Lia
Luego de pasar varias horas en lo de Nare, cuando llegó la noche me retiré a mi casa a pesar de que vi en su rostro que ella esperaba que me quedara un tiempo más, incluso dormir en su casa. Pero era demasiado. Mi corazón ya dolía lo suficiente por la plática que tuvimos y por enterarme que Zachariah sabía la verdad y no me había buscado. No pensé que todo esto podría doler un poco más, pero lo hizo. ¿Acaso no valgo algo para él? ¿Para que se disculpe? Se ve que no, se ve que no le importo. Se ve que su orgullo es más fuerte que yo, que nosotros, que lo que fuimos... Ahora, sólo quería la soledad de mi habitación y una ducha reconfortante para pensar y a la vez, no pensar en lo absoluto.
Cuando llegué a casa mamá estaba riendo con Robert y sus mejillas estaban sonrojadas. Sonreí y me sentí feliz por ella. Se merecía esto. Aunque debo decir que mi corazón se oprimió un poco al recordar que yo también fui así de feliz un día. Negué con la cabeza apartando esos pensamientos, eso ya era pasado, mientras el amor dura es bueno y mamá está en esa etapa. Me acerqué a saludar. Mamá me miró y sonrió.
- ¿Como están las cosas? - preguntó con algo de preocupación inundando sus facciones. Su sonrisa flanqueó al ver mi rostro cansado. Le había enviado un mensaje esta tarde avisándole dónde estaría. Se animó por ello, ella también quería a Nare. Dios, ¿cómo una simple desconfianza puede arruinarlo todo y a tantas personas?
Suspiré. - Mejor, fue... ¿igual? ¿Normal?
Bajó la mirada y se encogió de hombros. Luego se levantó para darme un pequeño abrazo. - Siento que tengas que pasar por esto. Eres una chica muy buena, Lia. No te merecías todo aquello. Pero me alegro que empiecen a arreglarse las cosas. - Supongamos que "se están arreglando", pensé. Sé que era un pensamiento muy negativo pero estaba harta de decepciones. Al ver que no le contesté suspiró negando con la cabeza y se alejó. Sabe que no me gusta hablar de esto y que no estoy dispuesta a hablarlo así que girando hacia el refrigerador para cambiar de tema dijo: - Haré tarta de atún para la cena.
- Está bien - dije mientras me volteaba y me dirigía hacia mi habitación.
Mientras estaba buscando una muda de ropa en mi armario para irme a dar una ducha eché un vistazo hacia mi estantería. Hace mucho tiempo que no agregaba un libro nuevo allí... o tomaba uno. ¿Hace cuanto tiempo dejé de leer? Recuerdo que era lo que más me gustaba hacer.
Dejando la ropa sobre mi cama me acerqué hacia la estantería y tomé un libro al azar. Lo giré para ver la portada y vi que era un libro que aún no había leído. Suspiré, tenía algo de polvo sobre él. Me dio pena por mis libros, lo descuidada que fui, que estoy siendo.
Antes, aparte de leer por gusto, leía porque me sentía sola o para perderme del mundo por un rato. Supongo que cuando mi vida se llenó de demasiadas emociones y problemas no pensaba mucho en leer: estaba viviendo mi propia historia. Durante mi relación con Zachariah leía poco y nada, ya había empezado a leer como hobby y no como necesidad. Pero ahora... ¿necesito la lectura otra vez? ¿Esos libros en dónde todo es un final feliz? ¿Esas historias románticas en dónde mi esperanza de tener algo así crecía más y más? No, ya no quería eso. Todo eran puras mentiras, inventos de los escritores para satisfacer a sus lectores. El amor no es cómo ellos lo pintan, es mucho peor. Duele más, mucho más.
Dejé de nuevo ese libro en mi biblioteca y busqué por un libro que nunca había leído y que si el que tomé recién tenía polvo, no me imagino éste. Drácula un clásico del terror, supuestamente. No volvería a leer historias con finales felices y empalagosos, aunque una parte de mí adora leer eso, la otra parte ya no quiere ser engañada otra vez. Ni siquiera por un libro.
***
Una semana después
Luego de terminar mi turno, en el supermercado saludé a Lucas con un beso en la mejilla y me fui. Cómo me había tocado el turno tarde noche en el camino a casa iba caminando rápido sin mirar mucho más que a mis pies y me choqué con alguien por distraída. Alzando la mirada vi a Ray sonriéndome. Wow, hace mucho que no la veía. Tanto que fue incluso antes de que pasara todo aquel lío y tenía miedo... miedo de que me juzgara ella también. Estaba segura de que se había enterado. Todo el mundo se había enterado...
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Dime que aún me amas.
Romansa¿Y si te robo un beso? #2 Lia y Zachariah creyeron que todos los problemas estaban resueltos y que de ahora en adelante todo iría bien. Pero la vida y la realidad los jode un poco más. Una nueva integrante se suma a la familia. Zachariah tendrá que...