capitulo 7

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Narra Michael

Me giro a la derecha obligándome a conciliar el sueño pero al verlo fallido me giro al otro lado y después termino mirando al techo. Suelto un suspiro de frustración, aún sigue oscuro, Así que sin darle rodeos me levanto sin molestarme en mirar la hora y salgo de la habitación tratando de no hacer ruido. Bajo las escaleras y me siento en el gran sofá gris de la sala, prendo el televisor y le bajo el volumen a uno considerable.

Comienzo a pasar los canales buscando algo interesante para ver, pero los pensamientos me distraen de lo que estoy haciendo; las palabras " trastorno de identidad múltiple" y " trastorno psicótico" me invaden la mente. Aun no puedo creer que Dominik aun sabiendo sobre las enfermedades que supuestamente ellas ya controlan, el las haya sacado de ahí y sin preguntarse al menos si yo estaba de acuerdo. Ni siquiera se porque hizo eso ¿Que saca el con todo esto?

(...)

Los rayos del sol comienzan a colarse por los grandes ventanales de la casa, desgraciadamente la programación de la mañana es pésima, en tres horas ya aprendí a cómo hacer mascarillas para rejuvenecer la piel y reducir las arrugas, a como bajar los gorditos de la cintura, combinar la ropa, dietas para bajar peso y a que años debo hacerme el examen de la próstata. Escucho como alguien baja las escaleras, así que dirijo la mirada ahí para encontrarme con Dominik bajando despreocupadamente, me sorprende verlo bien vestido; con un esmoquin negro, una camisa gris dentro del pantalón con los dos primeros botones desabrochados y zapatos de charol.

—¿Qué haces ahí?—Dominik me mira con rareza.

—no podía dormir... ¿Que mierda te paso?— pregunto extrañado mirándolo de arriba a bajo.

Dominik mira su traje para después mirarme.

—¿Esto?—se toma de la chaqueta— los empleados están molestos porque son obligados a vestir bien y yo no lo hago así que debo dar ejemplo.

—Eres el que manda, hacemos lo que queremos.

—Lo se Michael, pero si quiero que lo hagan debo empezar por mi.

—Que estupidez.

Dominik camina a la cocina y oigo cómo prepara el desayuno, así que apago todo y me siento en una de las sillas de la barra. Miro como prepara dos platos y los rellena con cereal y leche, me alcanza uno para después sentarse al lado mío.

Ambos comemos en silencio, pero no aguanto las ganas de preguntarle en todo lo que he pensado.

—¿Por que las sacaste?—lo miro seriamente.

El deja todo lo que está haciendo para mirarme confundo.

—¿De qué hablas?

—¿Por qué? sacaste a Danielle y Leilanny de ahí?, hablo de que ¿Qué sacas con esto? ¿Ayudarles? No entiendo.

—Sí, ayudarles ¿Para que otra cosa?

—¿Ahora haces obras de caridad?—niego la cabeza— Dominik no las conoces bien, si están en un manicomio es por algo ¿No crees?

—Hospital psiquiátrico—el se toma del puente de la nariz para después mirarme con reproche—si, lo que se de ellas es muy poco pero les prometí que las iba a sacar, es un infierno estar ahí, además, si las dejaron salir es por algo.

—Nuestro solo apellido nuestro pesar ¿No crees? Esas chicas aun siguen con la enfermedad ¿Sabes por qué? ¡Porque no tienen cura!

—¡Sí, lo se! No he dejado de pensar en las enfermedades pero ya están afuera y no hay vuelta atrás.

S de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora