Capítulo I parte III

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Jamás en mi corta vida había percibido tantos malos olores juntos, mi cabeza daba vueltas y quería expulsar cualquier cosa que estuviera en mi estómago. Llevaba cerca de 24 horas sin probar bocado; y lo agradecía, ya que de seguro si me hubiera comido esa cosa extraña que me ofrecieron ayer estos oficiales. Probablemente ya hubiera vomitado o lo peor muerto. Cada segundo era una tortura para mi subconsciente, no quería respirar, cada que lo hacia absorbía ese olor extraño a meses sin lavar el servicio higiénico que desprendía las sucias y mohosas paredes de esa asquerosa celda en la que me tenían encerrada. No hay respeto. Pensé. Soy menor de edad. Decía. Mi impotencia empezó como una pequeña brisa en el mes de abril que desemboca en una estruendosa lluvia con centellas y relámpagos. Mi paciencia expiró, y justo cuando estaba a punto de gritar vociferar y maldecir la vi. Nuevamente la vi. No es castaña. Fue lo primero que pensé. ¿Dónde le he visto? ¿Quién es? La curiosidad se implanto en mí.

El olor a popo de meses que desprendía el servicio higiénico de esa espantosa celda desapareció. Ya no importaba, solo percibía una leve fragancia a jazmín y rosas provenientes de esa mujer. Era rubia, la capucha había desaparecido y vi su rostro pálido y sus hermosos ojos verdes. Delineo suavemente su ceja izquierda hacia arriba y sus finos labios rosas emitieron el lindo pero intenso sonido de su voz. Mis sentidos se concentraron en meditar lo que estaba sucediendo no fue hasta que escuche la celda deslizarse dejándome salir. El cabo Fernández había abierto la celda. Entonces salí de mi empane mental y la escuche claramente presentarse.

- Mi nombre es Lauren, Lauren Johnson, y vengo a llevarte con tus padres - ¿Padres dijo? Mis padres están viajando para sacarme de aquí, ayer enviaron a un abogado, pero, no entiendo ¿qué pasa? Por qué palidecí y las ganas de vomitar incrementaron significativamente. – Tus verdaderos padres – terminó de articular aquella bella mujer. Y todo fue blanco y negro para mi desde ese momento.

-Danna

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Secretos bajo el lagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora