El Marqués

Capítulo 1

Victor Petrova estaba en el balcón observando a las bellas "señoritas" que se encontraban en el gran salón que algunas vez perteneció a sus difuntos padres, se suponía que una de ellas seria su esposa, sin embargo todas le parecían aburridas, tan simples, sosas, tan secas, parecían títeres, todas siguiendo a sus madres, todas de acuerdo al protocolo, tan jodidamente aburridas.

Mientras sus ojos vagaban por el lugar repleto de personas que no le importaban los más mínimo, fue ahí donde la vio, con un vestido azul ajustado a sus caderas, cabellera negra que era capaz de hacerle competencia a la misma noche y esa jodidas pestañas que se batían sin ningún miedo, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y calentarlo al ver sus carnosos labios moverse, su vestido apretando sus pecho hicieron que su polla despertará con deseo y ahí lo decidió, no necesito nada más, debía tener a esa mujer.

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Lady Amalia se quejaba y fruncia el ceño mientras discutía con su madre disimuladamente.

-No quiero estar aquí madre, con estas mujeres chismosas y deseosas de marido- Resoplo mientras sus ojos buscaban una manera de salir de ese lugar.

-No seas mal educada hija mía- le riño Lady Angela, cansada de las protestas de la joven- Además, también tu deberías estar deseosa de encontrar marido ya estas en edad y tu pobre madre quiere nietos antes de morir.

-Por Dios madre no empecemos con el mismo tema de siempre, iré a dar una vuelta si no le molesta.

-Claro Amalia, ve y no pierdas la oportunidad de buscar a ese marido- Sabia como molestar a su hija por eso no dudo en reír a carcajadas, para enojo de su hija que se marchaba echando chispa.

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La joven, que no quería estar un minuto más en ese lugar se dirigió al balcón sin ser consiente que otra persona seguía sus pasos y la observaba con bastante interés y deseo

-Mi Lady

La joven escuchó esa gruesa voz y cuando se volteó se topo con unos ojos tan claros que sintió su corazón latir a un ritmo casi sobrehumano y otras partes de su anatomía también.

-Lo siento no sabia que estaba ocupado- Pidió disculpas sin saber quien era el hombre que tenia enfrente, pues este le parecía tan guapo y excitante, que la joven se regaño internamente por esos pensamientos no tan dignos de una dama, pero no pudo evitar desearlo entre sus piernas aún así sin conocerle.

-Tranquila, hay espacio para dos- Hubo un breve silencio hasta que él volvió hablar- Sí es que no te da miedo.

Amalia miro al hombre de arriba a bajo sin ningún tipo de vergüenza, con esa mirada coqueta que atrapaba a los caballeros- A menos que usted sea un animal feroz no tengo porque tenerle miedo mi Lord.

-Quien sabe mi Lady, podría ser un lobo hambriento en busca de comida- Victor observó el escote de la joven sin poder evitarlo.

-Mi Lord creo que no se le ha perdido nada en...mi escote- Sí Amalia hubiese sido una de las demás señoritas, estaría avergonzada por la mirada tan lujuriosa del hombre, pero para ella era bastante reconfortante ver que causaba el mismo efecto que ese hombre produjo en ella- El Marqués debe tener un pésimo gusto para elegir sus amistades.

El hombre ignoro su último comentario y decidió responder a su primera duda.

-Claro que si, se ha robado usted mis malos pensamientos con semejante escote.

-Le han dicho que es un mal educado, esas cosas no se le dicen a una dama.. Hablare con el marqués para que le eche de esta fiesta.

Victor sonrió de oreja a oreja por el cometario de la joven -El marqués nunca me echaría de esta fiesta, además no es mi culpa que usted venga tan insinuosa.

Amalia ya estaba algo molesta por la poca vergüenza de ese patán, como se atrevía hablarle así -Claro que lo echará es usted un canalla por andar conquistando jóvenes decente con ese vocabulario, el buen marqués me escuchará y lo echará.

La joven vio como el "Caballero" soltaba una carcajada que a ella le pareció maravillosa, pero lo que dijo después la dejo perpleja y algo avergonzada.

-El buen marqués ya te está escuchando y esta encantando con tu rebeldía.

Amalia se puso colorada de los pies a la cabeza, pero enseguida se recompuso, no era una dama sosa que se sonrojaba de cualquier cosa aunque esa situación en especial no lo era.

-Pues yo estoy ofendida por su comentario tan fuera de lugar señor "Marqués"- esto último lo dijo con uno de sus talentos favorito... el sarcasmo.

-Esta es mi casa, puedo hacer los comentarios que yo deseé- Victor se separó de la baranda y empezó acercarse a ella- Es usted una mujer hermosa, provocandora, es indigno decirle que provoca en mi lo más oscuro pensamiento?.

La joven aspiro su maravilloso olor, olía especialmente bien y sobre todo se veía como un hombre que sabía lo que hacía- Sí mi Lord, soy una señorita decente que no le interesa escuchar sus instintos más oscuro- Miro sus tentadores labios y suspiro- Aparte no me gustan los abuelitos.

Victor sonrió por lo ingeniosa que era la joven- Debería controlar esa lengua audaz, puede que a mi me agrade y hasta me encienda, pero otros hombres la podrían en su lugar con unas buenas nalgadas- Siguió acercándose hasta que estuvo enfrente de ella viéndola a los ojos- ¿O prefiere que hago eso?... ¿Debería ponerla sobre mis rodillas y darle unas nalgadas para que me respete?

Ella no aparto los ojos de los de el- Por muy marqués que usted sea, no tiene derecho sobre mi y mi cuerpo, usted es el que debería controlar su lengua, en vez de tratar de seducirme debería buscar una esposa y dejarme en paz.

El marqués la tomo con fuerza de las caderas y la atrajo hasta que sus labios casi se rosaran- No me tientes, tal vez si decida tener una esposa tan excitante y hermosa como usted mi Lady.

Amalia miro sus labios y no pudo evitar pensar como seria besarlo y como si unas cuerdas invisibles tiraran de ella.. lo beso, como nunca hubiera besado a otro, con intensidad ,con anhelo, con deseo aún sin haber negado, que hubiera otros más.

Hola hola... Ya saben es mi primera novela cualquier falta la corregiré al final de la historia, comenten y voten y sobre todo gracias por el apoyo 😚😚