Capítulo VI "Alex"

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Capítulo VI

Alex

Se sentó de golpe, sobresaltado por mi alarido. No despertaba con alarmas, es cierto, pero mi grito equivalía a la amenaza de Godzilla y de milagro no apareció el conserje para preguntar a quién estaban asesinando. Me miró aturdido por la violencia de mi reacción, mientras yo apretaba las sábanas contra mi pecho, tratando de cubrirme.

¿¡¿Qué había pasado?!? Él no traía nada hasta la cintura y yo llevaba apenas mi sujetador y una tanga con dibujitos de paraguas. Lo último que recordaba con cierta claridad era haber vomitado hasta mi alma sobre toda su humanidad, sobre la mía y gran parte de la alfombra de mi hermano. Luego de eso, vino una nebulosa que terminó conmigo despertando en la misma cama con un hombre desnudo y mil preguntas aterradoras revolviéndose en mi cabeza.

- ¿Qué pasa? – Preguntó él, perplejo

- ¿¿QUÉ PASA?? ¿¿¿QUÉ PASA??? – Rugí. La cabeza me latía dolorosamente con cada sílaba que gritaba - ¡DIME TÚ QUÉ PASA! ... ¿¿QUÉ HICIMOS, ALEX RAMM??... ¿¿QUÉ HICIMOS?? ... ¡DIME POR QUÉ ESTÁS SIN ROPA Y EN LA MISMA CAMA CONMIGO!

Por unos instantes me miró con los ojos muy abiertos y luego se recostó de lado, apoyado en un codo y sosteniéndose la cara con la mano. Sonreía.

- Me duele que no te acuerdes, Erizo... ¿Acaso no te gustó? – Preguntó con un sospechoso tono de voz.

- Que... que no me gustó... ¿Qué..? – Mascullé - ¿Qué hicimos, Alex Ramm? ... No me mientas, por favor...

Se recostó con las manos detrás de la cabeza y con las sábanas peligrosamente por debajo de la línea del ombligo.

- ¿Estás segura de que eras virgen, Erizo? ... Porque anoche, ¡Uffff! ¡Eras una fiera insaciable!

Me quedé petrificada por algunos segundos y las sábanas se soltaron de mis manos temblorosas.

- ¿..Entonces... Sí lo hicimos? – Pude balbucear

- ¿Tú qué crees? – Preguntó, incorporándose.

Me quedé suspendida en su gesto irónico y sus ojos fijos en los míos, sintiendo hielo en la espalda... ¿Era posible que hubiera tenido sexo y no lo recordara? ¿Así es como se siente a la mañana siguiente?

- Pero... Pero... Alex Ramm... ¿Tomamos precauciones? ¿Y qué pasa si me embarazaste..?

Claramente no estaba conectando las ideas con inteligencia y esa última pregunta le hizo mucha gracia, porque cayó sobre la almohada largando una sonora carcajada. Echó hacia atrás las sábanas y saltó de la cama. Por un momento creí que lo vería desnudo – y por segunda vez – pero ahora traía un bóxer negro. Sacó un cigarrillo del jeans que había dejado en una silla y caminó hacia la ventana. Lo encendió y volvió a mirarme.

- Tranquila, Erizo. Sigues siendo virgen. No hicimos nada – Dijo, expulsando humo por la nariz.

- ¿No hicimos... nada? ¿En serio?

- En serio

- ¿No es otra mentira, Alex Ramm? Porque si es así... - Repliqué con voz algo más firme y amenazante.

- Erizo, no es mi estilo abusar de chicas borrachas que no pueden sostenerse en pie – Aseguró, indicándome con el cigarrillo encendido – Y tampoco te veías muy sexy anoche, vomitando hasta lo que comiste la semana pasada.

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