—Mira, tienes un admirador. El chico de allá no te deja de mirar y debo decir que está bien bueno —murmuró Carla, sin ser para nada disimulada.
Me giré discretamente hacia donde ella apuntó y me encontré con una mirada últimamente conocida.
—No digas bobadas, es un pasajero. Debe estar pensando que nos conoce o algo... —murmuré tratando de quitarle importancia, lo acompañé con un encogimiento de hombros y busqué mi celular para centrar mi atención en otra cosa.
Estaba comenzando a inquietarme, podía sentir su mirada sobre mí y eso que ya había pasado bastante tiempo en que nos habíamos sentado. Me quitó el teléfono y puso la cámara.
—¡Selfie! —exclamó Carla mientras se acercaba más a mí.
Tras un par de fotos abrió la galería y me mostró la última foto.
— ¡Es guapo! —susurró emocionada mientras le hacía zoom a la cara del hombre que se veía unos metros más atrás de nosotras, donde salía mirándonos.
Entré en un mini pánico imaginando en milésimas de segundos, las mil maneras en cómo esta foto podía llegar a sus manos. Le quité mi teléfono y borré las tres fotos que había sacado.
Seguimos comiendo nuestras hamburguesas, intentando olvidar las miradas de cierto hombre.
Llené mi vaso dos veces con Pepsi, llegando al punto de tomar más de un litro de gaseosa yo sola, por lo que mi vejiga empezó a quejarse.
—Voy al baño, ¿me esperas o vas? —pregunté a Carla quien negó con la cabeza mientras se metía el ultimo pedazo de hamburguesa a la boca.
—Te espero —respondió con la boca llena, haciendo que migas se escaparan de su boca.
Arrugué la nariz con asco al ver a mi amiga, luego me reí y comencé mi camino al baño.
Llegué a duras penas al baño, urgiendo vaciar mi vejiga. Cuando salí me lavé las manos y retoqué mi maquillaje. Me miré al espejo e hice una mueca, me veía muy cansada. Necesitaba llegar al hotel a darme una ducha urgentemente. Mi cabeza ya no aguantaba más mi peinado tan tirante, el cual me hacía parecer china. Mi cabello ya estaba sin brillo y necesitaba quitarme el uniforme.
Iba saliendo del baño cuando por estar guardando mi cosmetiquero en mi bolso, choqué de frente con un torso bastante duro. Sabía que era un hombre porque mis ojos llegaban justo al nudo de su corbata. Un suave aroma llegó a mi y me dieron ganas de enterrar mi nariz en su cuello para saber qué perfume era. Olía muy bien.
—I'm sorry, sir —murmuré en mi perfecto inglés sin levantar la vista.
¿Acaso lo estaba olfateando? Me sonrojé un poco al darme cuenta. Di un pasó atrás torpemente.
—Don't worry —respondió el hombre con una voz grave. Una voz bastante sexy, por lo demás.
Tuve unos de esos momentos en los que, en solo milisegundos, imaginas mil maneras de escuchar esa voz pronunciando algo. Y en mi pensamiento era mi nombre, en diversos escenarios, si saben a lo que me refiero.
Esperen. Esa voz la había escuchado antes.
Miré hacia arriba y me encontré con un par de ojos grises mirándome con un brillo extraño, y con un labio inferior escondido tras unos perfectos dientes blancos.
Mierda... Él otra vez.
No sabía qué hacer. Estaba paralizada y no me había dado cuenta de que estaba conteniendo la respiración.
—Disculpe señor, no estaba mirando por donde iba —dije intentando esquivarlo para correr lejos, pero fracasé. A todo esto, mi inglés se había ido corriendo a esconderse, antes que yo.
ESTÁS LEYENDO
Así Me Quiero Quedar
Romance"Todo iba perfecto en mi vuelo hasta que me encontré con esos ojos grises..." Florencia Cole es una mujer que a su corta edad ya está realizada, tiene el trabajo de sus sueños, una amiga perfecta y su vida es como ella siempre quiso, y todo lo que e...