Normalmente las “noches de chicas” consistían en salir a cenar, quizás luego ir a alguna club a bailar o hacer algo divertido, pero aquella noche fue diferente y el apartamento de Camila fue el lugar de reunión.
Por supuesto que al estar más seguras que en un lugar público aprovecharon para beber sin problema, tampoco lo era porque probablemente las tres dormirían en el departamento de Camila. Ya pasada las dos de la mañana llevaban tres botellas de vino entre charlas y risas. Parecía normal que Camila siempre terminaba más ebria que los demás y la verdad es que era fácil de emborrachar, lamentablemente. Las risas se escuchaban por cualquier cosa que dijeran o hicieran.
—Un día había llevado a Camila a una fiesta donde íbamos a vernos con unos chicos y el suyo terminó limpiándole el vómito.—Dinah soltó una carcajada y Camila se rió.
—Oh por Dios. Que asco.—Ally negó.
—Luego no quise verlo nunca más. Recuerdo que después de eso me seguía llamando incluso una vez fue a buscarme a la Universidad.—Contó arrastrando un poco las palabras.—Me dio mucha lástima.
—¿Y sabes qué? Le dijo que tenía novio y que lo sentía. ¡No le dio ni una oportunidad! Tenía unos ojos verdes que parecían mentira, era tan tierno, bueno y hermoso.—Dinah puso los ojos en blanco.
—Como Lauren.—Dijo sin pensar.
Dinah y Ally se estaban riendo y comentando por lo bajo, pero en cuanto escucharon a Camila se quedaron calladas aunque su amiga se siguiera riendo como tonta de sus palabras. Hasta que se dio cuenta y negó rápidamente.—Los ojos. Los ojos de Lauren. Son verdes, ¿Qué? ¿No vieron?
Ally frunció las cejas y Dinah siguió observando a su amiga detenidamente.
—Sí, bueno, es cierto.—Asintió la rubia.—Lauren tiene bonitos ojos.
—No los miré bien, la verdad. Ni siquiera sé quién es.—Dudó un momento.—¿Es la chica con la que te fuiste de la casa de Dinah después de la fiesta?
—Sí.—La rubia bebió un tragó de la copa.—Es ella.
—Esa es.—Asintió Camila. Estaba recordando cuando intentó besarla y Lauren la detuvo. Si hubiese sido otra seguro se aprovechaba de su estado de ebriedad y de las cosas estúpidas que podía hacer cuando bebía.—Esa noche me di cuenta de que valía la pena hacer esto.
—¿El qué?—Dinah la miró confundida.
—El contratarla.—Dijo rápidamente sintiendo como su corazón se aceleraba.
Dejó su copa sobre la mesa porque no iba a beber más, no debía si no quería terminar diciendo cosas y meter la pata delante de sus amigas. Si ellas supieran estaría en problemas. Realmente iba a estar en problemas porque ninguna de las dos jamás haría algo como lo que estaba haciendo ella, no eran ese tipo de personas, Camila tampoco lo era, pero ahí estaba. Lauren la había hecho hacer algo que jamás apoyó, algo que jamás pensó que haría porque le parecía totalmente desagradable.
—Deberíamos invitar a Lauren a salir con nosotras. Es muy buena.—Dijo Dinah moviendo su copa para remover el vino.—¿Saben? Creo que ella… creo que debe tener algún pasado duro o algo así porque una mujer de veinticinco años no puede ser tan tímida y tonta como lo es a veces. O quizás solo es así. No lo sé. Se me hizo algo raro cuando comencé a hablarle.
—No digas nada, Dinah. No tienes idea de su vida.—Le dijo Ally y la rubia asintió.—Y quizás sí, deberíamos invitarla a salir alguna vez.—Asintió de acuerdo.
—¿Qué dices Camila?—La morena asintió encogiéndose de hombros.
—Como quieran.
**
Era sábado y ya había almorzado, había aprovechado de hacer algunas cosas y de ordenar un poco su departamento. No tenía nada que hacer, ni siquiera había hecho planes para más tarde porque sus amigas estaban ocupadas y Adam había salido de la ciudad por unos días. Así que estaba sentada en el sillón viendo una película en Netflix y jugando con su teléfono sobre su estómago. En realidad ni siquiera estaba prestando atención, veía la televisión, pero no precisamente la película.
¿Estaba bien plantearse de la idea de invitar a Lauren a alguna parte? O quizás era muy pronto como para hacer algo de eso, todavía las cosas no eran más que algunos besos, ni siquiera habían hablado de algo importante o interesante y lo que había dicho Dinah la noche anterior todavía rondaba por su mente. Estaba ebria, pero lo recordaba y aquello le daba intriga. Además, Lauren sí era un poco extraña, quizás era así de tímida y tonta por alguna razón, quizás ese daño que le habían hecho era la causa del porqué Lauren era así.
No se daba cuenta, pero estaba pensando en querer conocer más a Lauren. Le interesaba. ¿Estaba mal? Por supuesto, porque conocer más a alguien con la que tenías “algo” podía llegar a ser algo peligroso. ¿Qué si comenzaba a tener algunos sentimientos?
Rodó los ojos y se levantó del sillón. Eso no iba a pasar porque amaba a Adam. Lauren simplemente era… era una persona que le parecía atractiva y estaba de acuerdo con que ella sea una mentirosa, ambas eran unas mentirosas y Lauren estaba de acuerdo. No iba a enamorarse porque Lauren solo iba a ser cosa de un rato por más cruel que eso sonara. Y era obvio, ¿no? No tenía de qué preocuparse.
No tuvo mejor idea que salir a correr para despejar su mente e intentar que el aburrimiento pasara. Así que con los auriculares puestos una vez que se cambió de ropa, salió a correr por un parque cerca de su departamento donde varias personas solían ir a hacer un poco de ejercicio.
**
Normani le había avisado que no podría ir porque le había surgido un problema, así que aunque no le gustara nada otra semana más sin ver a su mejor amiga, debía aceptarlo. Por la tarde se encargó de hacer las compras para la cena y tener algo para la semana cuando llegara sin ganas de cocinar entonces podría tomar alguna cosa del refrigerador y hacer algo rápido.
Como iban a ser dos, hizo comida demás, la cual no iba a recalentar por más que la guardara para eso. A veces sentía lástima por ella misma porque si no se veía con Normani, no se veía con nadie y justo como ahora estaba pasando, se sentía sola. Se supone que iba a ser una buena noche, que iba a poder contarle lo que estaba pasando Camila.
Camila. Dios. Esa mujer la estaba volviendo loca. Cada vez, cada día lo era más. Por más que muchas veces Lauren se sintiera mal por cuestiones obvias: Camila con Adam, el tener que estar ocultándose, que más de una vez tuviera impulsos que luego le traían problemas porque Camila se molestaba y otras cosas. A pesar de todo aquello las cosas iban “bien”. Se sentía bien estando con Camila, las veces que habían estado juntas después del trabajo en sus sesiones de besos eran increíbles porque se iba con una sonrisa enorme decorando su rostro.
Camila cuando estaban solas era tan diferente a comparación de cuando estaban con alguien más, obviamente ¿no? En fin, no había momento que dejara de sonreír, que no la hiciera sonrojar y no paraba de besarla nunca. Ambas podían tener esos momentos eternamente.
Y ninguna se daba cuenta, pero era demasiado pronto para estar pensando en eso. Para ellas parecía que llevaban demasiado tiempo besándose a escondidas, pero no, en realidad, la realidad era otra, habían pasado apenas un mes y algunos días.
¿Y si la llamaba? Sabía que estaba sola. Lo sabía perfectamente. Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo fue justo el momento en el que escuchó su nombre saliendo de los labios de esa hermosa mujer.
—¿Habla la mujer más hermosa del mundo?
—Habla Camila Cabello.—Se rió levemente.
—Entonces sí, había la mujer más hermosa del mundo que debe estar aburrida.
—¿Cómo sabes eso?
—Bueno… Dinah me dijo que tenía una cita esta noche y Adam no está en la ciudad…—El silencio del otro lado le indicaba obviamente que Camila no sabía qué decir, además le molestaba y le había dicho que no hablara con Adam. ¡Ella ni siquiera debía! Lo sabía. Pero el chico era quien buscaba conversación con ella cada vez que veía oportunidad. No podía decirle “Hey, lo siento, no puedo hablar contigo porque cuando no estás me beso con tu futura esposa y a ella no le agrada la idea de nosotros dos juntos”
—Lauren…
—Lo siento. Lo siento. Él fue quien me habló y me contó que saldría de la ciudad.—Le explicó rápidamente. Del otro lado, Camila seguía en silencio después de escucharla y sintió el leve suspiro que soltó la morena.—¿Quieres venir a cenar conmigo en mi departamento? Estoy cocinando.
No tenía idea, pero Camila sentía que se moría cada vez que su tono de voz se volvía suave como ese, cuando parecía que tenía miedo de decir lo que estaba diciendo, cuando sonaba tan tímida y le hacía sentir ganas de poder estar ahí y abrazarla mientras la besaba.
—¿Qué estás cocinado?
—Tienes que venir si quieres saber.—Sonrió a la vez que Camila soltó una risita.
—Está bien. Envíame un mensaje con la dirección y… nos vamos en un rato.—Lauren estaba sonriendo y luego de despedirse, terminó la llamada.
Se puso a terminar de cocinar y también preparó dos copas, una botella de vino y sin borrar la sonrisa de su rostro continuó preparando todo para que cuando Camila llegara, estuviera todo listo. Quería sorprenderla, quería que Camila se sintiera bien al mirarla, quería que Camila pensara que valía la pena, quería que ella la quiera. Y estaba mal porque no debía querer aquello porque en el fondo sabía que Camila jamás la iba a querer, pero su lado masoquista la obligaba a seguir creyendo en algo que nunca iba a ser real.
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Safe Haven ; Camren
FanfictionDebía tomar una decisión aunque lastimara a alguno. Quizás quien menos se lo merecía terminaría con el corazón completamente destrozado, pero ya habría elegido y no se podría dar vuelta atrás.