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Han pasado casi quince años desde la muerte de ella. He tenido recaídas ocasionales y he pensado en el suicidio algunas veces, pero ya no estoy solo, no como antes, tengo a Christina, que cada día que pasa se parece más a su madre. Ella apenas la recuerda, pero sé que la quiere, no ha sido fácil, claro, nadie dijo que lo sería, pero hemos salido adelante.

He ido algunas veces al edificio en donde la conocí. Me he parado sobre el borde y mirado hacia abajo como esperando volver a oír su voz, pero en vez de eso escuché la voz de mi hija preguntando que era lo que hacía ahí.
La miré y luego levanté la mirada al cielo.

—Vamos— dije creyendo que era el momento indicado para contarle todo—te contaré la historia de un chico que un día quiso saltar.

FIN

El Chico Que Quería Saltar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora