4. Felices

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La callé. ¿Porque? ¿Porque hice eso? O dios... La había cagado. La había callado con un...

¿Abrazo? No se porque lo hice y ella tampoco ya que la pillé por sorpresa. Cuando procesó lo que había pasado me correspondió el abrazo susurrando un ligero "Gracias" al lado de mi oreja mientras cesaban las lágrimas. El corazón se me aceleró. Nuestros cuerpos estaban pegados y no solo podía notar algo tan evidente como sus voluminosos pechos tocándome sino su exaltado corazón palpitar o su respiración relajándose. Aunque parezca tonto eso me gusto más de lo normal e hizo que fuera mi corazón el que se acelerase. Después de un momento que por desgracia se me hizo demasiado corto nos separamos y... Me dió... Me dió... Un beso. Fue en la mejilla pero... ¡Me dió un beso! Me sonrojé. Nos giramos y vimos que todo el mundo se había ido a dormir así que después de darnos las "Buenas noches" nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones a dormir. Estaba tan contento que, aunque estuviese en la cama, no podía conciliar el sueño.

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Parecía que lo de no conciliar el sueño iba en serio. Fui tan tarde a dormir que me desperté a las 3 de la tarde y no por cuenta propia sino mas bien porque llegó Alex a mi habitación para bajar a comer. Entre bostezos y estiramientos salí de la cama a duras penas para conseguir vestirme con otra ropa que no fuese la de noche anterior. Me dirigí hacía el comedor para encontrarme a todo el grupo preparando la mesa para comer. Al llegar todos me miraron.

- Por fin despertó -dijo Diego-. Ya casi pensábamos que eras un oso en plena hibernación... ¡Y eso que estamos en verano! ¿Que estuviste haciendo anoche para cansarte tanto?

- Emmm... -pensé una excusa rápidamente- Era la primera vez que bebía alcohol y me desvelé más de lo habitual.

- ¿Y como llegaste a la cama?

- Paula estaba sobria así que me ayudó.

- ¿Pero porque seguiste bebiendo si te "sentaba mal" entre comillas?

- ¿Porque pareces mi madre?

- ¿Y porque no comemos ya? -dijo Ferto.

Y así fue. Cesó el hablar y empezó el comer. Tenia el estomago vació ya que la noche anterior me alimenté a base de alcohol y tampoco demasiado debido a que, con poquito, me subía a la cabeza muy rápido. Y recordando la bebida de ayer también me acordé de lo que pasó ayer con lo que no pude dejar de mirarla.

Ella. La que me acelera el corazón. La que miro siempre que puedo. La que me escucha y ayuda si es necesario. La me lo dice todo solo con una mirada. La que representa mi todo y sin ella no soy nada.

Ella estaba extrañamente feliz. Estaba más feliz que nunca. Ferto se me acercó para decirme que ya les había contado lo de Raquel al resto del grupo y ya se sentía más aliviado así que yo lo felicité. Tuvo suficiente coraje para decirlo.

Todos fuimos terminando de comer y por la tarde tampoco paso nada de vital importancia sino que lo interesante ocurrió por la noche. Todos estábamos en el comedor hablando y haciendo cosas varias y de repente quise ir al baño. Me levanté, me dirigí hacia el baño y me dispuse ha hacer mis necesidades porque ya tenia a Jordan colgando del aro, a Obama a las puertas de la casa blanca, a Eto'o a punto de salir al campo, a... Bueno creo que ya se entendió. Al salir de ahí vi unas escaleras para arriba. Recordé que dirigían hacia un buhardilla y la intriga me pudo y allí arriba todo era increíble.

Verano de AmigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora