Capítulo 2

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El de la foto es Adam.

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Vio a la morena ir por las tostadas que estaban listas, regresó con estas y las dejó sobre la mesa, frente a ella que revolvía el café con la cuchara una y otra vez aunque ya fuera suficiente.

Tenía que estar bien. Debía. No le quedaba otra. Lo que había pasado anoche debía olvidarlo y seguir con su día, como si fuera uno normal y no habría nada de qué preocuparse aunque aquello no fuera cierto. Así era su vida, se obligaba a que siguiera así porque era la única forma de estar bien, olvidando esos ataques, haciendo caso omiso a su inquietud, a su cansancio y a su mal humor.

Lauren tenía que estar bien sea como sea.

-¿Así es tu cara de emoción en tu segundo día de trabajo?-Normani comenzó a ponerle mermelada a una de las tostadas.

Lauren le sonrió un poco. Tenía a la mejor amiga del mundo en su vida. Normani era la mejor, sin duda alguna. ¿Quién se hubiese quedado toda la noche con ella después de calmarla de uno de sus ataques? Nadie. Absolutamente nadie por dos razones: Ella no le importaba a nadie más que a Normani y tampoco había alguien más que no fuera su amiga.

-Solo espera a que llegue ahí.-Normani rodó los ojos.

-Estúpida. No voy a decirte nada más de lo que ya dije anoche.-Lauren se encogió de hombros y bebió de su café con leche.

Mentiría si dijera que Lauren no le contó a Normani lo hermosa que era su jefa, lo agradable que era, la sonrisa bonita que tenía y que también lograba ponerla nerviosa si la miraba fijamente mucho tiempo, como a todo el mundo. Normani sonrió hasta que llegó la parte en la que se enteró que "la morena hermosa" estaba a punto de casarse. Le dio un sermón a Lauren que simplemente fingía escuchar a su amiga.

Es que no estaba mal que le pareciera bonita. Era una mujer hermosa y ella solo apreciaba su belleza. ¿Para qué iba a mentir? Además, Camila debía volver loco a todo el mundo, Lauren era otra más del montón, pero no le había dicho eso a nadie. Se le escapó una risita al pensar aquello.

-Tú... estás loca.-Normani negó soltando un suspiro.

-Dime algo que no sepa y no haya escuchado que me lo digan tantas veces.-Normani borró su sonrisa, en cambio Lauren permaneció con una pequeña mientras preparaba una tostada para ella.

-No quise decir...-Lauren negó para que no siguiera, es que de verdad no le importaba y Normani lo sabía, pero no había pensado en lo que dijo.-Bueno... eh. Laur, deja de darle importancia. Ella no vale la pena, ¿Entiendes?

-No sé de qué me hablas.-Se rió frunciendo las cejas. Le dio un mordisco a la tostada con mermelada de fresa y se limpió los labios manchados.-Además... como si fuera a fijarse en mí.-Rodó los ojos.-Soy un asco.

-Sí sabes de qué te hablo, Lauren Jauregui. No te hagas la idiota conmigo. ¡Y no digas que eres un asco, odio que hables así de ti!-Lauren soltó una risita porque Normani sonaba exasperada.

-Lo que sea. Jamás va a fijarse en mí. No te preocupes. No voy a portarme mal, ella parece muy enamorada de su... prometido.-Normani la miraba seriamente.-No me mires así, nadie va a fijarse en mí, menos ella.

-No sé cuando vas a dejar de pensar que nadie podría fijarse en ti.-Suspiró.-Cualquiera podría enamorarse de ti si eres el ser humano más bueno y hermoso del mundo entero, tienes un corazón tan noble y eres tan pasional, te encanta cuidar mucho de la gente y te preocupas todo. Eres hermosa. Pasa que tú no quieres verlo, idiota.

-Siempre me dices eso porque eres mi amiga.-Levantó las cejas y bebió del café mirando a Normani sobre el borde de la taza.-Gracias por el intento de hacerme sentir bien.

Safe Haven ; CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora