Mi Querida Vecina (Lesbianas)

Confundida

Narra Kat:

Por Dios, ¿qué estoy haciendo? Me regresan a la memoria las imágenes de Mikah metiéndose la polla de mi mejor amigo en el coño y moviéndose de arriba a abajo. No me lo creí, me acerqué y la retiré de él, lanzándola a una de las esquinas de la habitación. Cogí a mi amigo de un brazo y lo llevé desnudo hasta la puerta, pegándole un puñetazo que le rompió la nariz antes de cerrar de golpe. Volví a donde dejé a Mikah y me senté en la cama, con las manos en la frente. Ella se acercó a mi gateando torpemente.

- Kat yo...

- No me vuelvas a llamar así.

- Ekaterina...

- Dame explicaciones o te juro que te lanzo por la ventana.

- Yo... tenía ganas de hacerlo, estaba caliente y él se ofreció...

- ¿Y no podías esperar?

- No, yo...

- Menuda perra en celo.

- No me digas así, sabes que tu habrías hecho lo mismo.

- ¿Que yo habría hecho lo mismo?

Mis puños dolían de toda la fuerza a la que estaban siendo sometidos y mis ojos picaban. Apreté los dientes, tenía ganas de reventarle esa cara de ángel pero no podía  perder de esa forma los estribos.

- Kat podemos hacer como si esto nunca hubiese pasado, podemos seguir como antes... ¿quieres que sigamos haciéndolo nosotras? Me encanta cuando eres tu la que me domina.

En ese momento no pude más, me levanté de un salto y le grité con todas mis fuerzas:

- ¿EMPEZAR DE NUEVO? ¿TIENES IDEA DE LO QUE ACABAS DE HACER? NO SOY TONTA, JODER, AHORA MISMO ESTÁS COGIENDO TUS COSAS Y SALIENDO POR LA PUERTA. DA GRACIAS A QUE NO TE ESTRELLO CONTRA LA PARED MALDITA HIJA DE PUTA, CORRE Y QUE NO VUELVA A VERTE.

Dicho esto se asustó y se vistió de mala manera, corriendo hacia fuera como alma que lleva el diablo. Quité las sábanas haciéndolas jirones hasta dejar solo el colchón, derrumbándome encima de este.

- Cabrones, hijos de puta... - susurré, poniéndome de costado y llorando.

Esa mujer desde siempre me volvió loca, pero todo lo que tenía de guapa era doblado en maldad. Todo esto sucedió cuando tenía dieciseis, un año después de que muriesen mis padres. Me dejó bastante dolida y como siempre mi abuela fué la que más me ayudó, mi hermano seguía siendo demasiado pequeño pero aún así quería ayudar y lo intentaba, anda que no. Era adorable, siempre lo ha sido. Bajé un poco mis calificaciones pero en seguida las volví a la normalidad, no podía permitirme suspender, a mi abuela no le quedaba demasiado tiempo y yo necesitaba notas altas para poder encontrar un buen trabajo para mantener a Adrik. Después de esto me prometí que nunca volvería a enamorarme. Y después de cuatro años volvió a infiltrarse en mi vida, en mis asuntos, volviendo a enamorarme. Traté de evitarlo con todo lo que tenía, pero no fue suficiente, simplemente no pude resistir.. Me dolió sobre todo por Daice, ya le había dicho que la quería y todo eso, pero pensé que lo superaría, a fin de cuentas era una niña, no podía guardar las cosas por mucho tiempo. Se lo dije a mi hermano y no reaccionó bien, justamente como pensé que lo haría, pero ya no había vuelta atrás. Mikah se mostró bastante cambiada, parecía que había recapacitado y eso me gustaba, por fin podría estar con la chica que amaba, la mejor del mundo. La llevé a casa y Adrik se fue con Daice, asi que no hubo problema a la hora de hacer nuestras cosas. Con nuestras cosas me refiero a tener sexo, obviamente, y resulta que durante todo este tiempo había estado practicando o algo porque había mejorado un montón. Lo extraño es que cuando estaba con ella no podía evitar sentirme culpable por Daice, ella estaba sola mientras que yo andaba con una chica preciosa haciéndolo todos los días, pero después me acordaba de que mi hermano iba allí  todas las tardes a hacerle compañía. Los besos no eran muy buenos, o eso o Daice besaba mejor de lo que pensaba, ella me revolvía el estómago de una forma placentera y con Mikah apenas sentía nada, solo su lengua chocar contra la mía y sus manos recorrer mi cuerpo. Aun así amaba sus caricias, cómo su lengua pasaba por mi sexo y cómo me miraba mientras me llevaba al orgasmo. Ella era increíble, nada que ver con la pequeña vecina. A veces dudaba de si me mentía y se iba con otra persona, pero me deshacía de esas ideas, la desconfianza es lo peor que se puede sentir en una relación puesto que siempre la lleva a pique. Por lo menos ahora no estaba necesitada de sexo. El problema llegó cuando se fué de viaje a un país a tomar por culo sola, en ese momento si que me asaltaron las dudas, pero decidí calmarme y no precipitarme. Un día que hablábamos por Skype me notó rara, se lo conté todo y me invitó a ir con ella, cosa que no rechacé. Tuve unos días para pensar, y me di cuenta de que no había forma de sacarme a la vecina de la cabeza, ¿qué significaba eso? Yo quería a Mikah, solo sentía cosas por ella y nunca iba a cambiar ese aspecto, al menos no por ahora. Aunque trataba de convencerme con esa idea, había una parte de mi que discrepaba por completo, pero la ignoraba y trataba de seguir pensando lo que a mi me parecía más lógico. Mi cabeza se inundaba de ideas y mi cuerpo se sentía extraño, comía menos y estaba empezando a notarse la pérdida de peso, todo era por el estrés. Mi hermano estaba cada vez más irritable y llevaba sin comunicarme en condiciones con él y con Daice demasiado tiempo. No me gustaba lo que estaba pasando, Mikah me estaba llevando a su terreno, quería que fuese solo para ella, que no me relacionase con nadie más, y no me parecía algo adecuado por su parte. Pero odiaba el hecho de que me pareciese dulce de su parte. Por muy bonito que me pareciese no podía dejar que mi relación con mi hermano y la niña que en realidad no sé si llegó a ser mi novia acabase ahí, no era mi estilo. Hablaría con Mikah sobre eso y lo aclararíamos, no podía oponerse, sabe de sobra que por mucho daño que me hiciese nunca la engañaría con otra persona, ni siquiera en venganza. Lo se, soy extremadamente idiota, pero ahora mismo no tengo nada claro, no sé a quién quiero, no tengo ni idea sobre lo que hacer...

Bueno, bueno, bueno... Este ha sido un capítulo algo más corto y ha tardado algo más, siempre pasa lo mismo ;m; En fin, espero poder subir más y más pronto, chau!