Prólogo

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I. Diez años antes.


Estaba tendida en el jardín, con una cálida brisa agitándome las pestañas.

Harry había dicho que volvería, y podía llegar en cualquier momento. Cerré los ojos y acaricié el césped que se extendía abajo mío. Era uno de esos días donde no me importaba nada. Esos típicos días donde Harry me saludaba con un beso en la mejilla y hacía que las mariposas invadiesen mi pequeño estómago. El típico día cuando jugábamos con Legos, a pillarnos o a que el suelo era de lava.

Días de plena felicidad.

Abrí lentamente los ojos cuando escuché unos pasos en la acera. Nuestro barrio no era muy transitado, lo que significaba que cuando oía ese sonido, era que Harry venía a mi casa. Me incorporé, justo a tiempo para verle acercarse a mí silenciosamente, con una sonrisa en el rostro. Pero era extraño, sus ojos irradiaban tristeza.

—Hola, Jo —me saludó, al tiempo que se sentaba junto a mí y depositaba un beso en mi mejilla.

—Ho... hola —inmediatamente me ruboricé.

Él me sonrió, y sus ojos verdes volvieron a brillar de nuevo, pero enseguida se apagaron como un par de estrellas fallecidas.

—¿Qué pasa? —pregunté con cautela, sintiendo una presión en el pecho.

—Tengo que decirte algo... —comenzó, pero luego se quedó en silencio, mirando al césped, buscando las palabras adecuadas—. Mi madre me ha dicho que... nos mudaremos... a Londres.

Esperaba que fuese una broma, que sonriera, indicándome que todo fue una mentira.

Lo que más me dolió fue que no lo hizo.

No podía pensar con claridad, y mi visión automáticamente se vio nublada por las lágrimas. Tenía muchas preguntas por hacer, muchas cosas que quería decirle a Harry, pero no podría. Sólo el hecho de pensar que se iría de mi lado hacía que una parte de mí muriera.

Miré a Harry, sin poder articular palabra. ¿Qué se supone que le digas a tu mejor amigo cuando sabes que se irá y no volverá jamás?

—¿Cuándo... te vas?

—Mañana a las cinco —suspiró él, bajando la vista hasta la punta de sus pequeñas Converse blancas.

Sentí que el vacío y presión en el pecho aumentaba, y sollocé.

—¿Es... esta la última vez que... te veré, Harry? —le miré a los ojos a través de las lágrimas, esperando que me dijera que se quedaría junto a mí para siempre.

—No —me dijo, con seguridad y me miró. Su mirada me trataba de decir algo que yo no pude entender—, nos volveremos a ver. Volveré a por ti.

N/A: Cariño, si llegaste hasta aquí, muchas gracias. Si te gustó la novela ¿podrías darme tu voto y comentario? Así me enteraré que en realidad vale la pena seguir escribiendo. Y si no, también puedes dejarme tu queja c-o-n-s-t-u-c-t-i-v-a. Espero que os haya gustado, y deciros que actualizaré cada viernes, si veo que la fic va bien.

Besos, xo

Aprendiendo a Amarte  |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora