacer.
-Te ves muy tierno jugando con él -dijo Dulce sentándose en el sofá-
La miré rápido y le sonreí.
-A él parece que le gusta, o al menos se ríe -dije yo intentando animarla-
-Le gusta mucho -me regaló una sonrisa- es la primera vez que sonríe sin mi -dijo un poco triste-
-¿Quieres jugar con nosotros? -le sonreí para intentar animarla-
-¿En serio? -contestó ella un poco tímida-
-Si, obvio -le sonreí- eres su mamá ¿cierto? Pues hay que jugar los dos con este hombrecito.
Dulce se sentó en el piso a nuestro lado y comenzamos a jugar con el pequeño que nos miraba sonriente todo el rato. Yo, al ver su sonrisa, le tomé una foto por lo feliz que estaba y para añadirla a su álbum de fotos.
-Creo que esto le gusta, que le prestemos atención y estemos los dos con él.
-Es la primera vez que nos ve juntos -suspiró- ¿y las otras fotos que tomamos cuando nació?
Me paré y me acerqué al muele que estaba al lado de la televisión. Ahí estaban los álbumes de los gemelos, pero había otro azul que tomé y le pasé a Dulce.
-Aquí están todas las fotos que hemos tomado de él.
Dulce tomó el álbum y comenzó a ver las fotos haciendo que sus lágrimas se escapasen de sus ojos.
-Mi bebé -miró a Diego- te prometo que nadie te va a volver a hacer daño.
Me acerqué a ella y sequé sus ojos con cuidado.
-Fue mi culpa -susurré- debí dejar las puertas cerradas y las alarmas encendidas -suspiré- Lo siento...
-No fue tu culpa, Paco me dijo en un arranque que llevaba días espiándonos, que ya había descubierto todas las claves...
-Las cambiaré -me acerqué y la abracé sin perder de vista al pequeño Diego-
-Por favor, pero quiero pedirte algo -me miró-
-Dime -dije yo mirándola- lo que sea.
-Bésame -sonrío- Y no me sueltes.
Me acerqué a ella con cuidado y la besé con suavidad sin soltarla.
-¿Qué le pasó a Mi Chris apasionado en los besos? -dijo seria- Este no eres tú.
Me empecé a reír por su comentario.
-No puedo ser todo lo apasionado que me gustaría cuando tenemos a un bebé mirándonos fijamente.
-Pero si no te detuviste cuando los gemelos nos veían besándonos así -dijo ella y empezó a reírse-
Me reí con ella y tomé con cuidado su rostro, besándola primero lento y después más apasionado, con más ganas de ella. El beso continuaba, era muy apasionado pronto comencé a acariciar lentamente a Dulce y sentí como las lágrimas comenzaban a salir de sus ojos, entonces ella se separó de mi haciendo que la mirase con preocupación.
-¿Estás bien? -dije apartándome un poco de ella-
Dulce negó con la cabeza.
-Perdón -dijo y después salió corriendo hacía nuestra habitación-
Yo suspiré y miré a Diego con preocupación.
-¿Qué le pasará a tu mami? -lo tomé en brazos con cuidado y fui a ver que le pasaba a Dulce-
Con cuidado por el pequeño toqué a la puerta del cuarto.
-Dulce ¿puedo pasar?
-Si -contestó ella suspirando- pasa Chris.
Entré y con cuidado recosté al pequeño Diego en la cama para que no se cayese.
-¿Estás bien?
-No -respondió ella negando con la cabeza mientras seguía llorando- perdón si me fui así, pero no puedo.
-No pasa nada ¿ok? -dije limpiando sus lágrimas con cuidado- todo está bien.
-No Chris, no todo está bien -rompió a llorar- ese maldito me marcó.
-Dulce -dije haciendo que se sentase en la cama- no podemos intentar que las cosas se olviden de golpe -sequé sus ojos- no se puede y lo que quiero es que tu estés bien, que te relajes aquí en casa con la familia -le dije sin apartar mis manos de su rostro- hacer el amor es algo que puede esperar pero que tú estés bien es lo más importante ahorita.
-Chris, es hora que sepas algo...