10. Te necesito

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   Querido diario, soy un sinvergüenza al hablar de esto.

   Era casi media noche y Seira acababa de entrar en la habitación. No entendía su cometido aquí pero la situación no era precisamente cómoda para mi. Estaba con un pijama con estampado de anime sentada encima mía con una mano tapándome la boca para que no gritara y así alertara al resto de los inquilinos de la casa. Cuando conseguí zafarme de su mano, hablamos en voz baja.

- ¿Que haces aquí? -pregunté

- Venir a por ti porque te necesito.

- Pero... Es que... Tu... Y yo... No creo que...

- ¿No me vas a ayudar? -empezó a sollozar

- Pero a ver... no es por mi, es por ti... osea no... es al revés... pero... Seira, a mi no me gustas.

- ¿Y eso a que viene?

- ¿Porque vendrías a estas horas a mi habitación, en pijama diciéndome que me necesitas?

- ¿Creías que yo... que me gustabas? NO NO! No venia a por eso. Tu no eres mi tipo tampoco.

- Entonces...

- Necesito que me ayudes con Alex.

- ¿Alex? ¿Te gusta?

- Bueno... -se sonroja- No se... Últimamente es como si fuera mas cuidadoso y bueno conmigo y una cosa lleva a la otra y me acabé enam... Que creo que me gusta. Pero el problema es que seguro que a el no le gusto.

- A Seira le gusta Alex, a Seira le gusta Alex... -susurré con voz de niño pequeño.

- ¿Que?

- Ejem... Nada Nada. Pero... ¿Con que quieres que te ayude?

- Con Alex. ¿Que le digo?¿Que hago? Es la primera vez que me encuentro en esta situación y no se como reaccionar. No me enamoro nunca.

- No se... Emmm... se tu misma?

- Si los consejos van a ser así mejor me voy a Internet que voy mas rápido.

-  Perdón pero yo tampoco estuve en esa situación nunca.

- ¿Enserio? Pero si tu hablas del amor y/o cosas pervertidas muy relajado y confiado. Pensaba que ya no eras ni virgen.

- Mas me gustaría -susurré.

- ¿No te ha gustado nunca nadie?

- *Si tu supieras... Con Paula aquí imposible que no me guste* -pensé.

- Holaaaa... ¿Estas ahí?

- Perdón, si si. Es solo que estaba pensando.

- ¡DEJA DE PENSAR TANTO Y AYÚDAME!

- Shhhhh... -le tapé la boca- No levantes la voz que van a venir y nos van a encontrar... así

- ¿Así? ¿Que te refieres con...? -la chica bajo la vista y vio la bastante sexual posición en la que se encontraba- Perdón! Perdón! Perdón! -se sonrojo y se tapo la cara a la vez que salía de encima mio.

- No pasa nada -me senté en el borde de la cama y di un golpecito a mi lado esperando que ella se sentase- A ver, respecto a Alex... ¿Que has estado haciendo desde que te diste cuenta que te gusta?

- Pues no se... ir mas con él, intenté hablar con él para confesarme pero... pero se me entrecortaba la voz y simplemente no podía decirlo. 

- A ver... -me aclaré la garganta para obtener un aire mas serio y continué con una voz de narrador- Para empezar, pase lo que pase debes aceptar la opinión de Alex. Si resulta que si bien, si resulta que no pues borrón y cuenta nueva, y si resulta que no esta seguro intenta ganarte su amor pero su presionarlo mucho o se sentirá muy estresado. Mira... se me acaban de ocurrir dos opciones para que se lo confeses. La primera es que voy yo y le digo "Escucha, que resulta que a Seira le molas pero como es tímida le cuesta decírtelo y me pidió que te lo dijera yo". La segunda es que tu te las apañes sola, pero viendo la actual situación primero deberías conseguir mas confianza en ti misma para enamorarle. Con la primera opción se enteraría bastante mas rápido que con la segunda pero la elección final de qué hacer la tienes tu.

- Me convence mas la segunda -dijo un tanto insegura- pero como consigo esa confianza que dices.

- Te lo diré muy fácil, ni puta idea. Esto si que no tengo ninguna noción o experiencia de como hacerlo ya que por suerte yo ya nací bastante confiado de mi mismo así que te queda o preguntárselo a alguien que si lo sepa o mirarlo en Internet.

- Gracias, creo que ahora estoy mas preparada para hablar con el -nos dirigimos a la puerta de entrada de la habitación.

- Espero que no tardéis mucho y podáis anunciar al resto vuestra situación amorosa al resto muy pronto -dije acompañándola con una sonrisa por sentirme bien de ayudar a una amiga.

- Gracias -me dijo a la salida mientra me abrazaba del cuello.

- De nada -le respondí el abrazo. 

   Me fui a la cama feliz de ayudar a Seira pero a la vez triste. Era un sinvergüenza. ¿Como podía hablarle de como confesarle el amor a alguien tan tranquilamente mientras yo no se lo podía decir a Paula? Me doy vergüenza. Espero que Seira y Alex tenga un mejor comienzo que el mio.

Verano de AmigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora