Eres extraña... Pero me da igual

2.6K 83 11
                                    

Se quedó en la entrada unos segundos antes de animarme a pasar, no estaba muy segura de si hacerlo o salir corriendo, hasta que me tiró suavemente del brazo. Nada más entrar en el interior de la vivienda un pensamiento pasó fugazmente por mi cabeza "que bien huele". No sabía qué era y tampoco quería preguntar así que simplemente dejé que mi nariz se deleitase con ese intenso aroma tan poco común.

- Coge unas zapatillas del zapatero que tienes a la derecha y deja tus zapatos en su lugar, aquí no nos gusta demasiado ensuciar el suelo.

- Ah, claro dame un momento.

- Sin problema, pasa a la salita cuando termines. Yo iré a llamar a mi hermano para que baje y te haga compañía mientras caliento la comida.

Obediente, me puse las zapatillas y me senté en el sofá de la salita, el más cómodo que jamás había probado. Dediqué unos minutos a observar la sala y lo poco que veía del pasillo, todo decorado con estilo minimalista. Cortando el hilo de mis pensamientos, escuché una voz masculina que se acercaba, pero hablaba un idioma desconocido para mi. Solo cuando abrió la puerta pude identificar de quién era la voz, pertenecía a un chico de más o menos mi edad con el pelo tintado de varios tonos de rosa que hablaba por teléfono. En cuanto me vió dijo unas cuantas palabras más y colgó, sentándose a mi lado con una sonrisa. Kawaii as fuck decía su camiseta.

- Hola, tu eres la vecina, ¿no? - preguntó en mi idioma.

- Si, y tu eres el hermano de... - caí en la cuenta de que no me sabía el nombre de ninguno de los dos.

- Mi hermana se llama Ekaterina, yo soy Adrik.

- ¿Y esos nombres? ¿Son extranjeros?

- Si, ambos somos de Rusia.

- Vaya, mira que bien. No todos los días se conocen nuevos vecinos que vengan desde tan lejos.

- La verdad es que venimos de Londres, estuvimos allí unos años con nuestra abuela para que mi hermana hiciese unas pruebas que a día de hoy no sé para qué eran. El caso es que tuvimos que mudarnos de nuevo y aquí estamos.

Justo entonces apareció Ekaterina de la nada, avisándonos de que la comida ya estaba lista y volviéndose a marchar. Sin dudarlo ni un momento nos levantamos y anduvimos rápidamente a la cocina, contemplanto los tres platos encima de la mesa.

- Guau, es una cocina enorme - comenté ocupando una de las sillas.

- Digamos que cuando los que la ocupan son un niño recién entrado en la adolescencia y su hermana ya crecidita cualquier cosa se va quedando pequeña. - me respondió la peliazul.

- También es verdad. ¿Cuál era tu nombre? ¿Ekaterina?

- Difícil, ¿verdad? Llámame Eka, Kat o cualquier cosa que se te ocurra y que te sea más fácil.

- De acuerdo, Kat. Suena bastante bien dicho así.

Ahora que me fijaba llevaba piercings, dos en el labio inferior y uno en la ceja. La verdad es que le quedaban bastante bien, la hacían sexy y me gustaba. Con eso no quiero decir que me gustase de esa manera, de hecho ni siquiera sabía cuál era mi orientación sexual.

En menos de una hora ya habíamos acabado con la comida que traje, pero como Adrik y yo hicimos buenas migas nos pasamos un rato jugando con las videoconsolas que tenían. Al poco Kat no pudo resistir la tentación y también se nos unió, lo que resultó fatal para nosotros, perdíamos incluso en un dos contra uno casi sin darnos cuenta. Estuvimos tan entretenidos que no nos dimos cuenta de lo tarde que se hizo, estábamos los tres hechos unas piltrafas y no teníamos ganas de movernos del sitio.

- ¿Por qué no te quedas a dormir? - preguntó Adrik, mirando a su vez a su hermana.

- No creo que venga bien que moleste tanto, chicos. Mejor me voy a mi casa, mañana nos vemos. Además puede que mi madre esté preocupada o algo.

- Hey, te tomo la palabra. No te pierdas, mañana nos veremos sin falta - Kat alzó una ceja mientras decía esto último, poniendo un tono gracioso.

- No os preocupéis, si no lo hago meteros en mi casa a lo bestia y me secuestráis, ¿os parece?

- ¡Por supuesto que lo haremos! - exclamó el hermano - Pero ahora me voy a dormir, adiós a las dos.

Nos dió un abrazo y desapareció escaleras arriba. Entonces Kat se me acercó un poco y me dió otro abrazo, cosa que hizo que mi corazón latiese mil veces más rápido. ¿Por qué? Con mis dudas, salí de su casa y entré en la mía. Hoy ha sido un buen día, he descubierto un montón de cosas sobre esos dos y además ahora tenemos amistad entre nosotros. En cuanto a datos ahora sé que Adrik es gay, Kat creo que es lesbiana porque actúa como tal aunque evitó un poco el tema, no dejaré nada en claro de momento. Su casa es enorme y viven solos por muchísimos problemas familiares. Son bastante raros, pero también son muy divertidos. Ahora a dormir, mañana será otro día... con Kat.



Bueno, bueno, bueno... ¿qué tal? Aquí está la segunda parte, que espero os guste. Podéis darme ideas y decirme qué puedo mejorar en los comentarios, chicos. Con esto me despido y me voy a la camita, estuve hasta muy tarde haciendo esto xd me parecía muy poco contenido la primera parte. ¡Chau!

Mi Querida Vecina (Lesbianas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora