someone to play; frerard ♡

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Bloody Kisses

Lloraba peor que Magdalena, estaba hecho un desastre, por un desconocido y frente de el, a mi jamás me gustó mostrar mis sentimientos a la gente pero el me había destrozado de una manera tan diferente, me había dolido demasiado y sabía que se quedaría ahí, las palabras seguían rondando mi cabeza sin descanso alguno, pero de repente la luz volvió, para luego darme cuenta que aquel chico me había quitado la venda de los ojos.

—Tus bellos ojos, están rojos —señalo el pelinegro, yo solo había levantado la vista, apenas me estaba acostumbrando a la luz.

—Si, porque llore —baje la vista, enserio la luz me molestaba, y las lágrimas seguían saliendo.

—Frank, tranquilo yo solo...

-Querias que me decepcionara de mi mismo, que clase de monstruo eres —lo interrumpí para querer acercarme a el, pero como estaba amarrado a la silla no podía.

El solo se quedó en silencio unos largos minutos, hasta que me golpeó en el rostro y me robó un beso en los labios, estaba totalmente confundido, no entendía que era todo esto pero no me gustaba para nada.

—Okay Frank, jugaremos un nuevo juego —aviso caminando alrededor de la sala.

—No por favor, yo no quiero jugar contigo —agite mi cabeza en forma de desaprobación.

—Que lástima porque jugaras aún así, no tienes otra opción —me miro fijamente y yo solo me encogí en mi lugar.

—No por favor —suplique casi en un susurro.

—El juego se llama «Besos sangrientos», consiste en que yo te podré golpear y mientras más sangre saque de ti, más besos puedo darte —decia las instrucciones del juego mientras que me ponía un collar de púas.

—Este está peor que el anterior —grite con desespero.

-Y los que vienen son peores, pero aún así no le quita lo divertido -se coloco unos anillos de extraña forma y el primer golpe aterrizó en mi mejilla.

La zona me dolía como nunca, comenzó a distribuir los golpes por diferentes partes disponibles de mi cuerpo, como mi estómago, mis brazos y parte de mi cara.

—Bueno ya hay suficiente sangre —se acercó a mí sin previo aviso y atacó mis labios salvajemente.

Cambio los anillos por una pequeña caja de agujas, yo ya no le tenía miedo a las agujas, no por nada me había cubierto el cuerpo de tatuajes, pero esas eran más grandes y con un grosor fuera de lo común tomo una y la clavo en mi pierna derecha​, grite de lo más profundo de mi garganta, estaba sufriendo demasiado, las lágrimas caían sin parar.

—Que me estás haciendo —grite, pero al instante fui callado por un beso demasiado necesitado, provocando que me sangrara el labio a causa de la mordida de Gerard.

—Por dioses un juego, que se llama cuantas venas puedo picar —enterró otra en mi brazo izquierdo, con suficientes fuerza que impregnó hasta el hueso.

—D-dejame —Al terminar de decir eso otra aguja aterrizó en la zona de mi hombro y mi cuello.

La sangre empezó a salir de manera descontrolada, en realidad me estaba asustando demasiado, empeze a sentir que perdía la fuerza y cada vez los ojos se me hacían más pesados.

—Mierda, pique en una vena importante, iré por el botiquín antes que te desangres —lo ví correr hacia las escaleras, estaba perdiendo la noción del tiempo.