Capítulo 5

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Victor se paralizó totalmente y su gran cuerpo se tenso, pero que decía esa descarada.

-¿Que demonios dices?

Amalia suspiro de frustración, sabia que se había pasado, pero lo hecho, hecho estaba y estaba dispuesta a enfrentar a ese titan.

-Que eres uno de los mejores amantes que he tenido, pero descuida nadie a robado mi virginidad- Ella no era ninguna santa paloma, aunque hayan sido solo unos besos, había saboreado a otros "Caballeros" pero este hombre era diferente a los demás.

El marqués la soltó y se incorporó en el asiento, su mente daba mil vueltas y sintió la ira crecer- Ósea que te has metido con otros hombres?

Amalia sonrió y Victor sabia que lo que le diría a continuación no le gustaría para nada- ¿Acaso usted mi señor no se ha metido con otras mujeres? O me va a decir que es casto y puro. Ya le dije que no tiene porque preocuparse, mi virginidad esta intacta nadie a llegado tan lejos.

-¿ Y se supone que debo creerte?
Cuando me dices con tal descaro que le has permitido a otros mansillarte.

La joven lo miro fijamente y sonrió de forma descarada- Lo único que tiene es mi palabra, usted sabrá si me cree o no, esta a tiempo de cancelar esta boda.. Aparte un poco de diversión no le hará daño a nadie.

Victor estaba hecho un lio emocional,por un lado quería asesinarla por su descaro y atrevimiento, pero tampoco quería darle el gusto de renunciar al matrimonio.

-Eso se acabo a partir de hoy, serás mi esposa te guste o no, deberas serme fiel y si me entero de que compartes tu cuerpo con cualquier otro hombre...yo mismo los mataré, ¿Me entiendes?.

-Entienda de una vez que no me quiero casar con usted ni con nadie, y no me pidas exclusividad con la piel, imposible serte fiel sin serme infiel- Amalía se sentía fustrada, enojada y excitada y no media sus palabras- Quiere mi cuerpo , así que hagamos un trato, si? Yo puedo acostarme con usted y luego me dejara en paz...podemos arreglarlo.

El hombre se sintió bastante sorprendido por la desfachatez de la joven y con voz bastante enojada le gruño- Me estas ofreciendo tus servicios? Crees que si solo buscará acostarme con una mujer me casaría con ella? Para que crees que son los burdeles?.

-¿Por que yo? Porque no otra que le haga la vida más fácil, una dama sumisa dispuesta a darle hijos- Con tan sólo pensarlo Algo dentro de Amalia se tensó. No le agradaba para nada imaginárselo con otra mujer. Pero ¿Qué le pasa?.

El marqués penso en ello y no encontró respuesta, Amalia tenia razón por que ella, si mil mujeres habían pasado por su cama, muchas estarían encantada solo con la idea de casarse con el, sin embargo quedo prendado con la única que realmente lo despreciaba.. Sin tener una respuesta clara para su pregunta decidió evadirla.

-Porque yo lo decidí así, solo aceptalo, llegamos a tu casa acomodate el vestido antes de que bajemos.

En lo más profundo de su ser la joven sabia que no tenía escapadoria, pero se negaba a dejarse vencer tan fácilmente, así que se arreglo el vestido y espero que el cochero le abriera la puerta para luego salir con toda la dignidad que tenía.

-Puede dejarme en paz hasta el día de la boda y no volver aparecer por aquí, no me interesa conocerle en lo más mínimo.

-No me importa lo que tu quieras, esperame lista mañana a la misma hora, dile a tu madre que me excuse por no poder tomar el té con ustedes e infórmale que la fiesta de compromiso será en 15 días.-Con esas palabras se marchó dejando a la joven con la palabra en la boca.

******

Cuando la joven entro a la casa, su madre estaba en el salón esperándolos para tomar el té, le pregunto como les había ido en el paseo y porque el marqués no entro con ella, Amalía trato de evadir el tema pero le fue imposible y mientras trataba de explicarle a su madre el tan "Maravilloso paseo" su mente no dejaba de pensar en cómo deshacerse del hombre que hacía que su cuerpo ardiera de placer.

El MarquésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora