Sólo un Experimento » Jihope/Hopemin

14 →Epílogo

Había pasado un més desde que Hoseok tuvo ese sueño. Un més en el que Hoseok no parava de darle vueltas a su cabeza. ¿Era gay? Aparentemente si, pues si no, no habría soñado que tenía toda una historia de amor con su mejor amigo hombre. Pero más importante aún ¿Le gustaba Jimin?

Desde el sueño, Hoseok no podía apartar la vista de Jimin. Cada vez que  hechaba su flequillo hacia atrás en los conciertos, cada vez que quería conquistar a las ARMYs, cada acto que el menor hacía era letal para Hoseok. Era demasiado adorable y sexi a la vez.

En parte agradecí poder seguir siendo el amigo de Jimin, pero él necesitaba más. Quería ser más que eso.

Cuando entró al salón pudo divisar a Jimin tirado en el sofá con su teléfono móvil. No había nadie más. Sus pensamientos, o más bien su corazón, se lo estan comiendo vivo. Necesitaba hacer algo al respeto.

-Jimin-
-¿Qué?- la falta de interés se sentía a quilómetros.
-Ehm.. yo.. - aclaró su garganta.
-¿Qué te pasa? Jajjajja ¿te ha comido la lengua el gato?-
-No es eso... Solo que.. Te apetecería ir a por un helado.-
-¿Helado?, ¿En esta época? Eres un hyung muy raro.-
-Pero aceptaras igual, ¿verdad mocoso?-
-Donde quiera que haya comida ahí estaré yo.
Jimin se levantó enseguida del sofá y se dirigió hacia la puerta. Cogió su abrigo y salió. -Vamoos! ¿a que esperas?-

Hoseok no pudo evitar sonreír. Se puso su chaqueta, aún sin ningún plan en mente cabe decir, y salió también por la puerta.

🍦🍦🍦

-¿De que lo quiere?- preguntó el hombre detrás del mostrador dirigiéndose a Jimin.
Hoseok miraba al reloj impaciente pensando en como decir lo que llevaba en su interior de la manera correcta, no encontraba sus palabras y pronto estarían sentados en una mesa frente a frente.
-De nata, porfavor.- el hombre hizo lo mandado y enseguida el menor se encontraba con un helado de nata entre sus manos.-¿Tu no pides nada, hyung?- Jimin se extrañó cuando llegaron a la mesa de la terraza con un solo helado.
-No, no tengo mucha hambre.-
-Esta bien..- Hoseok en serio se estaba volviendo loco. No era algo fácil de decir. Es decir, no todos los días le dices a tu mejor amigo, con el que además compartes techo, qué soñaste que tenían un romance con sexo incluido y que te gustó tanto que te has dado cuenta que te has enamorado de él. Definitivamente, no era algo sencillo.

Mientras tanto, Jimin se concentraba el lamer su helado. Demasiado seductívamente a los ojos de Hoseok. En uno de esos movimientos de lengua, un poco de nata quedó en el labio inferior de éste.

-Ehm.. Jimin.. te -
-¿Me he qué? Hoy estás muy raro.-
-t-te has manchado un poco.-
-¿Aqui? Jimin paso sus dedos por la comisura de sus labios, en vano más que nada, pues el pequeño trozo de nata aún seguia posado en sis labios.

-No, más..- Jimin comenzó a moverse su lengua al rededor de sus labios. -más abaj.. abajo.-

El corazón de Hoseok iba a explotar.

-Bien, hazlo tú. Yo no puedo.-

Jimin se acercó a Hoseok, quedando peligrosamente a escasos centímetros.
Corrección: el corazón de Hoseok ahora iba a explotar.

Su cabeza no funcionaba, no podía pensar en nada. Y falto de razón, sus impulsos se hicieron camino.

Hoseok agarró la nuca del menor y lo atrajo hacia si mismo, haciendo que sus labios se juntaran en un lento y primer beso.

Los ojos de Jimin se abrieron por la sorpresa, pero sus saber por qué, no tardo mucho en corresponder el beso.

Era un beso lento, pasional. Un beso en el que Hoseok pudo decir todo lo que llevaba pensando durante aquel mes sin tener que hablar. Sus labios se acoplaban perfectamente. Haciendo movimientos lentos que se mezclaban entre respiraciones agitadas y pequeños gemidos.
Hoseok lamió el labio inferior de Jimin antes de separarse, quitando por fin la dichosa (o más bien bendita) mancha de nata.