Duele, duele mucho. La verdad es que no, es más la combinación de vacío con pensamientos sobre soledad, de ahí sale a definición en mi caso de dolor.
Llegamos al aeropuerto, mi mirada se concentraba en el piso por el hecho que me ponía triste saber que se iría por un tiempo. Estuvimos todos los días juntos desde que lo conocí hace casi dos años, pero entendía la razón de que su madre lo necesitaba al estar enferma. Él en cambio mantenía su sonrisa intacta acariciándome el pelo, mientras yo me aferraba de un abrazo apoyada sobre su pecho. El padre lo acompañó con su auto, pero no bajaría a despedirlo porque debía regresar rápido a su trabajo así que solo yo iba a quedar para verlo partir, levantó sus maletas mientras yo lo ayudaba con un pequeño bolso.
—Chau pa, te llamo cuando bajo. —Chris lo saludaba desde afuera, mientras su padre lo observaba desde el auto respondiendo el saludo con la mano—. Pero a vos te llamo primero —me dice al oído mientras me abraza al caminar.
—Te voy a extrañar mucho. —Mantenía mi cara triste.
—Vamos sonríeme. —Nos detenemos y me toma con ambas manos la cara—. Yo también te voy a extrañar, pero quiero irme viendo una sonrisa así estaré bien. —Me da un beso lentamente en la boca.
—Hablaremos todos los días. —Sonrío por primera vez en el día, pero sé que en el fondo, en realidad no quería hacerlo.
—Todos los días mi amor. —Se escucha desde los parlantes su llamada de que debe partir—. Volveré para nuestro aniversario —me dice al oído.
—¿Me lo prometes? —le digo intentando no ilusionarme.
—Es una promesa. —Me mira y me da un largo beso de despedida. Se da media vuelta y lo veo partir antes de entrar al túnel. Se detiene por un momento y me sonríe mientras le respondo con lo mismo. Como quería, pero no puedo simular un lagrimeo y esa fue la última vez que lo vi.
—¿Sara? —me dice mi mama en voz baja al entrar a mi habitación—, No quiero molestarte y no sé realmente como actuar en estas situaciones. —Se sienta al borde de la cama donde me encuentro acostada e inmóvil boca abajo mirando hacia la ventana del fondo de mi casa—. Solo quiero que intentes despejarte, entiendo que es duro para vos lo que sucedió. —Me acaricia la espalda—. No quiero presionarte, pero considera que estoy acá para que te desahogues.
—Te queremos mucho, hija —me dice mi padre. Yo no contesté nada ni me moví solo me quede ahí mirando la ventana, sin pensar en nada y sin entender a la vida porque haría algo así conmigo podría seguir llorando pero ya lo había hecho toda la noche y todo el día anterior.Chris: ¡Buenos días hermosa! Ya llegué, estoy esperando que llegue mi papá al aeropuerto que se retrasó.
Yo: ¡Buen día amor! Siempre llega tarde a todos lados ¿no? Jajaja.
Sonrío tanto a su mensaje, estoy tan ansiosa por volverlo a ver, que me siento temblorosa.
Chris: Como siempre jajaja te extraño.
Ya quiero sentir el dulce sabor de sus labios.
Yo: Yo te extraño más ¿cuánto te falta?
En ese momento mi mama me asusta con un grito. —¡Sara! Deja de tanto celular y escúchame.
—¡¿Qué pasa?! Ya sé mama que la señora de al lado no te agrada. —Todos los días hablaba sobre eso, porque la vecina de al lado de nuestra casa le tira las manzanas podridas de su jardín al nuestro y según ella tiene una actitud sospechosa, porque mira escondida desde la cortina de su ventana a nuestra casa.
—No hablaba de eso, pero si debo juntar las manzanas podridas de nuevo y lo debo hacer yo sin ayuda de nadie y te preguntaba a qué hora salís hoy. Te pasa por no escucharme pero me gusta verte sonreír cuando mensajeas —me dice mientras saca un pastel de chocolate con almendras del horno, mi favorito, quería abrazarla tanto, me ponía más feliz de lo que estaba.
—Aún no sé a qué hora salgo, cuando me diga que está llegando, te aviso y salgo. —Sin quitar la mirada de su pastel.
—Bueno, pero no te olvides —me responde renegando como siempre, aun así me levanto y la abrazo.
Mi mama se va con la bolsa de basura al jardín a juntar las manzanas, mientras yo concentro nuevamente mi mirada perdida en el celular y veo el mensaje de que ya había llegado su papa y estaba viniendo, en ese momento me veo en el espejo y me vuelvo a ver en el espejo.
—¡Estoy horrible! —me grito a mí misma.
—¡Siempre estas horrible! —se escucha de fondo a mi papá cargoseando desde la mañana temprano como siempre, al parecer lo despertó mi grito.
Revuelvo mi ropero una y otra vez, hasta que veo la hora y digo ya es muy tarde. Aunque me quedaba tiempo, así que elijo al azar sin pensar y quedo con un vestido rojo y unos tacos negros. Me dejo el pelo suelto, por suerte tengo pelo lacio y a él siempre le guste más sin maquillaje, así que me ahorro eso y voy hacia donde habíamos quedado vernos ayer a la noche charlando. En donde nos vimos por primera vez en el supermercado de la ciudad, yo no lo deseaba tan así, arreglarme para ir a un supermercado, era raro o me sentía yo así, rogaba en el fondo que llegue rápido. Salí lo más rápido que pude y a dos cuadras recuerdo que me olvidé de avisarle a mi mama así que ya tenía una llamada que me iba a llegar dentro de poco.
Yo: Ya llegue, vení rápido, te extraño mucho.
Miraba para todos lados a ver si ya se asomaba y no dejaba de dar vueltas.
Chris: Ya me falta poco hermosa y te extraño más.
Yo: ¡Apúrate!
Mientras me agito de desesperación y preocupación.
Estaba tan ansiosa, mis piernas se ponían temblorosas y mi corazón latía mas rápido con cada minuto que pasaba. Recordé cada momento vivido. Esas noches tomados de la mano en la cama, mientras nos mirábamos de frente, escuchando nuestro tema favorito de fondo. Lo extrañaba demasiado, pero más que eso lo amo y a pesar de haber estado un año juntos aún no nos hemos dicho eso y quería decírselo hoy, en ese lapso pensando en él, veo la hora, había pasado demasiado tiempo y no sabía nada y justo me llega un llamado, agarro rápido el celular pensando que es él y se me cae al suelo. Lo vuelvo a tomar y es mi mama.
Desmotivada por ser ella le atiendo—: Hola Má, ya sé que no te avisé.
—Sí, no me avisaste y te dije que lo hagas, ¿dónde estás? —Nunca se si me grita o habla fuerte por el celular.
—En el supermercado de la ciudad, esperando a Chris. —Mientras pienso, si no le habrá pasado algo.
—Bueno, ¿cuándo volvés? —responde de mal humor.
—No sé má. —Ya quería que corte.
—¿Cómo no sabes? —Insiste, mientras yo respiro profundo para calmarme.
—¡Mamá! Espero un llamado o mensaje de Chris. —Ya estoy cansada de sus reniegos.
—Bueno, besos. —De repente se vuelve amable.
—¡Chau! —Y le colgué rápido.
Al ver que aún no tenía noticias de él, tomo la decisión de llamarlo. Sonaba pero no atendía y saltaba el buzón de voz lo intente dos veces más y sucedía lo mismo. Ya me asustaba, quería irme pero no sé dónde, no sabía qué hacer y ya me caía una lágrima. Intento nuevamente y me atiende:
—¿Hola? —Atiende una mujer y pienso que quizá marqué mal.
—¿Hola? ¿Quién es? ¿Está Christian? —Quizá era un familiar que se cruzó con él, me sentía confundida.
—¿Usted lo conoce? —Noto su tono preocupado y comienzo a dar vueltas por el medio de la calle.
—Soy su novia, ¿quién es usted? —Insisto, un poco molesta, por sus respuestas cortas.
—Soy una enfermera del hospital Ferreira, lamento informarle que hubo un accidente. —En ese momento me agacho al suelo y me siento. No quería que siguiera, no quería escuchar. Lo siguiente que hago es tapar mi rostro con mis piernas—. Christian Rivera ha fallecido. Su padre quien me pidió que atendiera, se encuentra internado, pero está estable. Lo siento. —Cuelgo rápidamente.
Miro a mi alrededor, intento caer en tierra por lo que dijo. Siento mis piernas inestables, así que me siento. En ese instante comienzo a sentir mis primeras lágrimas. Ya he caído, no lo veré más, doy un grito bien fuerte, me acurruco sentada en un escalón de la calle y me pongo a llorar.
—Hija, han pasado ya dos días y no estas comiendo —me dice mi mamá, mientras me deja la comida sobre la mesa de luz—, intentamos hablar con su padre, pero no responde los llamados al parecer no habrá funeral. —Intentaba sacarme unas palabras pero contándome esas noticias, no lo lograrían solo harían remorderme en los recuerdos que era lo que hacía cada minuto acá en mi cama—. Bueno solo eso —dijo y se marchó con un tono triste y molesto a la vez.
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El lago de los recuerdos
FantasyDespués de que el novio de sara muere, se ve envuelta en una aventura llena de misterios que debe resolver. El destino pondrá en juego sus decisiones donde su futuro estará en riesgo. Distintas realidades se verán involucradas donde no todos tienen...