Capítulo 3

2.7K 245 35
                                    

Lauren no se sentía muy cómoda en aquella cena, principalmente porque no conocía a nadie y las únicas personas con las que había hablado en el trabajo, ahora estaban ocupadas con sus parejas o amigos.

Al menos le había tocado sentarse en la mesa de Keana y en donde frente a ella se sentó Dinah con unas amigas. La rubia intentaba hacerla partícipe, pero la verdad es que no le salía nada, no podía porque era una estúpida socializando. Aún lo era.

Keana era bastante agradable, habla con ella como si se conocieran hace mucho, la hacía sentir cómoda teniendo una conversación, pero la mujer parecía ser alguien muy solicitado porque todo el tiempo alguien interrumpía las conversaciones que tenían. Así que una vez más estaba sola en aquella mesa jugando con la servilleta blanca que estaba sobre la mesa.

Mentiría si dijera que no le importaba dónde estaba Camila. Cuando llegó al lugar, ella y Adam la habían recibido amables. Aunque Camila apenas había dicho “Hola” mientras la miraba, eso fue todo. Al contrario de Adam que como todo un caballero le dijo lo bonita que estaba y la invitó a pasar, incluso en un momento se acercó a preguntarle si todo estaba bien o necesitaba algo. Ese hombre era demasiado bueno y agradable con todo el mundo.

Había recibido a cada persona, o en su mayoría, tan elegante, educado y amable. Camila estaba a su lado todo el tiempo, llevaba un vestido color crema que le llegaba debajo de los muslos, era simple, pero elegante y le quedaba hermoso, le quedaba realmente hermoso y su cabello suelto planchado la hacía ver aún mejor. Era increíble. Esa mujer era demasiado perfecta para ser real.

Apenas la había visto sentía que le faltaba el aire y ni hablar de cuando sus ojos se cruzaron. Camila no dijo nada, no dijo absolutamente nada más que ese simple Hola. Luego mantenía la vista hacia abajo o en otro lugar. Lauren creía que algo estaba mal con ella, quizás. ¿se veía fea?

Pero, en realidad lo que sucedía era otra cosa.

**

Camila sonrió cuando sintió el brazo de Adam sobre sus hombros. Estaban sentados en la mesa después de cenar, la gente disfrutaba de la banda que había arriba del pequeño escenario, todos menos ella que al menos lo intentaba porque su prometido estaba a su lado.

Adam intentaba mantener una conversación con ella, pero fallaba porque Camila parecía distraída, apenas le respondía. No entendía qué le pasaba porque antes de ir a la fiesta habían estado juntos, se habían preparado para esa noche juntos, habían llegado juntos y Camila estaba bien, no paraba de reírse, hasta en un momento dejó de estarlo y no sabía porqué.

La morena sabía que a su lado, el hombre con el que se iba a casar, estaba preocupado por ella, pero no decía nada aún. No se merecía que estuviera nerviosa desde que vio a Lauren llegar con ese vestido negro ajustado a su cuerpo, con esa chaqueta de cuero negro y el cabello a un lado, un poco alborotado, pero sin dejar de ser elegante para la ocasión. Además, era la primera vez que la veía vestida de esa forma, era la primera vez que la miraba de arriba hacía abajo estudiando lentamente todo su cuerpo. ¿qué le pasaba? ¿Cómo se había atrevido estando al lado del hombre que amaba? Sin poder evitarlo, tuvo que dejar de mirar a Lauren y simplemente decir un Hola.

No sabía qué es lo que tenía Lauren porque fácilmente lograba ponerla nerviosa, tonta, incluso se sonrojaba todo el tiempo. Era imposible estar cerca de ella y no sentirse así.

Y lo peor de todo es que jamás le había pasado algo como esto. 

Y como se sentía culpable, se sentía nerviosa e inquieta por los pensamientos que tenía, además Lauren estaba sentada en la mesa de enfrente y no podía dejar de mirarla, entonces se sentía mal y confusa porque no tenía idea de qué era todo aquello. Estaba cansada porque no quería sentirse así. Ella amaba al hombre que estaba a su lado y por eso iba a casarse con él.

Otra vez su mirada se dirigió a la mujer de cabello oscuro. Estaba jugando con el borde de la servilleta blanca, parecía aburrida y sintió ganas de levantarse para ir a hablarle y escuchar su voz. No. No. Ahí estaba otra vez pensando esas cosas y estaba mal.

—Amor, ¿te pasa algo?—Las cejas de Adam estaban fruncidas.—¿Quieres que salgamos afuera un rato?—Camila bajó mirada unos segundos y asintió.

Necesitaba aire y necesitaba dejar de pensar esas cosas. Dejar de pensar en Lauren.

Todo esto estaba muy mal y aún peor, apenas la conocía hace una semana. Debía parar de inmediato.

Adam se disculpó con la gente de la mesa y tomó la mano de Camila mientras que a la otra la había dejado en su espalda baja mientras caminaban. El jardín estaba iluminado con luces blancas, estaba perfectamente cuidado y tenía una linda vista a playa. Había algunas plantas con flores y luces de colores colgadas de un lado a otro.

—¿Qué te pasa?—Adam le acarició la mejilla y apoyó una mano en la cintura de Camila para acercarla más a él.—¿Te sientes mal?

—Nada. No es nada, me duele un poco la cabeza, pero ya se me va a pasar. No te preocupes.—Jugó con los dedos de Adam que estaban en un lado suyo y le dio una sonrisa para tranquilizarlo.—Todo está saliendo bien, ¿no?

—Sí… Excepto porque mi amor no está de ánimos.—Arrugó la nariz haciendo reír a Camila.

—Con un par de copas se me pasa.—Adam se rió negando.

—No te pases que apenas tomas dos tragos ya estás riéndote de todo.—Camila lo miró fingiendo estar ofendida.—Pero no te preocupes que voy a estar para llevarte a casa y ponerte a descansar.

—Por eso te quiero. No podría beber si no estás conmigo, ¿ves?—El moreno sonrió tomando el rostro de Camila con ambas manos para acercarla a sus labios. El beso duró algunos segundos y al alejarse Camila soltó una risa limpiando el labial que había dejado en su prometido.—Tienes aquí…—Le terminó de limpiar.

—Y tú aquí.—Él también le limpió y luego le robó un beso sacándole otra risa.—¿Volvemos adentro?

—Sí, vamos.—Asintió y antes de irse le acomodó la corbata dando dos golpecitos en el pecho al terminar.

Al volver a entrar, sin poder evitarlo sus ojos buscaron a Lauren que estaba sentada con Keana Marie hablando de vaya a saber de qué cosa. Lauren veía el perfil de Keana con una sonrisa mientras la castaña le contaba algo riéndose. Se descubrió rodando los ojos y ahí estaba ese estúpido sentimiento de culpa. ¿Por qué le molestaba? No debía importarle. Ella estaba de la mano con su futuro esposo. Al cual amaba mucho.
 
**

Lauren salía del baño después de haberse retocado un poco el maquillaje, principalmente el labial. Pero se detuvo cuando casi choca con alguien, logró tomar los brazos de esa persona antes de qué se cayera o tropezara. Su corazón se enloqueció cuando vio que era Camila esa persona y estaba ebria. Sí, definitivamente lo estaba. Sus mejillas sonrojadas y esa risa tonta lo dijo todo.

—Lo… lo siento.—Se disculpó soltando a Camila rápidamente.—¿Te hice daño?

—¡Lauren! No.—Se rió apoyando una mano en el brazo de la oji verde.—No te preocupes, yo venía… al baño creo y luego tú… viniste y pum chocamos.—Hacía movimientos con su mano mientras explicaba y Lauren soltó una risa ante lo ebria que estaba. No era tanto, pero lo estaba y Camila se veía adorable.

—Sí, ya veo.—Frunció un poco las cejas sonriendo.—No deberías seguir bebiendo.—Señaló la copa que tenía Camila en la mano.

—No me digas qué hacer porque yo soy la jefa, ¿ok?—Lauren enmudeció asintiendo apenada.—¡Ay Lauren!—Se rió otra vez.—Estaba bromeando.

Lauren sentía que se iba a desmayar en cualquier momento y no precisamente porque estaba ebria o algo porque apenas había bebido algo, sino que por los nervios que tenía ahora mismo.

—Camila. ¿Ya fuiste al baño?—Dijo Adam llegando hasta ellas.

—No, ya iba es que me choqué con Lauren.—Dijo con una sonrisa.

—Hola Lauren. ¿Qué tal la estás pasando?

—Bien.—Sonrió de lado.—Hicieron un gran trabajo, la verdad.—Asintió.

—Gracias. Dinah es la reina de las fiestas. Cuando íbamos a la Universidad ella y yo hacíamos fiestas todos los viernes. Eran geniales.—Contó Camila haciendo que Lauren sonriera viéndola.

—Dame la copa, cariño.—Dijo sacándole el elemento de  cristal y lo dejó sobre una mesa que había por ahí.

—Bueno… me voy por allá.—Dijo Lauren despidiéndose con su mano.

—Lauren, estás muy bonita.—Se detuvo en seco al escuchar a Camila. Parecía que su corazón iba a salirse de su pecho por lo rápido que latía y las mejillas le ardían demasiado.

—Gracias.—Le sonrió como pudo y siguió su camino sintiendo que sus piernas le temblaban un poco, todo el cuerpo le temblaba. ¿En serio había dicho aquello?

—La hiciste sonrojar.—Murmuró Adam frunciendo las cejas.—¿Qué se supone que fue eso?

—¿Un halago?—Ladeó un poco la cabeza y Adam rodó los ojos.—¿Me vas a decir que no se ve hermosa con ese vestido?

—Eh… Bueno.—Miró la dirección en la que se había ido Lauren.—Sí, claro.

—Bueno, pues se lo hice saber. A una mujer le gusta que le digan lo preciosa que se ve.—Adam asintió.

—Bonita, hermosa y ahora preciosa. Ok.—Sus cejas se levantaron con un poco de sorpresa.—Lauren es muy bonita, pero no tanto como tú.

—¿Eso significa que andabas mirando a Lauren?—Camila levantó una ceja y Adam se sonrojó de inmediato mientras negaba.

—¡No! No. No. Sabes que yo no… no miro a ninguna mujer que no seas tú.—Dijo rápidamente.

Camila soltó una risa.

—Eres muy lindo. Espérame que ya vuelvo.—Adam asintió suspirando.

**

—¿Y por qué alguien como tú está sola?—Keana bebió de su copa. Lauren se sonrojó bajando la mirada.

—¿Porque nadie quiere estar conmigo?—Frunció las cejas soltando una risita.

—Mmmh. Creo que estás equivocada. Quizás es que tú no dejas que alguien quiera estar contigo, porque claramente muchas personas quisieran a alguien como tú.—Lauren estaba roja ahora y Keana soltó una carcajada.—No puedo contigo, en serio. Mira, eres super adorable. ¿Cómo alguien no querría fijarse en ti?

—Bueno. Nadie lo hace y la última vez me… fue una porquería.—Suspiró.—¿Y tú?

Keana sonrió apoyando el codo sobre la mesa y la mejilla contra su mano viendo a Lauren que estaba sentada frente a ella. La verdad es que le parecía la persona más tierna que había visto en su vida, era tan tímida y torpe a veces, no podía evitar querer conocerla más porque Lauren era realmente una persona que todo el mundo quisiera tener en su vida.

—Yo estoy sola. Me divorcié hace dos años.—Hizo una mueca.—Supongo que me casé muy joven y en realidad no estaba tan lista como creía.

—¿Sí? Vaya. ¿Cuántos años tienes? Sin ofender.—Agregó rápidamente haciendo que la castaña sonriera.

—Tengo veintiséis, me casé cuando tenía veintidós.—Se rió.—Sí, el matrimonio duró dos años nada más.

—Vaya.—Lauren asintió.

—Ya estoy bien a pesar de que las cosas fueron realmente mal después. Al final nunca terminas de conocer a una persona. Cuando crees que lo sabes todo y que lo conoces, llega la sorpresa.—Se rió.—Cosas que pasan.

Lauren se quedó en silencio.

—Dijiste que no eres de Los Ángeles, ¿verdad?—Lauren negó.

—Soy de Miami, pero estoy aquí desde hace un año y algunos días.—Contó sonriendo apenas.

—Adoro Miami, suelo ir de vacaciones, es mi lugar favorito.—Le contó para luego darle otro trago a su bebida.

—Y yo lo odio.—Murmuró.

—¿Cómo puedes odiar la mejor ciudad de Estados Unidos?—Lauren pensó que exageró al decir aquello, pero no se lo dijo.—Dame una buena razón.

No fui feliz ahí. Solo eso.—Su voz fue fría. Desvió la mirada hacia la barra.—¿Quieres otro trago?—Preguntó levantándose de la silla.

Keana se quedó viéndola un poco sorprendida por como había reaccionado, pero a pesar de tener su copa por la mitad, se levantó igual y fue con Lauren por otro trago.

**

Si antes la hubiesen  dicho a Lauren que iba a estar con una mujer como Keana abrazada a su cuello mientras bailaban la música lenta de la fiesta, jamás se lo habría creído. Sin embargo, ahí estaba bailando al ritmo de la música lenta que la banda sonora tocaba para todos.

—Relájate. Estás tensa, Lauren.—Dijo cerca de su oído.—Solo es un baile.

Sus manos se movieron desde la cintura de Keana hasta que pasaron por la espalda baja de la castaña. Finalmente terminó abrazando su cintura y juntando más sus cuerpos.

No iba a negarlo, estaba nerviosa y lo estaba porque hace tiempo que no tenía ese tipo de contacto con alguien. Lo peor de todo es que esa mujer la ponía nerviosa. Al principio la oji verde no quería saber nada con bailar porque era una estúpida que hacía todo mal y no quería pasar vergüenza, pero ahí estaba. Keana, a pesar de su estado nervioso, la hacía sentir tranquila.

Los ojos verdes se encontraron con los marrones de Camila, quien estaba con las manos sobre las de Adam que la abrazaba desde atrás. El moreno parecía ocupado hablando con otros hombres, mientras que Camila había estado bastante ocupada viendo a Lauren con Keana. Se le había pasado el efecto del alcohol puesto a que no había bebido más y eran las cuatro de la mañana. Ahora odiaba que se le haya pasado tan rápido, quizás si seguía un poco ebria jamás se habría fijado en lo que estaba haciendo Lauren y ahora no estaría sintiendo una presión en el estómago al verla así con Keana. ¿Por qué demonios le pasaba eso? No quería sentirse así. Y nada ayudaba recordar que le había dicho que estaba bonita. ¿Cómo pudo ser tan estúpida sabiendo que algo pasaba entre ellas?

Camila estaba segura de que no era solo ella la que se sentía así. Y si sentía eso era por algo, ¿no?

Se obligó a romper ese contacto visual y suspirar para intentar calmarse. Sintió un beso de Adam en su mejilla y sonrió de lado mirándolo por unos segundos. Él debía ser el único que le hiciera sentir cosas.

**

—Tienes… el labial corrido.—Lauren se rió señalando la boca de Dinah que abrió los ojos y rápidamente se limpió donde Lauren le decía.

—¿La estás pasando bien?—Preguntó Dinah. No parecía tener vergüenza de que Lauren “la haya descubierto”.

—Sí.—Se encogió de hombros.—No te pregunto si tú también porque ya veo que sí.—Dinah acomodó su cabello.

—Conoces a Jason, ¿cierto?—Lauren asintió.

—Es un viejo amigo.—Le contó.

—Bueno… Ya te dije demasiado.—Lauren se rió.

Jason era guapo y tan caballero como lo era su hermano Adam. Lo había visto muy cerca de Dinah durante la cena, los había visto bailar y bueno, ahora sabía porqué habían desaparecido ambos.

—¿Y tú que tal?—Levantó sus cejas.—Te vi muy cerca de Keana Marie.—Lauren se sonrojó desviando la mirada.—Vamos, chica. Cuéntame.

—Nada. No pasa nada.—Dijo nerviosa.

—¿Te asusta que te haya descubierto?—Lauren frunció las cejas.—Por si te interesa saber, ya sabía que te gustan las mujeres desde antes de la fiesta. Solamente te vi la cara.—Se rió de la expresión de Lauren.—Nah. Era broma. Lo descubrí hoy, pero no te preocupes. No me importa. Tengo muchos amigos gays.

—¿Gracias?—Frunció las cejas. Dinah soltó una carcajada.

—Tranquila. De verdad, no pasa nada. Escucha, si tienes ganas puedes ir a mi casa en la noche.—Lauren la miró.—Después de cada fiesta nos juntamos en alguna casa a cenar algo, más tranquilo y entre amigos. No somos muchos. Lleva bikini.

—Uhm. Bueno, voy a ver…

—Espero que no me falles. Hey, mira van a hacer fotos, vamos.—Sin más, llevó a Lauren entre la gente y logró ponerse junto a Camila que estaba en una esquina.

No fue a propósito, pero empujó un poco a Lauren haciendo que diera algunos pasos hacia adelante y chocara con Camila, o casi porque sus manos se posaron en casa lado de la cintura de la morena y sus cuerpos apenas se rozaron.

—Lo siento.—Logró decir y alejó el rostro ante la cercanía de ambas cuando Camila se giró a ver quién había chocado con ella. Apenas estaban a centímetros de la otra.

Cuando terminaron las fotos y apenas pudo, Lauren salió de entre la gente lo más rápido que le permitían sus tacos, fue por su bolso y alcanzó a despedirse solo de Dinah porque cuando se dio cuenta ya estaba dentro de su auto. ¡Sus labios casi tocaban los de Camila sin querer!

**

¿Les está gustando esto? 👀
Seguro mañana actualizo otra vez, no prometo nada por las dudas.

Safe Haven ; CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora