Cada minuto con ustedes
totalmente mi ser lo agradece,
que mi compañía les parezca agradable
me hace sentir como un errante
entre las más altas emociones.
La gracia es tenerlos cerca,
hablarles es un gran placer
y recibir vuestro afecto
enriquece las raíces del roble
que voy a llegar a ser.
De éxitos y de alegrías
debería estar hecha la lluvia
que los moje todos los días,
para ustedes eso es lo que yo quiero,
que los arrope la felicidad por tiempo eterno,
que la hoja de la tristeza jamás los toque.
Los quiero tanto, amigos míos,
tanto como me quiero me a mí,
sois lo que para el pan es el trigo,
y con solo veros me siento feliz.