¿Cómo acabé así?

4.1K 93 4
                                    

Resulta que hace un par de días se mudó una chica a la casa de al lado. Era muy joven por lo que no creí a mi madre cuando me dijo que vivía sola, y menos aún cuando me dijo que también cuidaba de su hermano pequeño. Me convencí de que tenía que averiguarlo por mi misma, pero allí estaba, en mi habitación pensando en qué excusa poner para entrar en su casa sin que pensasen nada raro ni mi madre ni mi vecina. La verdad me agradaba bastante su aspecto ya que era muy como yo. Tenía el cabello teñido de azul, pero de un tono que nunca antes había visto. Solía llevar sudaderas y alguna que otra camisa, vaqueros y zapatillas, todo negro o de colores oscuros, mas o menos lo que suelo llevar yo todos los días.   ¿Que cómo soy yo? Pues nada fuera de lo común. Pelo negro, ojos marrones y bastante delgada. Ojo con esto último, que no estoy diciendo que sea anorexica o algo por el estilo (tampoco estoy poniéndolo como algo malo, no me mal entiendan) solo estoy algo más delgada que las chicas que se encuentran por la calle. Volviendo al  tema principal, ¿qué se suponía que debía hacer? Quería conocer a esa chica y hacerme amiga suya, quería poder comunicarme con alguien como yo y que ese alguien me entendiese, pero iba una tarea bastante difícil...

- Oye hija, ¿puedes hacerme un favor? - preguntó mi madre entrando en mi habitación.

- Supongo. ¿Qué quieres?

- He hecho comida de más, ve a dársela a los nuevos vecinos.

En ese momento mis ojos se abrieron como platos, esa era la oportunidad que había estado esperando. Salí de mi casa totalmente decidida, pero la decisión se fué perdiendo con cada pisada, cada vez me sentía más insegura, pensaba que tan solo haría el ridículo. Una vez enfrente de la puerta de su casa ya no me parecía nada buena esa idea, tan solo quería correr y dejar el contenido allí sin importar lo que le pasase. Tragué saliva y alcé una mano, no podía rendirme, estaba demasiado cerca. Me quedé así  unos segundos antes de ser interrumpida.

- ¿Qué haces ahí parada? Se te va a cansar el brazo - oí que decía alguien justo a mis espaldas.

Me giré asustada, a lo mejor era un ladrón, aunque ahora que lo pienso era una tontería, ¿qué iba a robarme? ¿un trozo de filete?

- ¿E-eh? Ah no... - me sonrojé al ver a mi vecina, bajando la cabeza - vine a darte esto...

- ¿Eso es comida? Dios, no sabes lo bien que me viene, vengo del trabajo y no tengo ningunas ganas de cocinar.

- Vaya, eso está bien... quiero decir, no lo esta... yo que sé. Te voy a dejar comer en paz ya, no creo que tengas muchas ganas de estar aquí fuera de pie.

- Ah, no te preocupes. Ahí dentro hay muchísima comida, ¿quieres cenar con nosotros?

- Bueno, pero solo si no es mucha molestia...

- Claro que no, tranquila.

Y sin decir nada más introdujo la llave en la cerradura y me abrió la puerta de su casa, algo que cambiaría muchas cosas en mi vida, pero aún no tenía ni idea.



Bueno, bueno, bueno... Esto es lo primero que estoy escribiendo por aquí y soy consciente de que tendré faltas de ortografía, se me pasarán cosas o no escribiré muy bien, pero en fin. Ojalá os guste y agradecería que me diérais consejos para mejorar o algo, como si me quieren decir que no valgo para esto, ñeñeñeñe. En cuanto a los capítulos subiré uno cada viernes, a no ser que me entren ganas y suba alguno entre semana o varios en un día, cosas así.

Eso ha sido todo, ¡chau!

Mi Querida Vecina (Lesbianas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora