someone to play; frerard ♡

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Shame Body

Después de un rato, el comenzó a curar mis heridas, de forma un poco más amable y mejor de lo que me ah tratado antes, estaba sentado en el suelo conmigo, curando las heridas de mis piernas y torso, me quejaba constantemente de los repentinos toques del algodón bañado en agua oxigenada y mi piel ensangrentada.

—Vamos Frank, dejate de quejar tan solo un rato —siguió en lo suyo, termino con las de esas zonas y solo termino por curar las de la espalda y desinfecto las causadas por las agujas.

Cuando me cargo hacia la sala de estar, me dejó en el sillón y el se sentó en el otro sillón que se encontraba en frente de mi, el se tiró y me empezó a examinar con su penetrante mirada esmeralda, un gran revoltijo de emociones empezó a surgir dentro de mi cabeza y estómago haciendo que me recostara en el sofá, tal vez el se lo tomó como un descanso ya que ví que se dirigió a la cocina por un bocadillo.

Luego de un rato llego extendiendo me un pedazo de el sandwich que con anterioridad había partido a la mitad, me puso una sonrisa de confianza en sus rozados labios y yo con desconfianza lo tome, comencé a comer despacio y con nervios, un desconocido estaba en mi casa el cual ya me había torturado y humillado, no se como podría el estar con esta boba sonrisa en su rostro demostrando que estaba llevando la victoria. Trague saliva y le robe otro pedazo a mi mitad del sandwich, cada vez que analizaba al chico se me hacia cada vez más bello, pero eso no quitaba el hecho de que le tengo miedo, pero en este lapso de tiempo me puse a pensar algunos aspectos, que mientras estaba siendo torturado no me daba cuenta.

En primer lugar desconozco su nombre, en segundo lugar se que es hermano de Mikey, y tercero porque me estaba haciendo todo esto a mi, me daba miedo preguntarle su nombre, y varias veces intenté preguntar el porque estaba haciendo todo esto, sin obtener respuesta alguna. Al terminar me el sandwich, se me quedó viendo un periodo de tiempo bastante corto, pero a mi parecer era el suficiente tiempo como para incomodar me, el se acercó a mí y me obligó a incarme en el suelo haciendo lo ver más alto de lo que ya es a lado mío.

—Okay ya fue suficiente tiempo como para descansar —me miro tan acusadora mente que me sentía como un perro el cual estaba haciendo regañado.

—Ahora a que jugaremos amo —pregunte diciéndole amo, no sabía su nombre entonces decidí ponerlo así.

—Al fin que comprendes el panorama de las cosas, y no se porque me llamaste amo, pero me gusta tu idea, ahora el juego se llama «El cuerpo de la vergüenza» —camino de un lado a otro mirándome con esa mirada que me hacia sentir indefenso.

—De que se trata el juego —no pude esconder mi tono preocupante, pero es que su mirada era demasiado hipnotizante que me era imposible dejar de mirar—.

Rasco un poco su larga cabellera de color azabache que contrastaba con su suave piel pálida, hizo un gesto extraño con las cejas y boca, se mordió el labio inferior, acomodo su cabello y tomo aire para terminar de explicarme.

—Quítate la ropa —señalo con un tono de voz más fuerte.

—Disculpa que —quería confirmar lo que me había dicho, me había puesto de vuelta mi camisa por lo que no estaba tan descubierto que digamos.

—Quiero que te quites la ropa para comenzar el juego —tomo mi cabello y jalo de el, haciéndome soltar un gruñido involuntario.